Irozuku Sekai no Ashita kara

Se nos presenta aquí una serie de instituto con el tradicional extraño club (cuatro chicas y tres chicos), con sus problemas y neuras. La protagonista es Hitomi Tsukishiro, una muchacha con problemas de depresión y baja autoestima que le provocan que vea en blanco y negro. Su llegada por sorpresa al instituto nos sirve de punto de entrada con el resto del club de fotografía, francamente encantadores (Shou Yamabuki, el fotógrafo y chico guay; Asagi Kazeno, su amiga de la infancia y especializada en hacer fotos a animales; el excéntrico Chigusa y la divertida Kurumi), y del más soso, pero con su encanto, miembro del club de arte: Yuito Aoi. Por algún motivo, Hitomi puede ver los colores de los dibujos de este último.

El grupo protagonista, al completo

La llegada de la abuela de Hitomi, Kohaku, todo lo contrario a su nieta, completa el club y el grupo de amigos.

Sí, he dicho su abuela.

Para dar un toque de originalidad a una historia más que vista, Iroduku mete magia y viajes en el tiempo en la ecuación: la Kohaku del futuro manda a su nieta al instituto de la Kohaku joven. Quitando la parte de la magia, el resto es el bien conocido paso de la infancia a la madurez a través de la adolescencia.

Serie de P.A.Works (True Tears, Glasslip), con el buen hacer habitual del estudio y que basa su encanto en un gran, gran trabajo de dibujo (edificios, calles, parques…), colores y música. Es del 2018 y está en Amazon Prime como Iroduku. Quizás lo más destacable sean los paseos por los cuadros, un toque a lo Mary Poppins con final oscuro.

Una serie interesante de ver por su apartado técnico, entretenida, aunque algo irregular.

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