Beau Geste es un clásico de aventuras juvenil (de cuando los jóvenes nos dedicábamos a abordar juncos en el Mar de la Sonda o descubriendo que en el Polo Norte había un volcán, antes de tanto elfo cantarín) que narra las andanzas de tres hermanos en la legión extranjera francesa, allá donde Napoleón perdió el gorro. En el mundo anglosajón es muy popular y tuvo algunas secuelas, varias adaptaciones al cine y televisión y parodias varias (la mejor, la de sir Terry Pratchett en Soul Music). Lo que nos ocupa hoy aquí es la película de 1939 dirigida por William A. Wellman e interpretada por siempre elegante Gary Cooper dando vida a Beau Geste, con Ray Milland y Robert Preston como sus hermanos John y Digby Geste.
Markoff, colocando a un muerto en su puesto
La película es, por lo visto, un remake casi plano a plano de una anterior versión muda de 1926 que no conozco. Quizás eso explique los problemas que tiene para hilvanar la historia, estando formada por escenas que quedan sueltas y algo huérfanas. Sin embargo, es una película agradable de ver, con un estilo un tanto inocente, olvidado, común a otras películas de aventuras de la época (Tres lanceros bengalíes, Gunga Din). Pero, sobre todo, hay que verla por dos razones:
1) Todo el ataque al fuerte, empezando por el cuidado marcaje de tiempos que une el misterio del principio de la película (el fuerte muerto) con lo que pasó visto desde dentro, y terminando, por supuesto, por los muertos en sus puestos.
2) Brian Donlevy en el papel del inolvidable hijo de la gran perra sargento Markoff, el prototipo de sargento cabrón ante el que El sargento de hierro y el tipo ese de La chaqueta metálica no son sino alumnos en período de aprendizaje.
Una película obligada para los amantes del cine de aventuras y muy recomendada para directores de juego en busca de inspiración.
Buena elección como clásico de aventuras, siempre que la he visto me ha dejado un buen cuerpo.
La escena inicial que comentas (cuando la columna de legionarios que acuden a socorrer el fuerte descubre que todos están muertos) siempre ha sido una de mis favoritas en cuanto a la intriga que supone.
Está muy bien planteada y rodada. Y cuando juntas esta primera escena (desde el punto de vista del comandante de la columna) con su contrapartida desde el punto de vista del corneta, es sencillamente genial.
Bienvenido y gracias por pasarte.