Vacaciones accidentadas

(Disclaimer: esta entrada lleva spam a punta pala).

Este año he tenido las vacaciones a primeros de julio, por primera vez en muchos años. Y empezaron mal, con el coche en el taller. Paso la revisión todos los años para el Corpus y en esta visita le sacaron a Alphonse unos cuantos problemas que requerían arreglo antes de meternos cerca de 3000 kilómetros cruzando España. Total, que de salir el viernes nos olvidamos, porque las fugas eran más graves de lo esperado en un principio y las piezas necesarias llegaron tarde. El sábado intentamos paliar este gatillazo vacacional dando una vuelta por Sevilla, que me llevó a probar el helado de palmera de Bolas (¡qué cosa más rica!), pero el lunes y el martes por la mañana fueron de mordida de uñas. ¿Saldríamos de vacaciones?

Alphonse, quince años llevándonos a todas partes. Ya tocaba que le salieran los achaques.


Por fin, el martes a medio día nos dieron el coche, con tiempo para comer, cargar y salir. Noche en Badajoz y el miércoles al norte por la ruta habitual: dirección Madrid, luego nacional 502, Puerto del Pico (parada a comer justo antes, en el Mirador de los Monteses, que tiene merenderos y una fuente), Puerto de Menga, Ávila, Segovia, Turégano, Cantalejo; luego rumbo Soria hasta el Monasterio de La Vid. De ahí salir a Peñaranda, coger para San Leonardo (y pasar por el fantasticular Puente de los Siete Ojos, que tanta rechifla nos provoca siempre), donde paramos a merendar. Y, por último, un paseo por la Sierra para que el Abejón nos diera la bienvenida.

Nos tuvimos que tomar las vacaciones de tranqui, porque Menxar andaba renqueante de un esguince y no pudimos hacer más allá de trayectos en llano y no muy largos: paseíto por la Dehesa, el camino a la Laguna de la Casada, visita a Revenga y cosas así.

Hicimos también nuestra habitual visita Covarrubias-Silos. La carretera Hortigûela-Covarrubias es una delicia, con el monasterio de San Pedro de Arlanza surgiendo de pronto con su enorme pinsapo (visita obligada cada pocos años, para ver qué han restaurado; este año no tocaba), igual que el desfiladero de Silos a Carazo. El camino a Silos estaba marcado por las cicatrices del terrible incendio del año pasado. Aún encoge el corazón.

En tiempos, Covarrubias era parada obligatoria de avituallamiento (y que el pueblo es precioso y cualquier excusa es buena para dar un paseo por sus calles). Las tiendas que visitábamos cerraron ya por jubilación, pero descubrimos Casa Heriberto en Silos, que se ha convertido en nuestra fuente de chocolates artesanos, paciencias, alguna cerveza, mermelada, chuminadas varias y, por supuesto, las provisiones de caramelos de miel y propóleo, imprescindibles para sobrevivir al invierno (¡póngame todo lo que tenga!).

Con esto de ir tan pronto este año, nos encontramos con el Mercado Medieval de Covarrubias y salimos de allí con un lote de embutidos de caza de Precazasa (a día de hoy, sólo hemos catado el chorizo de ciervo, que está tremebundo; el salchichón de ídem es el siguiente de la lista) y unas cervezas de Gadea. Lo de siempre: vas andando tan tranquilo y de pronto te miran poniendo ojitos y, ¿cómo vas a dejarlas ahí?

En Silos hicimos el Desfiladero de la Yecla. Creo que no lo hacíamos desde 2008. Es un paseo corto y muy bonito y han preparado la zona muy bien. Antes, ibas en coche desde Silos, cruzabas los dos túneles sobre el desfiladero y, justo a la salida del segundo y en una curva a derechas tenías una zona para aparcar. Cruzabas luego la carretera, con cuidado de que no te atropellaran, hacías el desfiladero, subías las escaleras y volvías por los túneles (¡cuidado con los coches!). Ahora han hecho un aparcamiento amplio a la izquierda, justo antes del desfiladero, con merenderos a la orilla del río que lo ha tallado. Luego, el camino sigue hacia el pueblo, en una ruta que me gustaría hacer algún día… con dos coches.

Cruzar La Yecla me hace sentirme como el niño que fui la primera vez que la pisé.

Comimos justo allí, en la cervecería La Yecla. Tiene una buena terraza para comer a la sombra (allí en el norte se puede hacer esas cosas en verano; aunque este año nos cogió también calor y un par de tardes terminamos en la piscina). Buena carne y qué rica que está la 947.

Como íbamos con mi madre, que no lo había visitado, aprovechamos la tarde para llegarnos al cementerio de Sad Hill. Es un paraje espectacular que merece tomárselo con calma.

Otro día hicimos excursión al Burgo de Osma y visitamos la catedral, que no íbamos desde 2007. ¡Han puesto un ascensor para visitar el campanario! Bueno, y también hicimos la tradicional parada de avituallamiento en Angelines.

Nos dio tiempo aún para hacer una excursión gastronómica a La Barrosa, en Abejar. ¿Cómo, que no lo conocen? Pues ya tardan. ¡Cómo nos pusimos! Y más comidica hubo esos días: las patatas con cordero de mi tía, el atún con tomate de mi madre y más. ¿Ya he dicho que este año tuvimos que ir de tranquis por lesión? Pues a la báscula no le ha gustado y me ha dicho cosas feas a la vuelta.

Y más avituallamiento: cecina de La Cueva de Ra (tres generaciones de mi familia hemos comprado cecina en Castrillo, antes en Casa Eugenia y ahora ahí), miel, queso Los Cameros, morcilla. Provisiones para aguantar en Sevilla, lejos de mis pinos y mis robles.

¿Qué cómo entro todo eso en el coche? Pregunten a Menxar, que es la experta en hacer tetris. Necesito un coche con más maletero, pero creo que si lo tuviera me traería más cosas.

Ah, la vuelta. La vuelta también fue accidentada. Normalmente nos volvemos un jueves o viernes, pero como fuimos tarde, decidimos volvernos el sábado. Y el sábado amaneció el coche pinchado. ¿Saben cuantos talleres abren en sábado en aquellos pueblos? Total, que hubo que ir con la rueda de emergencia hasta Burgos capital, arreglar allí la rueda y volver al pueblo a cargar. Al final, salimos a las 4 de la tarde. Volvimos por la vía rápida (Burgos-Valladolid-Salamanca-Sevilla), llegando ya de madrugada. Y a mi madre le tocó hacer transbordo en Mérida.

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2 comentarios para “Vacaciones accidentadas

  1. Accidentadita la salida y la vuelta, la verdad. Esas cosas son un coñazo, la verdad, a mí una vez se me jodió la calefacción recién salidos rumbo de Francia….

    Me encanta que la mayora parte de las cosas que comentas tengan que ver con comida xD. Por cierto, yo tengo amigos que son de Covarrubias y he estado un par de veces en su pueblo, y confirmo que es muy bonito. La verdad es que por Burgos y toda esa zona ya lindando con el norte hay lugares espectaculares 🙂

  2. Si lo de la calefacción fue un problema serio, intuyo que no sería en verano :D. Coñas aparte, la Ley de Murphy nunca falla.

    Siempre usamos este viaje para hacer acopio de provisiones para el invierno (la cecina y los chorizos pueden congelarse, y el queso envasado al vacío aguanta bien, así que ahí tenemos para una larga temporada), pero creo que es la primera vez que pongo qué cogemos y dónde lo compramos. No va a tener mucho alcanze (éste es un blog con pocos lectores), pero ahí queda.

    Yo conozco sobre todo la parte limítrofe de Burgos-Soria. El norte de Burgos lo tengo pendiente. Queremos hacer una excursión de varios días un año, quedándonos en algún sitio como campamento base.

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