Me he bajado estos días una serie cortita (12 episodios), atraído por el dibujo y esperando encontrarme con una serie de acción y violencia sin más. Lo que no esperaba es que fuera tan mala. Kurozuka plantea de inicio una interesante serie de vampiros que arranca en el siglo XII en pleno Japón feudal. Desgraciadamente, las buenas intenciones no dan más allá de dos o tres capítulos. El atractivo dibujo poco puede hacer ante la debilidad del guión y una dirección sumamente torpe: escenas de acción pretendidamente espectaculares o preciosistas que son en realidad Matrix-class Action Disaster, faltas de ritmo y dignas de grandes y sonoros bostezos; personajes de comportamientos absurdos; errores de montaje en las escenas, microsaltos temporales estúpidos (ahora el cuerpo está aquí, ahora ya no).
En fin, Kurozuka podrían haberlo vendido como un mod malo del Max Payne 2, y aún hubiésemos tenido un rato de emoción frente al ordenador. Como serie no merece ni que ponga una captura.