Luisa Fernanda

El viernes me cayó encima una entrada para la zarzuela Luisa Fernanda, de la mano del Teatro Lírico Andaluz, en un teatro de diminutos asientos. A mí la zarzuela me dice tanto como el flamenco o el heavy-metal, pero de cuando en cuando merece la pena probar. No fue una velada para recordar, la verdad, porque el asiento era un potro de tortura y desde allí arriba no me enteraba de la mitad, pero por lo menos disfruté de algo de música y de la voz de Andrés del Pino y (en menor medida, porque me resultaba más difícil escucharle) Manuel de Diego.

Tangencialmente, me di cuenta de dos cosas:

a) Que aunque desde la uni no me he acercado a nada que huela a teatro, sigo con el vicio de corregir mentalmente la postura y (falta de) gestos y expresividad de los actores.

b) Que hace más de año y medio que no veo y escucho a mi orquesta y la echo mucho de menos.

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