Día 12 del desafío, pregunta 12 (bueno, pregunta 10, que para la de ayer, sobre las editoriales, tampoco tenía respuesta alguna). Y hoy sobre juegos de mesa. Ésta es otra que iba a quedar sin respuesta, porque no juego casi a juegos de mesa. La razón es bien simple: si consigo suficiente gente para jugar a un juego de mesa, también tengo quorum para una partida de rol, y prefiero siempre rol a juego de tablero. Pero, leyendo la explicación de las preguntas, encontré que también se podía hablar de un videojuego. Vale, no es que yo juegue mucho a videojuegos (mi sobremesa no puede con juegos modernos y, desde que le instalé W8, cortesía de Intel y sus drivers, no puedo jugar ni al Baldur’s Gate en el portátil), pero hay uno cuya ambientación siempre me ha atraído para un juego de rol: Loom. Un mundo moribundo, donde los gremios, depositarios del conocimiento, viven de forma monástica, con el mínimo contacto con el resto del mundo.
Tanto me gustó en su día que usé a los tejedores en mi primera partida de MERP (incluso preparé su lista de conjuros). Años después, volvería a coger la idea de los tejedores de Loom para Guardianes del Grial.