Octubre fue un mes de reuniones para nuestros amigos. Y noviembre, un mes de cambios. Quizás lentos, a los ojos de la impaciente juventud, pero en estos dos meses entrelazaron sus destinos con el futuro de Gabriel.
Michel Laffount de Gévaudan fue el primero en mover ficha. Acudió a casa del marqués de l’Aigle Couronné para decirle que declinaba su oferta de unirse al servicio secreto, con el pretexto de que se debía a sus recién comenzados negocios. Acto seguido, quedó con el marqués de La Tour d’Azur y aceptó su ofrecimiento, entendiendo que el futuro de Gabriel pasaba por Alystaire Fardelys y no por el (a sus ojos) pusilánime de su hermano. Michel le contó al marqués lo vivido en los últimos tiempos, teniendo cuidado en no exponer demasiado a sus amigos, y le entregó el anillo duk’zarist, el que recuperaron en la extraña tumba bajo el castillo de Ourges y que había recuperado de la señora de Carbellac para la ocasión.
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