Kepa Junkera, ¡qué tío!

El Festival de las Artes de Miajadas busca hacerse un hueco en la región, que en julio caía mucho del lado pacense (festival de Teatro en la Calle y FICA de Villanueva), con un programa más variado y, y esa es la parte que a mí más me interesa, apostando por organizar conciertos de primer nivel. El año pasado, el primero del FAM, trajeron a 17 Hippies y este año el festival se despidió con un doble concierto: la Amsterdam Klezmer Band y Kepa Junkera. El concierto fue gratuito, en la Plaza de España. La plaza es pequeña, pero para las doscientas personas, más o menos, que estuvimos allí, más que suficiente. La verdad es que era poca gente. No sé si la falta de publicidad o el coincidir con el Festival Folk de Navalmoral de la Mata (más cercano a Madrid, Trujillo y Cáceres), con el también interesante concierto de Scéal o qué, pero resultaba un poco triste ver aquello tan vacío.

El concierto, como digo en la Plaza de España y de entrada gratuita, empezó tarde. Bueno, empezó a su hora, pero su hora era tarde de narices, a las 12 de la noche. Vale que hay mundial, pero era muy tarde. La primera hora y media fue para la Amsterdam Klezmer Band. Clarinete, trompeta, saxo, trombón, contrabajo, acordeón y un poquito de percusión. Música klezmer, algo de rap, muy buenos músicos y mucho humor. La parte mala es que la música klezmer puede resultar cansina y la casi hora y media de concierto se me hizo interminable.

Luego nos tocó esperar media hora más mientras preparaban el escenario para Kepa Junkera (y aun así el sonido de la primera canción fue un horror). Y, después, el cielo. No veía a Kepa en directo desde el 98 en Salamanca y lo del sábado bien mereció esperar hasta las 2 de la mañana. Uno de los conciertos más divertidos que recuerdo. Muy enérgico, mucha música, muchísima, y mucho humor. Llevaba una banda ajustada, pero que nos dieron lo que esperábamos y más, mucho más. Acordeón (trikitixa, of course), teclados, batería y bajo; txalaparta, percusiones adicionales y alboka. Una noche genial.

Y colocada. Que para los pocos que estábamos, había maría en cantidades industriales. Si no fuera por el vientecito que de cuando en cuando aclaraba un poco el ambiente, habría terminado con un colocón bien gordo. En fin, se acabó el FAM 2010 y ya espero con ganas la programación del año que viene.

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