The Big O

Volvemos de vacaciones para enfrentarnos a más calor veraniego, y lo hacemos con una vuelta a los orígenes. Hoy hablaremos (o sea, yo escribo) de una de las primeras series anime que vi… subtituladas. Una producción curiosa, menor, pero que tiene su aquel: The Big O. Una serie de finales de los noventa atípica, con un diseño de personajes que recuerda mucho al de aquella serie de Batman (y unos personajes y tramas que recuerdan más aún al hombre murciélago) que surgió tras las películas de Burton con unos robots gigantes de diseño absolutamente anticuados. Dos series de 13 episodios, originalmente pensada para vender juguetes, con episodios autoconclusivos la primera (caso de la semana, con robot gigante a juego) y un interesante arco argumental la segunda que desemboca en un final digno de formar parte, en un lugar de honor, de esa galería de los horrores que preside el final de Evangelion. Cuando lleguemos al final, y una vez sobrepuestos a eso, nos quedará en la memoria una serie con un agradable aire retro y simplón, algunas escenas exquisitas, humor siempre presente y música juguetona, unos personajes tópicos pero resultones y una de las parejas con más química que podamos recordar en este mundillo.


R. Dorothy Wayneright, sacando de quicio a Roger

The Big O nos lleva a Paradigm City, una ciudad sin pasado. Hace cuarenta años algo ocurrió que borró los recuerdos de sus habitantes, ordenadores, bibliotecas y bancos de datos. Desde entonces, y bajo el control de la Paradigm Corporation, sus habitantes han intentado seguir adelante. De cuando en cuando, algún recuerdo perdido se filtra y la lía parda. Nuestro protagonista es Roger, un ex-policía metido a negociador con coche caro y traje negro (Mitsuru Miyamoto, el inspector Lebowski de Wolf’s Rain). Ayudado por su mayordomo Alfred… Perdón, Norman (el veterano Motomu Kiyokawa, el profesor Fuyutsuki de Evangelion), saca a su megadeus (robot gigante) a pasear. El megadeus, el Big O del título, le llega siempre a tiempo dondequiera que esté gracias a la olvidada red de metro de la ciudad (el cómo pasa el pedazo de cacharro sin arrasar los túneles y hundir la ciudad entera es un misterio). Su compañera de aventuras es la mordaz, a veces literal y siempre desquiciante R. Dorothy Wayneright (gracias, Asimov, por la R., y alabado sea Daneel) con la voz de Akiko Pino Yajima. Completan el plantel el rudo policía Dan Dastun (Tenshou Genda, quien curiosamente ha puesto voz a Batman en varias series allá, así como al zorro de muchismas colas en la serie del butanero rubio), el jefe de la Paradigm Corporation, Alex Rosewater (Unshou Jet Black Ishizuka), Ángel, la mujer fatal (Emi Shinohara) y una serie de malosos más locos que los de Batman.

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