Pendragón — Escaramuzas

Algo que nunca me ha gustado de Pendragón es que el resultado de una escaramuza se resuelve por una tirada no enfrentada de Batalla. Esto era así en la 3ª edición (Joc) y lo sigue siendo en la 5ª (Nosolorol). De esta forma, un enfrentamiento entre dos bandos equilibrados con comandantes con Batalla 15 supone que el bando de los jugadores tiene un 75% de ganar (no es exacto, pues depende del resultado de otra tirada de Batalla no enfrentada, pero tampoco varía demasiado).

Como variante, yo uso la siguiente tabla. Vendría a sustituir a la tabla 6-4 de la página 158 de la edición de Nosolorol.

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Pendragón, la Gran Campaña, tercer intento

¡Allá vamos otra vez! En noviembre hicimos los personajes y jugamos el prólogo (la cacería del oso de Imber y el nombramiento de caballero) y el pasado fin de semana comenzamos la Gran Campaña de Pendragón. Tercer intento, el primero con la edición en castellano de Nosolorol. Para 485 presenté una versión de la Aventura de la Feria (aventura sencilla y cortesana, para que los jugadores conozcan a las doncellas casaderas) y la consabida batalla de Mearcred Creek, que sirvió de prueba del sistema de batalla y del de combate normal, con un enfrentamiento contra un comandante sajón y sus escoltas que estuvo a punto de salir mal, pero que dio a los personajes jugadores un buen botín en forma de armaduras y caballos que cubrió algunas carencias básicas, pues sólo uno armaba de salida cota de malla.

Para esta ocasión, uso como núcleo las reglas de la 5ª edición (Nosolorol), pero la hoja de personaje de la 3ª (Joc), pues me gusta más su distribución para anotar gloria y heridas y que la segunda columna de los rasgos esté alineado a derecha. Esto supone, al final, que use la traducción antigua de términos en lugar de la nueva, pese a que ésta sea mejor; no se puede tener todo.

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Tabla de eventos de banquete

Repasando la 5ª edición de Pendragón y La Gran Campaña me he dado cuenta de que no incluye la tabla de eventos de banquete del venerable Caballeros Aventureros. Es una tabla a la que, la verdad, no presté mucha atención en su día, pero la última vez que encaré La Gran Campaña fue muy aplaudida por mis jugadores, hasta el punto de hacerme sacar más banquetes para poder tirar en la dichosa tabla. Con el uso, se ha ganado mi cariño. Es una buena herramienta para profundizar en los personajes, plantar semillas de aventuras, rellenar un rato muerto y echarse unas risas. He llegado a usarla en otros juegos e, incluso, en mi propia boda (estuvimos hablando un rato de cetrería).

Aquí la dejo, por si alguien no la conoce. Pendragón gana mucho con ella, de verdad.

La Gran Campaña de Pendragón en español

Lo que nunca vi
Ni espero ver
Es un elefante volar

A estas alturas, hay poco que decir de La Gran Campaña de Pendragón que no se haya dicho ya. Desglose, año a año, de los diez últimos años de reinado de Uther, los quince de interregno y los años de Arturo. 80 años, uno a uno, con eventos de corte, aventuras y batallas. Y más aventuras, algunas cortas, otras largas, minicampañas. Y mapas, reglas adicionales, documentación. Una campaña que puede dar más de 100 sesiones de juego. No es la única campaña existente para Pendragón, pero sí la que mejor recoge la esencia del juego. Es El joven Arturo (suplemento publicado por Joc) elevado a la octava o novena potencia.

Vi La Gran Campaña en físico en Nostromo (Sevilla), hace la tira de años. No me la compré, no había dinero. Tiempo después, conseguí el pdf y la imprimí. Y la empecé dos veces. En la segunda, llegamos hasta la Anarquía. No me la he leído entera nunca, era un tocho impresionante, en inglés y, a veces, nada fácil. Porque estaba en inglés, claro. En España no veíamos nada en español de Pendragón desde la edición de Joc y tampoco fue una línea con mucho recorrido (el básico, el Caballeros aventureros, el Magia céltica y El joven Arturo). Y nunca esperé ver La Gran Campaña en la lengua de Cervantes.


Desembalando La Gran Campaña, mi copia y la de Pírixis

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Pendragón — 499, Pentecostés

El año de 499 se preveía un año de transición. El rey Idres se lamía las heridas en Tintagel y había mandado como emisario a su hijo, el príncipe Marco, que llegó a Salisbury para la corte de Pentecostés. El príncipe ofreció a Salisbury un tributo y garantías de seguridad a cambio de que el condado no se inmiscuyera entre Devon y Cornualles. Muchos caballeros del consejo estuvieron de acuerdo con esta medida, aunque para otros, como lord Elffin y sir Leo, era una maniobra poco honorable. El propio lord Arcavius sería el valedor del acuerdo, tras negociar duramente con el príncipe.

También acudió para Pentecostés el príncipe Cynric. Traía una parte del botín obtenido en los saqueos de Cornualles del verano anterior, que fue recibido por los señores y caballeros de Salisbury con sorpresa y gran satisfacción. Por él se enteraron de que las relaciones entre los reyes sajones se deterioraba rápidamente y que el rey Cerdic tenía pensado dedicar el año en reforzar su frontera con Sussex. En charla distendida con su escolta, lord Elffin y lord Aeron lograron averiguar que varias bandas de sajones se preparaban para cruzar el mar hasta Britania y sus emisarios iban de rey en rey dispuestos a venderse al mejor postor, lo que hizo nacer en el castellano de Vagon la idea de contratar a alguna de estas bandas para su ambicionada invasión de Hampshire.

—Lord Elffin, ¿conocéis la historia de Vortigern el Tirano, quien contrató a mercenarios sajones para luchar contra sus enemigos? —Sir Leo el Mayordomo, durante una cena informal en Sarum.

Las noticias de una guerra entre sajones, aunque para muchos fueran buenas, traía consigo grandes dudas sobre el futuro, pues Salisbury era aliado de Wessex y seguramente el rey Cerdic pidiera ayuda militar en caso de contienda. El duque Ulfius de Silchester y Aelle Bretwalda de Sussex hacía tiempo que daban muestra de gran entendimiento. Y en otoño pasado había llegado noticia de que el condado de Huntington había jurado vasallaje a Essex. Era más que posible que caballeros britanos tuvieran que cruzar lanzas en una guerra entre sajones.

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Pendragón — 498, batallas del verano

Lord Arcavius del Hacha Coronada, marshall de Salisbury, y lord Elffin de la Parca Quebrada, castellano de Vagon, habían decidido parar los pies al rey Idres lo más lejos posible de Salisbury. Tras pactar con Jagent y Dorset a comienzos de la primavera, en verano, recuperados ya de sus heridas de la boda, se pusieron al frente de las huestes del condado. Ochenta caballeros fueron con ellos, junto con numerosa infantería. Jagent mandó 50 caballeros y Dorset, un formidable cuerpo de mil legionarios perfectamente equipados. En Exeter, plaza fuerte del condado de Devon, se les unieron las tropas locales, sumando otros 75 caballeros más infantería.

No eran estas las únicas fuerzas que los condados de Logres enfrentaban al rey de Cornualles: barcos largos de Wessex y cocas de Dorset, al mando de sir Lycus, y con una carga bélica de 200 guerreros de Cerdic asolaron durante todo el verano las costas de Cornualles, en un intento de distraer los esfuerzos bélicos del rey Idres.

En Exeter se enfrentaron los dos ejércitos. El de Cornualles, pese a los hombres destinados a contrarrestar las incursiones sajonas, superaba al de nuestros héroes en caballeros. La primera carga de Logres hizo retroceder el centro de Cornualles, pero el rey Idres contaba con cientos de guerreros irlandeses que pronto desbordaron los flancos aliados. Pero ahí estaba el pretor Jonahel con sus legionarios, firmes como una roca. Aguantaron durante horas asalto tras asalto, desgastando al enemigo y haciéndoles flaquear mientras lord Arcavius reorganizaba a los caballeros y, con ataques de precisión quirúrgica, conseguía romper las filas enemigas. Con las últimas luces del día, el ejército del rey Idres rompía filas y huía en desbandada. Por fortuna para él, la noche impidió la persecución y pudo salvar buena parte de su ejército, sobre todo su preciada caballería.

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Pendragón — 498, boda sangrienta

La boda del príncipe Cynric de Wessex (nieto de Vortigern el Tirano y bisnieto de Hengest el Asesino) y lady Jenna, hija mayor del difunto conde Roderick de Salisbury, fue el acontecimiento no sólo del año, sino de toda la segunda mitad de esa década maldita. Vinieron señores de todo Logres y tierras vecinas: el duque Ulfius de Silchester, el duque Eustance de Clarence, el rey Leodegrance de Cameliard, el príncipe Celyn de Sussex, el pretor Jonahel de Dorset, el joven conde Sanam de Bedegraine y sir Derfel, sobrino y heredero del viejo duque Corneus de Lindsey; los que no acudieron enviaron embajadores, como los abanderados de Jagent sir Caradoc y sir Cadfael, amigos de sir Elffin el Bueno, o su hermano, caballero que era de la casa Tribuit, o el joven sir Lak de Estregales, hijo menor del difunto rey Canan; también acudieron caballeros y señores de ese batiburrillo de señoríos en que se había convertido la antigua baronía de Marlborough: el abanderado de Silbury, el señor de Calne y otros muchos caballeros y señores.

También vinieron caballeros de Wessex, antes que sus señores, trayendo viandas y utensilios. Entre estos estaba el caballero que fuera capturado por la Hermandad de la Daga de Plata, captura que había dado lugar al sobrenombre que sir Elffin el Bueno tenía entre los sajones: sir Elffin el Torturador. Al pedir sir Arcavius explicaciones a tal sobrenombre, la cosa se lio y terminaron batiéndose en duelo el susodicho caballero, un compañero de armas, sir Arcavius y sir Elffin. El duelo terminó con uno de los de Wessex ensartado en una lanza en mitad del palenque y el otro medio muerto en su tienda. Y el enfado monumental de la condesa y otros grandes caballeros del condado, temerosos de cómo se pudiera tomar tal duelo el rey Cerdic.

Si le molestó, no lo hizo notar. Aceptó las disculpas y la devolución de los caballos y armas de los caballeros y no quiso hablar más del asunto. La boda de su hijo era lo importante. Éste, el príncipe Cynric, habíase bautizado en la fe cristiana, por lo que la ceremonia, larga y aburrida, se celebró en la catedral de Sarum.

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Pendragón — 498, invierno

El comienzo del año no dio tregua en Salisbury. El asunto Marlborough parecía solucionado tras ofrecerle al joven barón, refugiado en Clarence, el devolverle sus tierras a cambio de jurar vasallaje a Salisbury y casarse, en su momento, con la hija mayor de sir Elffin de la Parca Quebrada. El joven Bar fue enviado a Sarum con una escolta de cinco caballeros de Marlborough, para criarse con el joven Robert, y dejando al duque de Clarence sin excusas para reclamar las tierras de Marlborough. El nombramiento de un castellano para Marlborough fue más difícil, ya que el consejo expresó su reticencia a que fuera sir Arcavius, señor de Winterslow y Wilton y marshall del condado. Sir Elffin lo rechazó por preferir la castellanía de Vagon, junto a las ricas tierras de su esposa. Se prefirió no dárselo al señor de Fosbury porque esto habría debilitado esas tierras limítrofes con el siempre belicoso gobernador de Levcomagus, así que recayó el honor en el abanderado de West Lavington, sir Aeron de la Daga de Plata.

Un sir Aeron que tenía problemas en las tierras de su esposa con la desaparición el año anterior de su hermano sir Gwyndaf, al que varios viajeros decían haber visto en los alrededores de Rydychan y del Bosque Salvaje, y ahora con la falta de su padre, sir Eudaf, que tras la campaña de Marlborough del año anterior había partido en busca de su díscolo hijo y aún no había dado señales de vida, y que tenía que lidiar con el castellano de Donnington, otro rebelde vasallo del debilitado duque Ulfius de Silchester que, aprovechando lo confuso de la situación, había metido la zarpa en las posesiones orientales de Marlborough. Por fortuna, sir Jaradan le mandó cinco caballeros de Sarum para reponer los enviados con el joven Bar y tener, de paso, quienes le guardaran las espaldas.

Para mayo estaba prevista la boda del príncipe Cynric y lady Jenna, la hija del difunto conde Roderick. Se enviaron mensajeros a los dominios vecinos, se prepararon barracones y tiendas para los invitados y se veía a sir Leo el Mayordomo, siempre con un ábaco en la mano, ir de señorío en señorío calculando cuánto debía aportar cada cual a las celebraciones.

Llegaron en estos días noticias de que el rey Idres estaba reclutando mercenarios para atacar el condado de Devon, el último dominio del extinto ducado de Cornualles que le faltaba por dominar. Temiendo que el rey no se pararía en Devon, sir Arcavius y sir Elffin planearon presentar batalla junto a Devon. Para ello, negociaron con Jagent, que prometió enviar la mitad de sus tropas, y con Dorset, que puso sobre la mesa sus 50 caballeros y la mitad de sus legionarios y también barcos para hacer razzias en la retaguardia del rey de Cornualles. El consejo de Salisbury, envalentonado tras la rápida victoria sobre Marlborough, confió en el talento militar de su marshall, salvo sir Leo, al que no le salían las cuentas con la comida, y algunos caballeros y señores del norte, que preferían afianzar las posiciones al norte del Dique de Ambrosio.

Sir Arcavius aprovechaba también estos viajes para tantear en busca de esposa, tras la muerte de lady Adwen. El poderoso señor de Wilton veía como le había alcanzado la madurez sin heredero varón.

Los sajones seguían moviéndose. A principios de marzo llegó el príncipe Celyn de Sussex, el reino de Aelle, que fue despachado por sir Elffin con dolorosas promesas si volvía por allí. En primavera también el condado de Huntington, siguiendo el ejemplo de Salisbury, estrechaba lazos con el reino sajón más cercano, el de Essex. En este caso, no con una alianza matrimonial sino jurando vasallaje. Esto suponía que desde ese verano tanto Essex como Wessex contarían con caballeros britanos en sus filas.

498 prometía ser un año decisivo y apenas había empezado.

Pendragón — 497, el año de la expansión

Si 496 fue un año marcado por los problemas internos de los condados de Logres, resultado de la muerte de sus señores y principales oficiales en San Albano, y por la llegada de Cerdic ap Vortigern, 497 fue el año de los primeros movimientos. Los rumores que llegaban de Gales parecían indicar que allí todos luchaban contra todos y los irlandeses campaban a sus anchas; del suroeste las noticias eran inquietantes: el rey Idres de Cornualles y Bretaña había puesto sus ojos en el desgobernado ducado de Cornualles. Mensajeros de Devon y Jagent llegaron en primavera, intentando hablar con la reina Ygraine sin éxito. Para verano, Tintagel se había rendido.

Los reyes sajones siguieron pidiendo tributo. Sir Elffin de la Parca Quebrada echó de malos modos al príncipe Aescwine de Essex y los señores de Wight colgaron de sus murallas a los emisarios del rey Cerdic. Wight sería arrasada hasta los cimientos ese verano y a comienzos del año siguiente el príncipe Cynric le contó a sir Elffin que el Caballero de los Colmillos, campeón del príncipe Aescwine, había prometido matarle y llevarle su cabeza a su señor.

En Salisbury, ante tales noticias, se dieron prisa en cerrar la alianza matrimonial con Cerdic, que incluyó el reparto secreto de los restos del malogrado condado de Hampshire entre Wessex y Salisbury. Aquí se empezaron a ver las apetencias expansionistas del nuevo marshall, que cristalizarían ese mismo verano en una campaña contra la débil baronía de Malborough, con el apoyo de varios de los abanderados del condado, excitados por la promesa de botín, y en contra de la voluntad de la condesa.

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Pendragón — 496, llega el rey Cerdic

Al olor de la carroña las hienas empezaron a moverse. No se habían atrevido con Uther en vida, con quien habían firmado pactos y pagado tributo, pero apenas enterrado los emisarios de los reyes sajones de Kent, Essex y Sussex recorrían las cortes de los señores de Logres demandando tributo y alianzas. Era su momento: de los tres grandes duques, sólo Caercolun mantenía su poder; Lindsey y Silchester se lamían las heridas e intentaban recomponer sus ejércitos. De los condados, únicamente Salisbury, Jagent y Dorset habían superado la muerte de sus señores y oficiales en el Banquete Sangriento.

En Salisbury tampoco se estaban quietos. En otoño del año pasado la Hermandad de la Daga de Plata había afianzado su posición y la de la condesa ahogando la rebelión de Wilton y Warminster. Recordemos que sir Aeron se había convertido en el señor de West Lavington de hecho, esperando a su próxima boda con su prima, lady Eleri, para serlo de derecho, que sir Elffin de la Parca Quebrada dominaba el sur del condado como castellano de Vagon y que sir Arcavius del Hacha Coronada protegía celosamente Sarum por el norte y por el sur desde Winterslow y la ciudad de Wilton, respectivamente, y había sido nombrado también marshall del condado. Nuestros tres amigos, con el apoyo leal de sir Jaradan, castellano de Sarum, dominaban, pues, el Consejo de Salisbury.

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