Fuits Basket nos presenta a unos cuantos miembros de un importante clan familiar japonés que tienen la peculiaridad de convertirse en los animales del zodíaco chino cuando alguien del sexo opuesto los abraza. Dos de ellos, la rata y el no-miembro gato, son chavales de instituto de buen ver cuyo camino se entrecruza con el de una guapa y algo pánfila chica. Promete un clásico triángulo amoroso con divertidos equívocos y problemas con el tema de las conversiones a animales.
Pues no, no va de eso. Bueno, tiene sus momentos jocosos, sí. Pero es, sobre todo, un culebrón lleno de familias desestructuradas y niños, jóvenes y adultos marcados por una maldición que les impide tener una vida normal, tanto por los problemas fácilmente imaginables que conlleva transformarse de forma imposible en un animal, como por las férreas costumbres de un clan que lleva lidiando con esa extraña maldición desde Dios sabe cuándo. De una forma un tanto extraña, van encontrando alivio en la protagonista femenina, Tohru Honda. Voluntariosa, agradable, siempre con una palabra amable (y algo pánfila, como he dicho antes), conoceremos a través de ellas los mil problemas y traumas de la familia del zodíaco, la familia Soma. Y eso que la chica tiene su propia tanda de problemas: el primer contacto que tenemos con ella es en una tienda de campaña, aferrada a la fotografía de su madre (¡y qué madre!), muerta pocos meses antes, e ignorada por la familia de su padre, fallecido siendo ella una niña pequeña.
Fruits Basket es un manga de Natsuki Takaya. Tuvo una adaptación parcial al anime en 2001, pero de la que aquí hablo es de la nueva serie: 2 temporadas largas de 25 capítulos y una corta de 13 que, entre 2019 y 2021, adaptaron el manga al completo. Es una obra visualmente muy atractiva, con un diseño de personajes muy bonito y una buena selección de voces, como, por ejemplo, Maaya Sakamoto, Reina Ueda o Yuuchi Nakamura. Dirige Yoshihide Ibata, con guion de Taku Kishimoto. Es una serie para devorar capítulo tras capítulo, con una buena provisión de pañuelos.
La versión que he seguido ha sido la de Onion no Fansub. Un gran trabajo, muy mimado.
Te pasas la serie intentando entender las intenciones del perro…
Pero qué tipo más retorcido. Dan ganas de abrirle la cabeza más de una vez.