Jon Mark

Me enteré el otro día por esta entrada que el blog Solsticio de invierno dedicaba a The Standing Stones of Callanish de la muerte el febrero pasado de Jon Mark. Jon Mark fue uno de los muchos y grandes músicos que conocí en Discos Tak, donde entré con 13 años a curiosear y salí con el Elemental de Loreena McKennitt y el convencimiento de que iba a estar corto de dinero desde entonces.

A Jon Mark lo conocí por el Land of Merlin, el único disco suyo que tuve en cinta. Fue un disco que me resultó muy evocador y fresco (fresco en el sentido de lluvia, musgo, robles mecidos por el viento, Tintagel a la luz de la Luna con el mar rompiendo a sus pies…) y que, en los años siguientes, se convertiría en un fijo para estudiar, pues cumplía sobradamente con lo que yo necesitaba: tapaba el ruido ambiente, no obligaba a escucharlo, pero ahí estaba, para, en los descansos, transportarme de forma inmediata a los paisajes artúricos.

Alhambra, su siguiente disco, fue, si no el primer CD que me compré, el segundo (compite con Dali, the Endless Enigma) y tardé como que un año en poder escucharlo (en escuchar el CD, entendámonos; antes conseguí que un amigo me lo grabara en cinta). Luego vino Celtic Story, A Sunday in Autumn y The Leaving of Ireland. Más discos no encontré en su día (algo que me fastidió especialmente con The Standing Stones…) y luego dejó de interesarme ese tipo de música. Hace años que apenas escucho algo de él, salvo A Sunday in Autumn, que pongo siempre en casa un domingo de otoño.

Sólo conocí una parte de su carrera y sólo lo seguí durante una pequeña parte de mi vida. Aun así, es un músico que me es muy querido y me fue y es muy importante.

Descanse en paz y gracias por todo, Jon Mark.

Satai Delenn

Se me ha convocado y he venido. En nombre de Valen, ocupo el lugar que se ha dispuesto para mí. Soy Gris. Estoy entre la vela y la estrella. Somos Grises. Estamos entre la oscuridad y la luz.

Me he despertado esta mañana con la triste noticia en el Twitter de JMS. Adiós, Mira Furlan, y gracias por todo.

Marcos Mundstock

El día 22 de abril nos dejaba Marcos Mundstock. No hay mucho más que decir. Es el tercer integrante de Les Luthiers que nos deja y el más visible. El narrador de sus espectáculos, la voz que nos presentaba las obras, que nos hacía reír con lo que decía y con lo que no decía.

Mi primer contacto con Les Luthiers fue en la universidad. Un amigo me dejó una gastada cinta de audio, preparada para empezar con Cartas de color, ya saben, la de «Yo nací en el África…». El tiempo pasa y casi no nos damos cuenta de todo lo que vamos echando a la mochila.

Claudio Rodríguez

El pasado 4 de diciembre nos dejaba el actor de doblaje Claudio Rodríguez. Un grande de su profesión, reconocido y reconocible fuera del relativo anonimato de la misma, como demuestra que la prensa nacional se hiciera eco de la trágica noticia. Una voz que me hacía levantar la cabeza hacia el televisor cada vez que la oía y, no pocas veces, verme la película o serie de la que se tratase por el placer de escucharlo.

Es una voz ligada a mis recuerdos de infancia y de juventud. De infancia, como, creo, todos los de mi generación, por ese Willy Fog que nos llevó alrededor del mundo. De mi juventud, por el Megatrón de la peculiar Beast Wars («Oh, sí») y del gran G’kar de Babylon 5. No será sus trabajos más conocidos o técnicamente mejores o… Pero recordar su nombre y su voz me lleva a esos personajes y a mi yo de entonces.

Gracias por todo.

Rutger Hauer

La semana pasada nos dejó Rutger Hauer. Actor holandés cuyos orígenes corren parejos a los del director Paul Verhoeven, se coló en producciones de Hollywood en los 80 y quedó relegado a películas de bajo presupuesto y producciones televisivas a partir de los 90. Su papel más recordado es el del replicante Roy Batty de Bladerunner y con ese papel y su monólogo final ha sido recordado en prensa y televisión estos días.

Para mí, cosas de la infancia, es, primero y ante todo, el capitán Navarre de Ladyhawke (Etienne de Navarra leo en la Wikipedia, aunque nunca lo había visto así antes). Y, algo después, fue también el detective Harley Stone de Segundo sangriento, película que me sirvió mucho para captar el lado más sórdido de Cyberpunk 2020 y de la que guardo en la memoria el haber jugado una continuación bajo la batuta de MvR.

No estará en ninguna lista de los mejores actores de todos los tiempos, pero su sola presencia realzaba cualquier producción en la que participara.

Adiós, Stephen Furst

Hoy me he levantado con la noticia de la muerte de Stephen Furst, que dio vida a Vir Cotto en Babylon 5. Se suma a la lista de actores de la serie que nos han dejado ya. El tiempo pasa y nos hacemos viejos.

Adiós, Stephen Furst, y gracias por todo. Siempre nos acompañará tu trabajo. Y el de Richard Biggs, Michael O’Hare, Jeff Conaway, Andreas Katsulas, Tim Choate, Jerry Doyle y Robin Sachs.

Daniel Rabinovich

El pasado viernes 21 de agosto andaba yo de comida familiar en Quintanar de la Sierra cuando un viejo amigo me dio la mala noticia. El mundo se había vuelto más triste. ¿Qué puedo decir que no se haya dicho ya? ¿O que sí se haya dicho? Conocí a Les Luthiers a finales de los noventa, gracias a una cinta grabada con Hacen muchas gracias de nada y tuve la ocasión de verlos en Granada en 2008. Pasaron por Sevilla estando yo ya aquí, pero ya tenía yo el vicio de comer todos los días y tuve que pasar, temiendo que aquella fuera la última oportunidad de verlos. En lo referente a Daniel, así ha sido.

Terry Pratchett

Conocí al maestro cuando estudiaba en Madrid. Un compañero del club me dejó Pirómides, edición de Martínez Roca. No fue un amor a primera vista: tuve que esperar a que Plaza & Janés volviera a publicar los primeros libros del Mundodisco. El resto, como se dice, es historia. Primero, persiguiendo los libros de bolsillo. Luego, rastreando la zona de novedades del Corte Inglés de Badajoz en busca del último libro. El temor al principio de que aquello no vendiera bien y la editorial nos dejase sin más material. Las consultas a La concha de Gran A’Tuin para buscar referencias, chistes explicados y errores de traducción. La época tranquila, con las traducciones de Javier Calvo y la colaboración de Manu Viciano. Y, entre medias, los gnomos, Buenos presagios, la cruda Nación. Y la estantería que se ha ido llenando todos estos años, tanto como mi vida.

Ayer el hombre del sombrero nos dejó. No por esperada fue una noticia menos dolorosa. Me enteré en el trabajo, por un escueto mensaje de mi hermano. Y sé que la próxima vez que coja un libro suyo se me saltarán las lágrimas.

Gracias por todo, sir Terry Pratchett.

Entil’Zha Valen

Michael O’Hare fue un hombre de teatro. Por eso es desconocido para el gran público. Pero para algunos, fivers irredentos, Michael O’Hare fue el comandante Jeffrey Sinclair, el líder más atípico que ha dado la ciencia ficción televisiva, la definición de «tener mano izquierda». Ante una crisis, Sinclair hablaba y negociaba y presionaba y se aguantaba las ganas de apretar el gatillo, y terminaba los capítulos ojeroso, sin afeitar y con el uniforme hecho un guiñapo.

Michael O’Hare nos dejó ayer, después de unos días en coma tras sufrir un ataque al corazón.

Descansa en paz y gracias por todo.

It was the dawn of the third age of mankind – ten years after the Earth-Minbari War.