Si de verdad existen los dioses (en el número que sea, según el mundo), no los enfadéis, que su cólera es terrible. Y si estáis seguro de que existen, ¡por todos ellos!, no matéis y violéis (por ese orden) a una muchacha sobre el altar de un templo de un dios del Bien. Y luego, ¡maldita sea!, no consagréis el dichoso templo a Khorne.
Que cuando la tierra empieza a temblar, el cielo se oscurece y todo eso, el resto también tenemos que correr. Y comerse un marrón que no te corresponde no le gusta a nadie.