Metamorfos: la Quimera Negra

La Quimera Negra es un onirim lunático.

Extracto de un discurso de Selene a los nuevos miembros humanos de su círculo de confianza:

«…Yo soy Selene, y reinaré sobre vosotros. Reinaré sobre vosotros porque me deseáis y vuestros deseos me dan esta autoridad hipnótica sobre vosotros. No hay nadie en esta habitación que no desee obtener mis favores o participar en mis fantasías a cualquier precio. Vosotros los recibiréis, pero tenedlo seguro: todo a su buen precio. Mis precios no son siempre elevados. Hay quienes me divierten y quienes me son útiles. Yo prefiero los primeros porque al final… no necesito a nadie… No espero nada, pero cuento con vuestra devoción hacia mí, y la recibo habitualmente gracias a mis riquezas y carisma. O a mi hechicería mortal e irónica. Soy una virtuosa del placer, de la ironía y de la sofisticación…»

Si fuera… Sería…
un fenómeno natural una aurora boreal
un metal la plata
un animal una pantera negra
un color el negro ébano
una criatura mitológica Circe
un humano célebre Arsenio Lupin
una actividad humana el hipnotismo
una obra La Gioconda, por su mirada, que seguís a todas partes
un arma la daga y el florete combinados
un objeto una elegante levita negra del siglo XIX

Los metamorfos de la Quimera Negra.

Cabeza: ojos y cabellos blancos. El iris se aclara a medida que avanza la metamorfosis para, finalmente, confundirse con el blanco del ojo. Las pestañas y cabellos se alargan y encanecen para terminar siendo de un blanco níveo.

Manos: finas y con garras. Los dedos se alargan, las uñas se hacen muy duras y parecen perlas de cristal.

Piel: negro ébano. La piel se va haciendo todo negra y parece engullir la luz. El nephilim pierde toda pilosidad natural.

Olor: opiáceo. Se desprende del nephilim un dulce olor a opio.

Voz: hipnótica. La voz de la quimera negra es en la primera impresión dulce, con un fondo sonoro calmante, después se insinúa y capta poco a poco la atención para finalmente cautivar literalmente a su audiencia.

Nota: el original no sé ya dónde lo encontré. No conservo ni este original ni el nombre del autor, ni he logrado encontrarlo de nuevo en Internet. La especie de traducción es mía, más o menos de 1997. Es muy mala, pero sin el original, poco más puedo hacer.

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