De forma sorpresiva e inesperada me enteré el otro día de que Sevilla también tiene su Salón del Manga (¿hay alguna ciudad española que no tenga ya el suyo?) y que es este fin de semana. Como mi ascendencia nórdica (ese pelo rubio del bigote) tira, he reunido a mi banda y preparado el drakar para irnos de viking a tierras andaluzas, a ver qué podemos pillar (una insolación, quemaduras, golpe de calor y cerveza fría, de fijo).
Por lo pronto, el plan incluye pillar a algunos pardillos jugadores para una partida de Ánima el sábado por la tarde, que mis jugadoras y yo le hemos cogido gusto a eso de probar sangre fresca, yumyum. ¿Podré mantener mi estadística de mayoría femenina en mesa? ¿El paladín oscuro que hizo Q seguirá ganando todas sus iniciativas, pese a ser el más lento sobre el papel e independientemente del jugador que lo lleve? ¿Veremos el regreso de los gallipandas? Ya se verá. El lunes lo cuento.
Y ahora, a seguir preparando la partida que, de momento, lo que tengo es una aventura para Runequest Tierra de ninjas. Tengo que dividir entre dos el número de combates para que empiece a parecerse a una partida jugable de Ánima (jugable en poco más de dos horas, digo).
La pena es que no podré sumarme a la iniciativa de Ediciones Sombra de organizar una aventura ambientada en el día D, cuyo aniversario es este fin de semana. Y eso que tengo mono de Comandos de guerra.
Ufff, una partida de comandos en el dia D… Suena muy atractivo, aunque conociendo el juego, ¿lograran bajar de la lancha los personajes o moriran nada mas se baje el portón? O si son paracaidistas, ¿lograrán llegar a tierra sanos y salvos?
Joder, que recuerdos