Curioso el invento éste, propuesto desde Trasgotauro. Treinta días, treinta preguntas. El año pasado me enteré con el desafío ya empezado, a base de ver en el feed montones de entradas con el mismo asunto (me llevó enterarme de qué iba). Este año me he sumado al desafío, aunque no sé si podré contestar a todas. En todo caso, vamos con la primera.
Día 1.- ¿Con qué rolero con el que no has jugado nunca te gustaría jugar?
Y primera pregunta difícil. Primero, porque habiendo tantos roleros con los que me gustaría volver a jugar (¡ah, Tres Valles!), tengo que citar a uno con el que no lo haya hecho. Segundo, porque no suelo ir a jornadas ni participo en ningún club, por lo que he visto a poca gente jugar no estando yo en la mesa. Y tercero, porque para mí «jugar» es «dirigir». Salvo en el caso de Pírixis, que me muero de ganas de coincidir con ella en el mismo lado de la mesa, el menda es ante todo máster y leo la pregunta como «¿A quién te gustaría tener en tu mesa?». Y eso es una pregunta puñetera.
Podría hacer un poquito de trampas con eso y retorcer la pregunta, porque coincidí (al mismo lado de la pantalla) en una partida de Comandos de Guerra en las jornadas del Dirigible de 2013 con un chaval al que me encantaría invitar a mi mesa, pero no sería algo limpio.
Si pienso en roleros que conozco por Internet, gracias a la blogcosa esta, son varios los nombres que se me vienen a la mente. Unos cuantos casos en los que, a través de sus entradas o de comentarios y mensajes cruzados tengo la sensación de que sería divertido tenerlos en mi mesa, aunque nuestros juegos de cabecera sean distintos (o muy distintos). Pero creo, a tenor de lo (poco) que sé que sus estilos de juego podrían casar con mi estilo de dirección y dar tardes memorables. Hablo de maese Erekíbeon Barbagrís, de cuya mente preclara salió la idea de Los viajes del Ícaro, hablo de Wulwaif, hablo de Yachi. Aunque también hay a quien me gustaría tener de máster, y eso ya es raro.
Tres Valles está bajo el mismo hechizo que la Bella durmiente…dormita tranquila, alejada del tiempo y sus estragos…creo (sé) que me repito, pero: ¡Algún día!