Tras una temporada de otoño bastante parca en animes decentes (pero que nos dejó las maravillosas Bocchi the Rock y Koukyuu no Karasu), este invierno no hemos dado abasto en casa para seguir las series del día y hemos dejado varias «en conserva» para la primavera, no sea que nos veamos otra vez en época de escasez. Realmente, aunque ha habido mucha serie entretenida, pocas son de las que recordaremos en unos meses. Ha habido mucho isekai en múltiples variantes y un par de Mary Sue, con protagonistas reencarnados de vidas previas y tan absurdamente poderosos y megamagníficos que acaban con el interés que puedan despertar el mundo, la trama o los otros personajes.
Ordenadas según su día de emisión en Crunchyroll, éstas son las que hemos estado siguiendo:
Monogatari: un shonen típico, con un chico protagonista bastante cerril y con el ceño fruncido hasta el ombligo. Los combates son cortos, se ve bien y se olvida rápido.
Una de nombre kilométrico, que no reproduciré aquí. Un rey y gran guerrero renace tropecientos años después en cuerpo femenino. De adolescente es la tía más bestia que ha parido madre y sólo quiere pelear. Es una de las series Mary Sue que comentaba antes. Me gustaría saber algo más del mundo, pues creo que me daría ideas para alguna partida, pero, ¡qué floja que es la serie!
Koori Zokusei Danshi to Cool na Douryo Joshi: una joven se encuentra, en su primer día de trabajo, con que su compañero desciende de mujeres de las nieves y tiende a congelarse o a provocar pequeñas ventiscas cuando se pone nervioso. Éste es el planteamiento de esta serie romántica, sencilla y sin pretensiones. Sus episodios no tienen mucha chicha, pero se agradecen para relajarse tras un día duro.
Ningen Fushin no Boukensha-tachi ga Sekai o Sukuu You Desu: otra con el nombre kilométrico típico de las novelas ligeras. 4 tipos traicionados y asqueados de la Humanidad, forman un grupo de fortuna para poder sobrevivir y ganar algo de dinero en el difícil trabajo del aventurero. A saber: un bribón (de Rolemaster), una guerrera draconiana, un sacerdote y una maga sobreviviendo como pueden y luego puliéndose la pasta en sus vicios. Aunque técnicamente no es ninguna maravilla, ha sido de lo más agradable de ver de la temporada y deja la, para mí, mejor escena del invierno, que viene a ser algo así:
—Anda que si fuera ella el malo.
—¡Qué tonterías dices!
—Jaja, jiji.
….
—Yo la interrogo. Vosotros, cubrid las salidas.
Una serie muy rolera.
Tondemo Sukiru de Isekai Hourou Meshi: isekai paródico donde el protagonista tiene como habilidad acceso a una tienda online donde comprar cosas de la Tierra. Con tan inútil habilidad, declina ir a derrotar al Rey Demonio e intenta apañárselas como comerciante (compra sal y pimienta por cuatro duros en la tienda online y los revende con beneficios y tal). Como también es un cocinillas y tiene acceso a una amplia gama de ingredientes y condimentos, termina encandilando a un fenrir, una enorme bestia lobo mitológica y mega poderosa. Desde ese momento, el desdichado protagonista tendrá que alimentar a un estómago tan fabuloso como su dueño, empeñado en cazar y probar todo bicho viviente. Serie simpática al principio, se hace repetitiva, pero se hace gracioso ver cómo la gula provoca una extinción masiva.
Tensei Oujo to Tensai Reijou no Mahou Kakumei, mejor conocida por su título en inglés (The Magical Revolution of the Reincarnated Princess and the Genius Young Lady): de verdad que no entiendo lo de los títulos extralargos de las novelas ligeras y que, en este caso, además, revienta lo que debía haber sido una sorpresa. En un mundo de fantasía donde los nobles controlan la magia, la princesa carece de habilidad para usarla. Tras renunciar a su derecho al trono, se ha convertido en una excéntrica aventurera e inventora que huye de los convencionalismos sociales y es querida por muchos y repudiada por nobles y tradicionalistas. Con muchas referencias situacionales a juegos de citas, es una de las dos mejores series románticas de la temporada.
Ouyukiumi no Kaina: un mundo extraño de árboles imposiblemente altos que entrelazan sus ramas en las capas altas de la atmósfera y con la superficie cubierta por algo parecido a la nieve es el escenario de este anime del mismo estudio y equipo creativo que Sidonia no Kishi. Arriba, los habitantes que vivían entre las copas de los árboles han ido muriendo y sólo quedan un puñado de viejos y el joven protagonista. Abajo, pequeños reinos viven en los troncos y navegan por el infinito mar de nieve, luchando por los escasos recursos. Sólo me he visto los primeros episodios y la tengo almacenada para más adelante.
Revenger: esta historia de Gen Urobuchi (Psycho-Pass) con ending de Maaya Sakamoto es de lo mejorcito de la temporada. Siglo XIX, Nagasaki: un variopinto grupo de asesinos ejecuta venganzas por dinero en una ciudad asolada por el opio y la corrupción. Política, tejemanejes variados y mucha miseria.
Sugar Apple Fairy Tale: en un mundo medieval donde las hadas son usadas como esclavas, una joven huérfana sigue los pasos de su madre e intenta convertirse en maestra confitera. En su viaje, termina teniendo la compañía de dos hadas (una, un tipo de negro, taciturno y buen luchador, que está de toma pan y moja) y haciendo amigos y enemigos. Una road-movie pastelosa (perdón por el chiste) y muy bonita de la que ya hay anunciada segunda temporada.
Kaiko Sareta Ankoku Heishi (30-Dai) no Slow na Second Life: Dariel es asistente de uno de los generales del Rey Demonio, aunque no puede lanzar magia. Cuando el general es sustituido por su hijo, éste lo despide, así que el buen hombre, a sus treinta años, debe buscarse la vida. Vagando por el bosque, conoce a Marika, una joven humana (y lo verdaderamente terrorífico de la serie) que lo invita a su aldea. Y en esa aldea y con sus habitantes, Dariel rehace su vida. Es otra serie de nombre kilométrico y protagonista poderoso, pero ésta es simpática y tierna. Dariel, pese a que puede dar hostias como panes cuando se pone, realmente su fuerte es la negociación y la gestión y eso se ve tanto en cómo va floreciendo la aldea como en la decadencia del ejército del nuevo general. Como apunte curioso, la diferencia en este mundo entre demonios y humanos es que los primeros pueden lanzar magia y los segundos, técnicas de ki, siendo por lo demás indistinguibles físicamente.
The Angel Next Door Spoils Me Rotten (el título en japonés es larguísimo, así que me lo ahorro): la otra gran serie romántica de la temporada. El protagonista, un chaval huraño y solitario, descubre que tiene como vecina al ángel del instituto, la chica perfecta por la que todos suspiran. Como ambos viven solos, terminan haciendo bastante vida en común. La serie es pastelosa y bonita, con una historia bien desarrollada, aunque quizás no bien rematada. La evolución de la relación de ambos, sus historias personales, la relación con los compañeros de clase y sus parientes, está todo bien hilvanado.
La del onmyoji reencarnado, que es otra de nombre más largo que un día sin pan: como le mataron por poderoso, cuando se reencarna decide ser un segundón. Pero como es mega-poderoso y no tiene talento para la política ni autocontrol, allá por donde pasa, la lía. No empieza mal, pero entre que técnicamente es muy pobre y el guion es para llorar, descarrilla pronto.
Rougo ni Sonaete Isekai de 8-Man-Mai no Kinka o Tamemasu es un isekai con un planteamiento interesante: la protagonista descubre que puede viajar entre dos mundos, el nuestro y uno de habitual carácter medieval-renacentista, y decide usar eso para conseguir dinero para poder solucionarse la vida (el título viene a decir eso, Ahorrando 80.000 de oro en otro mundo para mi jubilación). Para ello, se entrena en el uso de armas, busca por dónde dar salida al oro y se lleva al otro mundo productos baratos del nuestro con la esperanza de venderlos caros. No he pasado del tercer o cuarto capítulo. Pese a la buena premisa, la serie es de manufactura pobre y el propio desarrollo de la historia, ya sea por la debilidad del original, ya por la impericia del guionista, no engancha.
Hikari no Ou: en principio, una de las propuestas serias de la temporada. Adaptación de la novela del mismo título con guion de Mamoru Oshii. En un mundo donde los humanos no pueden acercarse al fuego porque entran en combustión espontánea y deben usar un «fuego domesticado» proveniente de monstruos, una niña huérfana se mete en el lío de su vida al estar donde no debe cuando no debe y no deshacerse de las pruebas. Sólo me he visto el primer capítulo, la tengo reservada para momentos de sequía, pero tiene buena pinta. Maaya Sakamoto canta el ending y pone voz a uno de los personajes.
Nokemono-tachi no Yoru (en inglés, The Tale of Outcasts): en el Londres del XIX, una huérfana se hace amiga de un poderoso y aburrido demonio. A través de esta extraña pareja, iremos conociendo a otros demonios, a sus contratantes y a sus cazadores. La historia está bien y en manos de otro estudio nos hubiera dado una gran serie.
Benriya Saitou-san, Isekai ni Iku, es decir, Saitou el manitas en otro mundo, es el mejor isekai de la temporada. Saitou trabaja de ñapas en el Japón actual y termina en un mundo de fantasía, de los de gremio de aventureros y dungeons, haciendo equipo con una guerrera chapada en acero, una clérigo hada de un palmo de altura y un mega-poderoso y anciano mago que chochea y olvida sus conjuros. Jugándose la vida con ellos, Saitou descubrirá que sus inútiles habilidades (cerrajería, marroquinería…) que apenas le permitían subsistir en su mundo, aquí son muy apreciadas. La serie está montada por escenas, algunas cortas (varias por episodio), otras más largas, centradas tanto en el grupo de Saitou como en otros personajes secundarios (impagables el rey y su ministro, o la historia del ninja y la bruja). Aunque al final tiene un arco que queda un poco flojo, por lo estirado, la serie es muy simpática, para echarse unas risas y disfrutar.
Kyokou Suiri creo que es la única segunda temporada que hemos visto (junto con la tontorrona e intrascendente Bofuri). Sigue la tónica de la primera temporada, es decir, casos repartidos en varios capítulos que la pequeña diosa de la sabiduría de los youkai les hablaba, les hablaba y así les quedaba la cabeza, que dijeron Les Luthiers. Capítulos lentos, de mucho hablar y marear la perdiz, con algunas historias interesantes y otras aburridas.
Mou Ippon! es la única serie que no he visto por Crunchyroll y me enteré de ella de rebote. Anime deportivo centrado en las actividades de un club de judo de instituto. Adapta el manga del mismo nombre, al que me he enganchado de mala manera.