4 de enero, Ciudad del Vaticano, Estado Vaticano.

Su Ilustrísima el Cardenal Massimo Friuli, de Italia, resultó muerto ayer al caer desde un quinto piso a la calle. El cardenal atravesó la ventana al intentar huir de las llamas que le asediaban, devorando todo a su paso en el pasillo en que se encontraba atrapado el religioso.

Todo esto sería más bien normal y cotidiano si no fuera por las excepcionales características del caso. Las fuerzas de seguridad vaticanas están acostumbradas a tratar con integristas de todas clases y religiones intentando (y, a veces, incluso consiguiendo, debemos apostillas) quemar, envenenar, acuchillar y un largo etcétera a los padres de la Iglesia Católica.

Lo extraño viene cuando en realidad no hubo ningún incendio en el Vaticano, no peligraron ninguna de las maravillosas obras de arte que allí se encuentran. El fuego estaba sólo en la cabeza de Su Ilustrísima. Nadie sabe cómo, pero el asesino/a logró hacer ingerir al cardenal una droga psicotrópica preparada para causar ese efecto concreto.

Curioso, ¿no?

Chad Michaels

© MvR 1998. Publicado con el permiso del autor.