Seguimos con estas entradas cortas (no llegan a reseña, ¿recomendación, tal vez?) que me han permitido recuperar esa entrada de los lunes dedicada al anime que, en los nueve años de blog que llevo, nunca he conseguido que tenga una frecuencia decente. Para esta semana cambiamos el tercio y proponemos una serie romántica y ligera, sin grandes dramas, agradable y fácil de ver. Sin ser rompedora ni particularmente original, es un producto bien acabado, que cuenta bien unas historias sencillas y sabe aprovechar sus puntos fuertes y esconder sus flaquezas. La serie llegó en dos temporadas de 12 episodios en 2015, de la mano del estudio Bones (Wolf’s Rain, Fullmetal Alchemist) y bajo la dirección del veterano Mashiro Ando (la simpática Hanasaku Iroha, que tengo que comentar un día de éstos), adaptando el manga de Sorata Akiduki.
De izquierda a derecha, Mitsuhide, Kiki, Zen y Shirayuki