Pues resulta que la mujer rubia se escapó de la mazmorra y Oso quiso seguirla, porque estaban todos tus amigos muy liados luchando con los piratas. Se escondió y la perdimos. Pero Oso dijo que tenía su rastro y fuimos por las montañas y por los bosques y… y por ahí, ¿sabes? Vimos a unas mujeres-lobo muy simpáticas y un viejo raro y gracioso que quiso invitar a comer a Oso, pero no aceptamos porque teníamos prisa y nos fuimos corriendo. Y llegamos a un pueblo y allí vimos a la mujer. Pero ya no era una mujer, sino el chico con cara tonto que está atado ahí. Y se montó en un barco, un mercante de popa redonda y pesado de proa con la carga mal estibada, así que Oso y yo nos colamos.
Luego nos atacaron los piratas. Pero eran muy torpes y quemaron el barco. Svala nunca deja que se le queme la presa. Hubo pelea y al final los cogieron prisioneros. Svala dice que si se resisten hay que tirarlos por la borda, pero éstos los cogieron y ataron y subieron a su barco todo lo que pudieron antes de que por el fuego estallara el motor. Yo estaba en esa cesta y me subieron a su barco sin darse cuenta, pero Oso quedó en el nuestro. Estoy un poco preocupada.