Mouryou no Hako

Mouryou no Hako es la segunda de las novelas de la serie Kyougokudou del novelista japonés Natsuhiko Kyogoku y la primera, y hasta ahora única, en verse adaptada al anime. Son novelas de misterio con toques sobrenaturales y algo de terror. La serie que nos ocupa es precisamente esa adaptación, del mismo título, realizada en 2008 por el estudio Madhouse (Allison & Lillia). De 13 episodios (con un especial que salió con la edición en DVD, donde repasa un par de sucesos de la historia vistos desde otro ángulo), contaba con un diseño de personajes muy vistosos, de la mano de las CLAMP. En general, toda la serie es muy vistosa, con personajes y fondos muy cuidados. El director, Ryosuke Nakamura, hace un gran trabajo, con episodios de muchísimo hablar bien desarrollados y un buen manejo de los tiempos. El resultado es una serie interesante, extraña y de ver curioso.


Chuzenji, el Sherlock de la función

Como es una serie de misterio, hablar mucho de ella sería destriparla, así que del argumento sólo diré que hay un asesino en serie, mutilaciones, sectas, kimonos, saltos adelante y atrás en el tiempo (lo justo para marearnos) y dobles y triples juegos. Es un caso, extraño y tramposo, a lo Sherlock Holmes, situado en el Japón rural de 1952, entre agosto y septiembre. El primer episodio es una cosa rara de dos chicas de colegio idas de la olla y termina liando el misterio, que se desarrollará a lo largo de los demás episodios para desentrañarse al modo clásico: con todos los partícipes presentes en una sala y el genio de turno explicando lo que ha pasado. Es, como digo, un desarrollo muy típico, heredero de Doyle y de Christie, pero con toques sobrenaturales y disertación sobre mitología japonesa y china incluido.


Kanako y Yoriko, las chicas que lo empiezan todo

Un problema que tenemos en la serie es enterarnos quiénes son los protagonistas del caso y quiénes los investigadores, esto es, los auténticos protagonistas de la serie. Como está basado en el segundo libro de una serie, es de suponer que este equipo ya se presentó allí, porque en la serie nos los lanzan y a bregar con ellos. Cada uno por su lado, pero todos se conocen y terminan resolviendo conjuntamente el caso. Así, nuestro Sherlock es Akihiko «Kyougokudo» Chuzenji (Horiaki Hirata, Benny en Black Lagoon), dueño de una librería, experto en mitología, sacerdote sintoísta, onmyouji y lo que se le ocurra, mientras que sus a ratos torpes a ratos listos acompañantes son el escritor medio loco Tatsumi Sekiguchi (Hidenobu Kiuchi, Hei), el periodista Morihiko Toriguchi (Daisuke Namikawa, Rock en Black Lagoon), el despistado detective privado Reijiro Enokizu (Toshiyuki Morikawa, Chan en, otro más, Black Lagoon) y el policía brutote y buenazo de Shutaro Kiba (un desconocido pero eficaz Takaaki Seki). Tenemos otros secundarios relacionados con los protagonistas, como la hermana y la esposa de Chuzenji y la esposa de Sekiguchi, o Bunzou Aoki (Junichi Suwabe, Archer), joven policía compañero de Kiba. Entre los protagonistas del caso que, por fortuna, sí nos serán presentados, destacan las dos chicas, Kanako y Yoriko, la misteriosa ex-actriz Yoko Yuzuki, el doctor Mimasaka… Todos con seiyuus de primer nivel, como Aya Hisakawa, Masahiko Tanaka o Shinichiro Miki.

La serie es de muy buen ver, liosa y enredada, como debe ser. Como en otros relatos de misterio de más solera y más conocidos por estos lares, al final el misterio es un truco traído por los pelos y ya queda a cada cual decidir si le gusta o no. Desde luego, no estamos ante la adaptación de un misterio de Doyle ni de Christie, así que seamos indulgentes. Como en una novela de Stephen King, lo importante no es tanto el final como el desarrollo.

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