Tasogare Seibei, Seibei del Ocaso (traducida de forma incomprensible como El ocaso del samurái, cuando hubiera podido traducirse como El samurái del ocaso manteniendo el sentido del título original) es una película de Yoji Yamada de 2002 que fue candidata al Óscar a la mejor película extranjera y dio pie a una trilogía samurái (Kakushi ken: Oni no tsume y Bushi no Ichibun) que espero poder completar algún día. Narra parte de la vida de Seibei Iguchi, un pobre samurái en las postrimerías de la era Tokugawa, con la restauración Meiji a tiro de piedra. Seibei trabaja de burócrata (gestión de inventario y provisiones) y sus compañeros se refieren a él como Seibei del Ocaso porque siempre vuelve a casa antes del ocaso, sin salir ningún día de francachela. Va desaseado, desaliñado y hecho un desastre. Es viudo, con dos hijas y una madre senil a las que debe mantener con su pequeño estipendio, parte del cual lo tiene embargado por las deudas. Una vida sencilla de un hombre peculiar, apegado a su familia y a su casa.
Seibei con sus hijas y su madre. Nótese el arreglo de los paneles de la lámpara con páginas de los libros del trabajo.
La historia que me une a esta película es peculiar. La vi en su día reseñada en la revista de cine que comprábamos en casa. De poder verla, nada, claro, así que tuve que esperar a bajarla. ¡Por eMule, en dos archivos para grabar en dos CD! Parece ya algo tan lejano… No llegué a verla. En los últimos meses, envuelto en una campaña de samuráis, me he acordado varias veces de ella y, estas vacaciones, encontré el DVD donde la grabara allá por 2006 en casa de mis padres. Este sábado me la vi, buscando fuente de inspiración.
Y me ha encantado. Ese amor por el detalle en todos los planos, el trabajo de los actores, la historia, los duelos (con un regusto a western clásico, es decir, con una presencia que no necesita de fastuosas y vacuas coreografías), el cómo se describe la decadencia del mundo samurái…