Anime — Primavera 2024

Llevo meses esquivando la entrada de la temporada de primavera de este año. La razón es muy simple: vimos demasiadas series.

El plato fuerte ha sido la tercera temporada de Hibike! Euphonium. Allá por 2015 empezamos esta serie de Kyoto Animation dirigida por Tatsuya Ishihara (Air, Clannad) que seguía las andanzas de la banda sinfónica de un instituto según la visión que nos daba de ella la protagonista, Kumiko Oumae (Tomoyo Kurosawa), que hacía gala de un talento especial para encontrarse con todos los dramas que se producían entre sus integrantes.

Hibike! Euphonium 3 – La junta directiva de la banda con problemas.


La serie dedicaba dos temporadas de 13 episodios al primer curso de instituto. Luego hubo un largometraje y un mediometraje para el segundo año (para mi gusto, el 2º año queda muy condensado en este formato y se pierden algunos secundarios interesantes), junto con un spin-off dirigido por Naoko Yamada (Koe no Katachi) titulado Liz to Aoitori (Liz y el pájaro azul) que, con otro estilo de dibujo, sigue a las dos solistas de la competición.

La tercera temporada se centraba en el último año de instituto, siguiendo la estructura de las anteriores. Kumiko es la presidenta del club, así que ya sí que no se escapa de que todos le cuenten sus problemas. Tantos que te preguntas cuándo puede ensayar, la pobre. El arco final es un problema que la afecta directamente (y que enlaza con la primera temporada, en el sentido de que te permite ver la situación desde los dos puntos de vista: novatos y veteranos) y me parece una preciosidad en ejecución.

He aprovechado la llegada de esta temporada para volver a ver las dos primeras y localizar y ver las películas (en Crunchyroll sólo están las series). En su conjunto es una joya, uno de los grandes trabajos de Kyoto Animation.

Tonari no Yokai-san

Tonari no yokai-san es, probablemente, la propuesta más interesante de la temporada. Nos lleva a una tierra alternativa donde conviven humanos y yokais, mostrándonos el día a día de una variopinta selección de personajes en un pueblecito japonés bajo la protección de un poderoso tengu (aunque no explica cómo puede ponerse las camisetas con esas alas). Su dibujo un tanto ñoña puede hacer pensar que es una serie infantil, pero destila mala baba y ternura a partes iguales. De lo mejor del año.

Spice and Wolf: merchant meets the wise Wolf me ha cogido por sorpresa. Un remake de Spice and Wolf cuando no hace mucho se había anunciado un proyecto donde se contaría la historia de la hija de Holo y Lawrence. En fin, hace poco que nos volvimos a ver la primera serie y en ésta aguanté hasta la aparición de Holo en el carro. El dibujo de ella, tan moe-moe y la falta de colmillos en la interpretación de Koshimizu nos echó para atrás. He ido guardando la versión de Anacrónico Fansub para un futuro, porque sé que en un tiempo le daré otra intentona, más que nada porque Ami Koshimizu y Jun Fukuyama tienen muy buena química e intento seguir los trabajos en los que están juntos desde Code Geass.

Hablando de remakes inesperados, Bartender: Kami no Glass es una adaptación del manga Bartender, que ya tuvo un anime en 2006. Aquella trataba del cliente de la semana del barman, mientras que en esta nueva versión se centra en el propio barman, con un hilo conductor claro. Bonita y con un montón de cócteles por probar.

Unnamed Memory – Óscar y Tinasha

Unnamed Memory es una serie romántica de fantasía. Óscar (Yoshiki Nakahima), príncipe heredero de un reino, acude a la torre de la bruja Tinasha (Atsumi Tanezaki) para que le ayude con su maldición. Adapta la serie de novelas del mismo título. Técnicamente es correcta tirando a floja y hay episodios que terminan siendo algo confusos, pero la historia está bien y hay muy buena química entre los protagonistas.

Maou no Ore ga Dorei Elf o Yome ni Shitanda ga, Dou Medereba Ii? (en inglés An Archdemon’s Dilemma – How to Love Your Elf Bride) es otra serie de fantasía que adapta otra serie de novelas (esto es fácil de ver por el kilométrico título). Archidemonio aquí es un título que debería ser archimago. Y es que el prota es un poderoso mago que vive solo en su torre (tras haber eliminado al anterior dueño). En un arrebato, compra una elfa esclava de otro archimago, hecho que provoca que termine siendo más sociable y se relacione con más gente (mayoritariamente chicas, ya sabemos cómo va esto). La serie es simpática, por momentos tierna y con bastante desarrollo de tramas.

Cambiando de registro, Seiyuu Radio no Uraomote es la historia de dos seiyuu que se admiran mutuamente. Contratadas para hacer un programa de radio juntas, descubren que son compañeras de clase y que no se aguantan. Una premisa un tanto chorra y algo de ecchi sin venir a cuento que no presagian nada bueno, pero la serie va de menos a más y trata temas bastante serios (los distintos tipos de fans, la posición de las madres, la dureza del mundillo). En su conjunto, una serie muy bien hilvanada.

Seiyuu Radio no Uraomote – Las dos protagonistas

El tema de grupo de chicas artistas ha dado para varias series esta temporada. Girls Band Cry no la he visto, pero Yoru no Kurage wa Oyogenai sí. Una ex idol, una chica que ganó algún premio de niña pero que ha dejado de pintar, una vtuber casi hikikomori y una estudiante de piano se unen para formar un grupo artístico. Una serie de segundas oportunidades con un regusto amargo, muy bonita.

Empezamos la tanda de isekais de la temporada con un isekai inverso: Henjin no Salad Bowl: princesa de otro mundo termina en este, bajo la protección de un detective privado (su guardaespaldas también, pero con menos suerte). La serie es una tontería enorme y mala. Pero la traducción de Abraham Gayuvas y Eduardo Salgueiro para Crunchyroll es sublime. La princesa y su guardaespaldas hablan un japonés arcaico y lo han adaptado estupendamente al castellano. ¡Sapristi! ¡Albricias!

Siguiendo con los isekais, hemos tenido la 3ª temporada del slime (Tensei shitara Slime Datta Ken). La 2ª terminaba con un subidón de poder brutal del slime y sus vasallos y la 3ª no presagiaba nada bueno, pero, oh, sorpresa, se han dedicado a la construcción de un reino, con política, economía y poca acción. Sin ser ninguna maravilla, hay que reconocerle el mérito de no caer en la escalada de poderes y explorar otras posibilidades. Es una temporada larga que nos ha dado también para el verano.

The New Gate es una hija bastarda de SAO, que vendría a contar que Kirito, tras pasarse el juego, en vez de despertar en el mundo real, termina en un mundo de fantasía que se ha desarrollado a partir del juego, apareciendo años después. Es decir, el planteamiento de Overlord y Leadale no Daichi nite mezclado con SAO. En fin, hay noches que apetece ver algo intrascendente que no requiera de neuronas funcionales y esta serie cumple bien para esos días.

Tensei Kizoku Kantei Sukiru de Nariagaru: Jakushō Ryōchi o Uketsuidanode, Yūshūna Jinzai o Fuyashite Itara, Saikyō Ryōchi ni Natteta – Intentad decirlo sin coger aire. Les Luthiers ya se mofó de los títulos extralargos 40 años antes («La guapa y graciosa moza…»).

Tensei Kizoku Kantei Skill de Nariagaru es un falso isekai (falso en el sentido de que el prota es reencarnado de otro mundo, pero no afecta en nada al desarrollo de la trama y apenas se menciona y da la sensación de estar ahí para atraer a los aficionados al género) con un planteamiento interesante y una ejecución algo pobre, pero que se deja ver. Ars Louvent es hijo de un noble menor en un imperio en decadencia que se encamina a una guerra civil. El chaval tiene una habilidad extraña que le permite ver las capacidades de las personas y lo usa para reunir a su alrededor al más habilidoso grupo de personas que pueda encontrar.

En la parte de mira, no, paso, hemos tenido dos series:

Hananoi-kun to Koi no Yamai venía a ser una pastelosa comedia romántica, pero el protagonista masculino es tóxico como el sólo y la dejamos en el primer capítulo.

Kaii to Otome to Kamikakushi (Mysterious disappearances) es una serie de temática sobrenatural con un punto de terror: leyendas urbanas que son ciertas, fantasmas, desapariciones… El planteamiento es interesante, pero lo echan a perder con ecchi basto y fanservice a paletadas.

Bueno, y seguimos con Dungeon Meshi. En la segunda parte de la temporada es cuando explota y se convierte en el pedazo de serie que es.

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