Tras la batalla, Bedwyr (según otras fuentes Perceval o incluso Rhys el arpista) entregó Excalibur a la Dama del Lago. También le dio la espada de lord Ector y se retiró en silencio, dejándola a solas con su dolor. Para muchos, fue el día en que se perdió Britania, pero para la Dama Rhonwyn Pírixis fue el día que perdió a su marido y a sus dos hijos.