La semana fue muy larga para contarla aquí. Horrores sin nombre con la cresta teñida de rubio, hedor de las profundidades del apestoso pantano de Dentro del laberinto, orcos, goblins, huargos, canis y otras criaturas igual de terroríficas hacían de la entrada al dungeon una auténtica aventura. Luego, el mover por las estrechas escaleras los tesoros acumulados por el grupo de aventureros en sus correrías. Por fortuna, el Rolace Credoj, el temible volcán, se calmó y la llegada de refuerzos en la forma de robustos bárbaros norteños permitió que la parte más pesada de la carga, las librerías de caoba del mago, los altares del clérigo, la amplia colección de armas y armaduras del enano (coquilla con puntas incluida) y la caja de herramientas de la pícara (hubo que organizar una razzia para apropiarse de los bueyes necesarios para moverla) fuera metida a presión en el dungeon, a cambio de cantidades ingentes de comida y bebida.
Al finalizar la semana el amplio dungeon descubierto días atrás por el grupo, su gran sala del trono, sus amplios aposentos, las cocinas kilométricas, la guarida del dragón… Todo estaba cubierto y lleno por miles de cajas, muebles, baúles, sacos, algún cadáver que otro, provisiones secas, cuerda superior (varios rollos de 30 metros) y demás cacharrería acumulada, entre la que serpenteaba un inestable túnel bajo que amenazaba quedar enterrado bajo un desprendimiento de estanterías y artesanía varia en cualquier momento.
Había sido una semana muy larga, pero lo habían conseguido.
Aunque a un precio muy alto. Al dungeon lo llamaban ahora…
La guarida del Liche.
¿y para cuando el festival para propiciar la buena voluntad de los Dioses sobre la nueva guarida, con toneladas de hidromiel, cerveza y delicias de kraken en adobo?
Si, si. Y la exótica bailarina troll. Y la cocatriz asada al estilo de Aguas Profundas. Y el vino verde drow de setas y veneno de araña. Y la catapulta para jugar a ¿Dónde caerá el bardo?. Y…
Eso, vosotros venid, venid, que el grupo de aventureros no-muer… este… felizmente mudados os darán un gran banquete donde seréis primer plat… digo, invitados de honor.
Bueeeno, cuando la Guarida del Liche deje de parecer la cueva de un dragón con el síndrome de Diógenes, se hará la inauguración pertinente.
De momento la pícara ha descubierto con horror que la aparente gran capacidad de almacenamiento de la kilométrica cocina era tan solo una burda ilusión, entretejida por algún mago tiempo atrás…
Eh, que si hay mucho problema conozco un par de tabernas cerca del laberinto del Minotauro que teneis en vuestra villa donde hacen un kraken en adobo delicioso, unos aros de Cthulhu rebozados para chuparse los dedos y sirven la cerveza local bien fresca