El Emperador es uno de los Arcanos Mayores más poderosos, lo que no es de extrañar ya que, desde sus orígenes, ha buscado el poder. Dominar el mundo humano con herramientas humanas: economía, política… Los miembros del Emperador esperan que, al dominar el mundo, las sociedades secretas humanas desaparezcan o queden subordinadas a ellos, y así poder tener una nueva Atlántida, un mundo donde los nephilim vivan en paz.
Breve historia
El Arcano fue fundado en torno a la cuarta Búsqueda de Akhenatón poco después de la muerte de este, siendo de los Arcanos que más rápidamente se organizaron. El responsable de esto fue el faraón Seqenenra, que había sido liberado de su estasis de piedra durante la Retirada del Valle de los Muertos, y cuyo mayor acierto fue la rápida fusión de la nueva organización con el viejo Ar-ka-na Proveedores de Espíritu, una antigua sociedad de tiempo de los kaïm y la Atlántida. El Emperador fue de los primeros Arcanos que se unieron a Moisés en el llamado Pacto Olvidado, la unión de los nephilim egipcios y el futuro pueblo de Israel. También fue de los primeros Arcanos del Pacto Olvidado en levantar el vuelo, expandiéndose por el mundo tras la iluminación de Seqenenra.
Seqenenra, poco antes de alcanzar el Agartha, lo dejó todo bien atado: dividió el poder del Emperador entre sus cinco ministros principales, formando cinco Imperios y prohibió a cualquier nephilim agarthiano seguir en el Arcano. El puesto de líder supremo del Emperador quedaba vacío «hasta que llegue el momento». La razón de esta división del Arcano sigue siendo motivo de controversia. En general, se considera que Seqenenra quería estimular la competencia entre las distintas facciones del Emperador, buscando que el Arcano saliera de esta forma reforzado frente a los otros Arcanos y sociedades secretas. El momento del que hablaba el faraón ha sido entendido por muchos como el momento en el que uno de los ministros principales tenga el poder y la influencia suficientes como para reclamar el título de máximo dirigente, pero los nephilim más ancianos, que consideran a Seqenenra poco menos que un profeta, esperan algo más grande, una crisis o un cataclismo sin igual.
El Emperador ha estado dividido en cinco Imperios desde entonces, cada uno con su área de influencia. Conforme se ha ido expandiendo, o se han levantado y caído imperios humanos, estas áreas han cambiado. Del mismo modo, sólo tres de los cinco ministros originales siguen al frente de sus Imperios. Los otros dos, los pertenecientes a los Proveedores de Espíritu, hace mucho que alcanzaron el Agartha.
Organización
La organización actual del Emperador es de inspiración romana. Se desarrolló fundamentalmente durante el siglo I antes de Cristo, aunque ha sufrido algunos cambios desde entonces. Se basa en una estructura burocrática rígida, con una cadena de mando bien definida pero, al mismo tiempo, tiene una estructura iniciática muy simple. Un nephilim con un cargo siempre recibe el título de su cargo, mientras que si no desempeña ninguna función en el Arcano es denominado según su rango iniciático.
Al contrario que otros Arcanos, el Emperador no establece un tiempo de servicio mínimo. El Arcano busca nephilim ambiciosos que quieran medrar en el mismo por propia voluntad. Por otra parte, los adeptos tienen muchas más obligaciones para con el Arcano, aunque no estén trabajando directamente para él. Así, todo miembro del Emperador tiene la obligación de pagar un impuesto (diezmo) al mismo, que es usado como principal medio de financiación. Además, debe usar su posición en el mundo humano para ayudar a los objetivos del Arcano, acatando las órdenes que reciba del responsable de su zona. En algunos casos, esto puede suponer perder toda su vida humana (su posición, su hacienda, su familia, incluso su simulacro) pero, por otra parte, el Arcano nunca olvida a los suyos y paga sus deudas.
Estructura iniciática
El Emperador distingue entre grados iniciáticos y burocráticos. Los grados iniciáticos son tres y existen desde el siglo VII, cuando se crearon los dos superiores para recoger ciertos usos y costumbres habituales. Los grados iniciáticos no tienen poder oficial, aunque en los Imperios más romanizados tienen cierto poder no oficial que deriva de la dignitas del nephilim y, en menor medida, del grado.
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Adepto: es el rango iniciático más bajo. Todo recién admitido en el Arcano tiene este rango, así como la gran mayoría de sus miembros. Obtenerlo requiere aprender ciertos secretos del Arcano, su funcionamiento y hacer voto de obediencia. Por otra parte, pueden acceder a cualquiera de los rangos burocráticos inferiores.
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Propretor: es el segundo rango iniciático y corresponde a un nephilim que ha sido pretor. Originalmente era un rango burocrático y, al igual que el propretor romano, designaba a un gobernador provincial. En aquel entonces no había más rango iniciático que el de adepto y un complejo sistema que valoraba la dignitas personal de cada uno. En el siglo VII se consideró necesario añadir este nuevo grado como forma de oficializar la dignitas. Como el rango de adepto, un propretor que esté desempeñando una función siempre recibe el título de su rango burocrático (por ejemplo, un propretor haciendo de centurión es un centurión y podrá estar a las órdenes de un tribuno) y, si no desempeña función alguna, está fuera de la cadena de mando. Sin embargo, no sería extraño que, en caso de emergencia, un propretor llegue a desempeñar funciones para las cuales no tiene potestad. Por ejemplo, un tribuno podría ponerse a las órdenes de un propretor que viviera en su zona para solucionar un conflicto con el Temple. Las órdenes del propretor carecerían de validez, por lo que tendrían que ser dadas oficialmente por el tribuno o bien confiar en su auctoritas.
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Procónsul: similar al propretor, un procónsul es un adepto que ha sido cónsul y es el último grado de iniciación del Arcano. Empezó también como grado burocrático, referido al gobernador de una región. Al igual que el propretor, al ser un grado iniciático, un procónsul carece de poder oficial.
Dignitas. El Emperador es un Arcano fuertemente romanizado. Su nombre, su estructura y ciertos ideales emanan de la República y el Imperio romano. Es por ello que la dignitas, con el mismo sentido que en la antigua Roma, está aún muy presente en los tres Imperios más occidentales y forma un complejo sistema de relaciones que funciona aparte de la estructura oficial.
Estructura burocrática
El Emperador es un Arcano que ha dejado de lado una estructura iniciática más propia de sociedades secretas en favor de una organización operativa fuerte, poco esotérica y más acorde a sus objetivos. La estructura burocrática se amolda a la división territorial, base del funcionamiento del Arcano: los principales cargos están ligados a estas divisiones (centurión, tribuno, pretor y cónsul) o bien dedicados al control de estas (cuestores). Los cargos administrativos como podrían ser tesoreros, bibliotecarios, senescales, ministros…, tienen un rango ambiguo o, en algunos Imperios, inexistente, derivando su autoridad directamente del puesto al que sirven (un tesorero de un pretor tendrá el rango efectivo de pretor a la hora de tratar con los demás nephilim de su provincia). Las necesidades operativas han hecho que surjan algunos rangos «extraños» y de duración normalmente corta, dependiendo de la misión que tengan asignada. Son los legados.
La estructura es vertical, no existiendo comunicación horizontal. Esto es, un tribuno sólo tiene poder en su sede o ante su pretor o cónsul. Ante otro tribuno o centurión de la misma provincia, incluso, no tendrá rango alguno. De este modo, todas las comunicaciones oficiales dentro del Emperador van en vertical, lo que garantiza que los rangos superiores estén al tanto de lo que se cuece debajo, pero conlleva una rigidez que puede no ser aceptable. Por ello, las relaciones horizontales (o «en diagonal») dentro de los tres Imperios más romanizados suele ser un complejo juego donde entra la dignitas de cada cual.
Los rangos del Emperador, del más inferior al superior, según la ordenación vigente desde el siglo VII, son los siguientes:
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Subalternos: el personal de las sedes que no tiene título propio, tales como bibliotecarios, secretarios, tesoreros y otros funcionarios, eran considerados como adeptos. Sin embargo, en los últimos años han empezado a usar su cargo como título. Están por encima del adepto sin función en el Arcano, ya que pueden darles órdenes, por lo que se les puede considerar un rango propio.
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Centurión: es un rango relativamente nuevo. Un centurión es el encargado de una sede poco importante. Normalmente está él solo al frente de la misma y suele controlar un territorio de unas dos jornadas a caballo de radio. Debe mantener una red de refugios (casas francas, escondites…), gestionar los ingresos de la sede, recaudar el diezmo, ayudar a los adeptos de su zona, medrar en la sociedad humana…
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Tribuno: está al cargo de una sede de importancia, normalmente en ciudades. Suelen tener algo de personal a su cargo y puede que dependan de él varios centuriones. Sus obligaciones son similares a las del centurión, pero en un ambiente mucho más complejo, con presencia de otros Arcanos y sociedades secretas.
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Edil: es un título que apareció en el siglo VII para sustituir al pretor como ministro de los responsables provinciales pero sin todas las prerrogativas de las que gozaba el pretor y que no existe en todos los Imperios. Básicamente, es un subalterno de un pretor o un cónsul y, como los subalternos, tiene la autoridad de su superior, de ahí que no todos acepten este rango.
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Cuestor: es el enlace entre la dirección provincial y los tribunos y centuriones que de ella dependen. Es un cargo itinerante: el cuestor viaja por su provincia, visitando las distintas sedes, comprobando libros de cuenta, hablando tanto con los responsables como con los adeptos, recaudando el diezmo de las sedes… Tiene potestad para dirimir pequeñas disputas, destituir a tribunos y centuriones o nombrar a sus sustitutos. Suele haber uno o dos por provincia y es el último de los rangos inferiores. Es una función que sólo puede desempeñar un adepto y se considera obligada para aquellos que quieren acceder a los rangos superiores.
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Legado: un enviado de la dirección provincial (ya sea este un pretor o un cónsul). Puede actuar como embajador ante otra provincia o región, enviado ante el Pater Imperator, transmitir órdenes a tribunos o centuriones, actuar como agentes especiales…
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Pretor: gobierna una provincia, la división territorial por excelencia de los Imperios. Originalmente este grado era el propretor, mientras que los pretores eran ministros de los propretores, procónsules, cónsules y el mismo Pater Imperator. Con la reforma del siglo VII, el pretor pasó a desempeñar tanto las funciones de ministros como la de gobernador, aunque ahora mismo sólo ejerce esta última. La función de ministro ha sido parcialmente sustituida, con mucho menos peso, por los ediles en varios Imperios. El pretor sólo responde ante el cónsul de su región o su Pater Imperator, aunque, bajo determinadas circunstancias, puede ser desautorizado por un cónsul vecino.
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Cónsul: en origen, eran dos lugartenientes del Pater Imperator que eran elegidos por los adeptos del Imperio. La figura de los cónsules siempre fue vista por los Pater Imperator como un intento de minar su autoridad y, en algunos Imperios, llegaron a tener mucho poder. En el siglo III los Pater Imperator acabaron con esa forma de consulado, aumentando el número de cónsules y relegándolos a gobernadores de ciertas provincias o, con el grado de procónsul, las regiones. En el siglo XIII la figura del cónsul varía de Imperio a Imperio: son gobernadores de regiones, teniendo bajo su mando a los pretores de las provincias que conforman su región. En muchos casos, para tener un poder real, son también gobernadores de alguna provincia, ya sea manteniendo su rango de cónsul o adoptando también el de pretor (cónsul de la región tal, pretor de la provincia cuál). A veces, gobiernan ciertas provincias conflictivas o importantes estratégicamente, o ciertas áreas que el Pater Imperator quiere tener directamente bajo su control.
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Legado imperial: es un agente nombrado directamente por el Pater Imperator y que actúa en el nombre de este, ya sea como embajador plenipotenciario, agente especial, emisario… Suele ser enviado como embajador ante otros Arcanos u otros Imperios, para resolver un asunto doméstico espinoso o realizar operaciones especiales.
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Imperator: sustituto temporal del Pater Imperator. Debe ser necesariamente un procónsul.
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Pater Imperator: son los dirigentes supremos del Emperador y son cinco. Cada uno dirige su Imperio como señor absoluto y de manera independiente. Es el único cargo vitalicio: se es Pater Imperator hasta la muerte (se considera muerto también si está más de cien años desaparecido o prisionero de humanos) o hasta alcanzar el Agartha (aunque hay algunas formas de destituir a un Pater Imperator; por ejemplo, si se convierte en khaiba o selenim). Mientras está en la estasis es sustituido por un Imperator nombrado por él o por los cónsules.
Pese a esta rígida organización, el movimiento entre rangos siempre ha sido bastante libre. En distintas ocasiones se ha intentado regularizar esto, intentando instaurar una progresión al estilo del cursus honorum romano. Se consiguió parcialmente cuando se estableció la forma primitiva de los cónsules, pero los Pater Imperator la consideraron un atentado contra su autoridad y lograron revocarla en el siglo III. El sistema actualmente vigente divide los rangos en inferiores y superiores. Los rangos inferiores pueden ser desempeñados por cualquier adepto, independientemente de su grado y lo forman los rangos de centurión y tribuno (y los subalternos y ediles, si consideramos que existen estos rangos). Los rangos superiores lo forman el legado y el cónsul, y exigen que el adepto sea propretor al menos. Dentro de los rangos superiores, el Legado imperial y el Imperator reciben el nombre de consulares, ya que exigen que el nephilim sea procónsul. En medio queda el Cuestor, cargo que sólo puede ser desempeñado por adeptos y permite ser pretor y, en algunas ocasiones, cónsul. La existencia del cuestor como requisito previo para la pretoría o consulado es, oficialmente, para que el adepto se familiarice con el funcionamiento de una provincia antes de gobernar la suya propia. En realidad, al ser un cargo nombrado por el pretor o cónsul de la provincia, es un intento de evitar que el Pater Imperator nombre a dedo a los altos cargos. De esta forma, pretores y cónsules pueden promocionar a sus propios «hombres», como contrapoder al Pater Imperator. Como, de todas formas, este puede asumir el mando directo de alguna provincia, sigue teniendo la posibilidad de promocionar a sus nephilim de confianza y el resultado final es, como todo en el Emperador, un delicado juego de poder.
Los rangos «territoriales», es decir, aquellos con mando sobre una zona geográfica (centurión o tribuno, pretor, cónsul, Imperator y Pater Imperator) son «apilables». Un adepto no puede controlar dos territorios equivalentes (no podría ser dos veces pretor, por ejemplo), pero sí puede controlar territorios escalonados. Un cónsul de una región puede ser también pretor de una provincia de esa región y controlar personalmente una sede, ya sea como tribuno o como centurión. La condición es que el territorio menor debe pertenecer al mayor, lo que significa que un cónsul no podría ser pretor de una provincia ajena a su región. Es habitual que el Pater Imperator sea a la vez cónsul y pretor, para tener más votos en el Consejo Imperal.
Además de los rangos, hay dos órganos de gobierno que están por encima de los Pater Imperator, uno dentro de su Imperio y otro común a todo el Arcano.
El Consejo Imperial: es el órgano supremo de gobierno de un Imperio. Es un órgano ejecutivo que tiene dos funciones básicas: proponer acciones al Pater Imperator y vetar decisiones de su Pater Imperator. Al Consejo Imperial asisten los pretores, los cónsules y el Pater Imperator, y cada grupo tiene un tercio de los votos (lo que se traduce en que cada pretor tiene un voto, el Pater Imperator tantos votos como pretores haya, y los cónsules terminan con votos fraccionarios y hay que asegurarse de que el secretario sea bueno haciendo cuentas). Para casi todas las votaciones decide la mayoría absoluta, lo que significa, básicamente, que es muy difícil ir en contra del Pater Imperator, que habitualmente también tiene rango de pretor y cónsul para sumar votos. La existencia del Consejo Imperial es la razón de que el consulado original desapareciese, ya que eran dos cónsules elegidos por el resto de adeptos quienes tenían un tercio de los votos sin control del Pater Imperator, lo que supuso que el poder de estos quedara muy limitado. Con la forma actual, el máximo dirigente del Imperio sigue teniendo un poder casi absoluto.
Entre las funciones del Consejo Imperial está la de proponer (pero no vetar) un nombramiento, proponer o vetar una destitución, proponer o vetar una actuación interna o externa del Imperio (llegar a un trato con otro Arcano, crear una nueva provincia…), nombrar al Imperator, nombrar a un nuevo Pater Imperator o destituir al Pater Imperator actual si se dan las circunstancias (fundamentalmente, no acudir a un Capítulo del Emperador, ya que los otros casos, como estar convirtiéndose en selenim o en khaiba, la destitución suele ser inmediata). En el caso de la destitución, la votación sigue siendo por mayoría absoluta, pero el Pater Imperator no puede votar.
La elección de un nuevo Pater Imperator se produce tras la muerte, destitución o iluminación del anterior y se puede realizar de dos vías:
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Si el Pater Imperator nombró sucesor, el Consejo del Imperio (formado únicamente por los cónsules y pretores) debe ratificarle. Si no lo hace, propondrá un nuevo candidato que, de salir elegido, será presentado ante el Capítulo para que lo reconozca.
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Si no nombró sucesor o si ni el sucesor ni el candidato alternativo del Consejo logran salir elegidos, cualquier nephilim del Emperador, de cualquiera de los Imperios y con grado de procónsul, excepto otro Pater Imperator, podrá presentar su candidatura. Se realizarán votaciones sucesivas en las que se retirará al candidato menos votado, hasta que salga un ganador, que será presentado al Capítulo para su ratificación. Si este no lo ratifica, se supone que debe repetirse el proceso tantas veces como sea necesario, pero jamás se ha llegado a eso.
Hay que tener en cuenta en la elección la extraña situación del Consejo: falta como mínimo un tercio de los votos (posiblemente más si el Pater Imperator era cónsul y pretor también), no se puede nombrar un Imperator y sólo un Imperator o un Pater Imperator puede nombrar pretores o cónsules, por lo que podría darse el caso de que no hubiera suficientes votos para una mayoría absoluta. En este caso, es necesario el voto unánime de los presentes. De todas formas, esto es casi teórico, porque hasta el momento sólo un Pater Imperator ha sido elegido por este método y ya había dejado su sucesor nombrado y todo bien atado.
El Capítulo del Emperador: es el consejo supremo del Emperador, formado por los cinco Pater Imperator y al que pueden asistir, con voz pero sin voto, los anteriores Pater Imperator (la redacción de la norma pensaba en los agarthianos, pero es tan ambigua que permitiría la presencia de destituidos, khaibas y selenim). Se reúne muy rara vez, y tiene entre sus atribuciones el decidir acciones conjuntas del Emperador (que, normalmente, se tratan en reuniones más informales o mediante legados), el cambio de la distribución de los Imperios, el cambio de ciertas normas o la ratificación de un nuevo Pater Imperator. Salvo en este último caso, en el que son necesarios dos votos a favor, el resto de votaciones necesita de una mayoría de tres votos. Como en el resto de votaciones del Emperador, la abstención no existe.
La asistencia al Capítulo es obligatoria, retrasándose su convocatoria si alguno de los Pater Imperator está en estasis. Si alguno de los Pater Imperator no asiste al Capítulo, la reunión se sigue produciendo, toda votación requiere dos votos a favor, las decisiones tomadas por el Capítulo son vinculante también para su Imperio y su Consejo puede iniciar su destitución.