El comienzo del año no dio tregua en Salisbury. El asunto Marlborough parecía solucionado tras ofrecerle al joven barón, refugiado en Clarence, el devolverle sus tierras a cambio de jurar vasallaje a Salisbury y casarse, en su momento, con la hija mayor de sir Elffin de la Parca Quebrada. El joven Bar fue enviado a Sarum con una escolta de cinco caballeros de Marlborough, para criarse con el joven Robert, y dejando al duque de Clarence sin excusas para reclamar las tierras de Marlborough. El nombramiento de un castellano para Marlborough fue más difícil, ya que el consejo expresó su reticencia a que fuera sir Arcavius, señor de Winterslow y Wilton y marshall del condado. Sir Elffin lo rechazó por preferir la castellanía de Vagon, junto a las ricas tierras de su esposa. Se prefirió no dárselo al señor de Fosbury porque esto habría debilitado esas tierras limítrofes con el siempre belicoso gobernador de Levcomagus, así que recayó el honor en el abanderado de West Lavington, sir Aeron de la Daga de Plata.
Un sir Aeron que tenía problemas en las tierras de su esposa con la desaparición el año anterior de su hermano sir Gwyndaf, al que varios viajeros decían haber visto en los alrededores de Rydychan y del Bosque Salvaje, y ahora con la falta de su padre, sir Eudaf, que tras la campaña de Marlborough del año anterior había partido en busca de su díscolo hijo y aún no había dado señales de vida, y que tenía que lidiar con el castellano de Donnington, otro rebelde vasallo del debilitado duque Ulfius de Silchester que, aprovechando lo confuso de la situación, había metido la zarpa en las posesiones orientales de Marlborough. Por fortuna, sir Jaradan le mandó cinco caballeros de Sarum para reponer los enviados con el joven Bar y tener, de paso, quienes le guardaran las espaldas.
Para mayo estaba prevista la boda del príncipe Cynric y lady Jenna, la hija del difunto conde Roderick. Se enviaron mensajeros a los dominios vecinos, se prepararon barracones y tiendas para los invitados y se veía a sir Leo el Mayordomo, siempre con un ábaco en la mano, ir de señorío en señorío calculando cuánto debía aportar cada cual a las celebraciones.
Llegaron en estos días noticias de que el rey Idres estaba reclutando mercenarios para atacar el condado de Devon, el último dominio del extinto ducado de Cornualles que le faltaba por dominar. Temiendo que el rey no se pararía en Devon, sir Arcavius y sir Elffin planearon presentar batalla junto a Devon. Para ello, negociaron con Jagent, que prometió enviar la mitad de sus tropas, y con Dorset, que puso sobre la mesa sus 50 caballeros y la mitad de sus legionarios y también barcos para hacer razzias en la retaguardia del rey de Cornualles. El consejo de Salisbury, envalentonado tras la rápida victoria sobre Marlborough, confió en el talento militar de su marshall, salvo sir Leo, al que no le salían las cuentas con la comida, y algunos caballeros y señores del norte, que preferían afianzar las posiciones al norte del Dique de Ambrosio.
Sir Arcavius aprovechaba también estos viajes para tantear en busca de esposa, tras la muerte de lady Adwen. El poderoso señor de Wilton veía como le había alcanzado la madurez sin heredero varón.
Los sajones seguían moviéndose. A principios de marzo llegó el príncipe Celyn de Sussex, el reino de Aelle, que fue despachado por sir Elffin con dolorosas promesas si volvía por allí. En primavera también el condado de Huntington, siguiendo el ejemplo de Salisbury, estrechaba lazos con el reino sajón más cercano, el de Essex. En este caso, no con una alianza matrimonial sino jurando vasallaje. Esto suponía que desde ese verano tanto Essex como Wessex contarían con caballeros britanos en sus filas.
498 prometía ser un año decisivo y apenas había empezado.