La Valkiria es un eolim flématico frío.
Declaración del nephilim Brunhilda:
En nuestros días se descuida demasiado a menudo la búsqueda de la verdad, qué digo, la búsqueda de todo, simplemente. Se vive sobre lo adquirido y el placer del descubrimiento ha desaparecido completamente. Yo, yo os digo: esto es un error. Seguramente soy una idealista, mas estoy orgullosa. Siento el viento de la exploración que sopla en mi corazón. El Viento del Norte, pues el frío conserva la memoria del pasado. La búsqueda se ve difícil. Por otra parte, si el peligro no estuviera presente, nobleza del acto sería menor, y si la locura y el idealismo estuviesen ausentes, no se verían jamás acciones como la empresa de Peary y Amundsen, esos dos exploradores que querían alcanzar el polo los primeros. Y si la búsqueda no se hubiera hecho dentro de la rivalidad, uno de ellos no estaría muerto sobre el lugar mismo que buscaban. Por eso, yo aprecio este género de locura. Deseo que un soplo épico bañe mi existencia y el mundo de los humanos me importa poco. Soy egoísta, sí, pero cualquiera que respete mi visión de las cosas tendrá toda mi estima.
Mi determinación y mi paciencia son grandes y raramente arreglo mis desavenencias con la violencia física. Prefiero las palabras. Pero, como lo ve, yo tengo mis cambios de humor que, aunque raros, enfrían a los menos audaces de mis adversarios. Únete a mí en mi búsqueda: el Santuario del Norte es mi objetivo. Y si no tiene tanta sabiduría por conseguir como se me ha dicho, piense que vamos a redescubrir un puerto de paz para nuestra raza.
Si fuera… | Sería… |
un fenómeno natural | la marcha de los glaciares |
un metal | el titanio |
un animal | el lobo |
un color | el blanco |
una criatura mitológica | Pegaso |
un humano célebre | Amundsen |
una actividad humana | la búsqueda |
una obra | la Búsqueda del Toisón de Oro |
un arma | una ñanza |
un objeto | una brújula |
Los metamorfos de la Valkiria.
Cabeza: los cabellos toman cada vez más un matiz dorado-rojizo (variando un poco según la luz) que parecen rodear al nephilim como un aura brillante.
Manos: los dedos se hacen transparentes y toman el aspecto del vidrio. Se quedan, no obstante, sólidos pero producen un tintineo cristalino al contacto con una superficie sólida.
Piel: la piel toma el aspecto de un mármol claro y da impresión de frialdad.
Olor: un olor muy fresco de menta azul reanima a las personas próximas al nephilim.
Voz: el nephilim tiene una forma de expresarse muy fría y cortante.
Nota: el original no sé ya dónde lo encontré. No conservo ni este original ni el nombre del autor, ni he logrado encontrarlo de nuevo en Internet. La especie de traducción es mía, más o menos de 1997. Es muy mala, pero sin el original, poco más puedo hacer.