Noir… Un nombre cuyo destino nos llega del pasado.
En 2001 Koichi Mashimo inauguraba una serie de series protagonizada por dos chicas y muchas armas con Noir, una historia de asesinas a sueldo, antiguas sociedades secretas, facciones enfrentadas y mucha, mucha violencia. Un referente del cine y anime negro y de acción que, pese a los años, sigue siendo de lo mejor que podemos encontrar en el género.
Mireille, Kirika y Cloe, con Altena al fondo
Noir es el nombre de trabajo de dos asesinas a sueldo, la joven corsa Mireille Bouquet (Kotono Mitsuhi, Misato Katsuragi en Evangelion) y la pequeña y menuda japonesa Kirika Yuumura (Houko Kuwashina, Clare en Claymore, Dolores en Zone of the Enders). Mireille, proveniente de una familia con solera en el negocio y víctima de un turbio y sangriento pasado, es un lobo solitario. Kirika ha perdido la memoria, no sabe quién es ni de dónde viene, pero sabía quién es Mireille, tiene un extraño reloj con una curiosa melodía que está presente en los recuerdos de la infancia de Mireille y se le da de miedo matar. Mireille acepta trabajar con ella hasta descubrir su pasado y luego matarla, ya que conoce su identidad. Luego la cosa empieza a complicarse. Entre trabajo y trabajo, aparece una extraña y antigua sociedad secreta que va tras ellas, Soldats, y una adorable y juguetona jovencita, Cloe (Aya Hisakawa, Skuld en Ah, Megami-sama!, Rem Saverem en Trigun, Priscilla y Blue eyes, por ejemplo), que les hace la competencia y parece saber más sobre ellas que ellas mismas.
La serie avanza desarrollando los personajes y, poco a poco, metiendo la trama principal. Al igual que la irregular El cazador de la bruja, Noir es una historia de personajes y la historia se supedita a estos. La serie es una historia de decisiones y, para que estas nos emocionen y sean creíbles (y también para crear incertidumbre sobre el final), debe mostrarnos a los personajes, sus motivaciones y su evolución, y lo consigue. Como Kirika se va abriendo al mundo, el desplazamiento que siente Mireille ante Kirika y Cloe y la inseguridad que la invade, el frágil mundo de Cloe… Sin todo ello, el final carecería de sentido y de garra.
Mad Tea Party
Noir es Cine. Usa las herramientas del Arte de una forma que Hollywood ya no recuerda, la acción, la pausa, la palabra, el gesto, el silencio, el giro argumental, la sorpresa: el momento de tensión entre Kirika y Mireille en la cocina, haciendo la comida, cuando una pide un cuchillo a la otra; el clímax en el cementerio, cuando Kirika ya ha recobrado la memoria; el té a la luz de la luna; Cloe y el ex-militar de la RDA. Escenas de acción memorables y hasta desagradables (casi siempre con Kirika como protagonista; Mireille es más tradicional): la corbata en el primer episodio; las ruedas del camión de juguete (traumático para todos los que hemos tenidos camiones Gozan y similares; mira que le quité veces una rueda al eje y jamás se me ocurrió apuñalar con él); la exageración de las palomitas o el carnet de estudiante… Y música. Una música que acompaña a la historia y con algunas canciones que han hecho época (sólo por el Canta per me merece la pena).
La parte mala la encontramos en un dibujo superado, abuso de secuencias estáticas y un arranque lento, con dos o tres episodios bastante flojos y que son prescindibles (entiéndase que estos bastante flojos estarían entre los mejores de El cazador de la bruja).
En resumen, una gran serie que, pese a los años, merece la pena ver y volver a ver.
La serie está editada en España por Selecta Visión, pero no puedo comentar ni la edición ni el doblaje en español (estaba a 15€ en el Expomanga, tenía que haberla pillado).
Vivo matando a otros. Pero, ¿por qué no estoy triste?
Si lo supiéramos, tendría que matarte.
Una serie muy recomendable.
Nunca se me hubiese ocurrido darle un uso como ese a unas palomitas y un camión de juguete. A partir de esas escenas, cambia el concepto de lo que puede utilizarse como arma.
Totalmente de acuerdo con Pirixis. La serie es magnífica, y los personajes tienen mucha calidad.
He de decir que las historias personales de cada una de ellas es muy triste, pero la que me da especialmente pena es Cloe.