Pendragón — La batalla de Lindsey

Aquel año de 490 un nuevo contingente de clanes sajones bajo el mando de Eomud desembarcó en el norte, uniéndose a los reyes Octa y Eosa el gigante. Tal ejército no podía tener otro destino que las ricas tierras de Lindsey: los señores de Cumbria no pudieron hacer nada para detenerlos y hasta el propio rey de Malahaut tuve que refugiarse en Eburacum con el grueso de su ejército. Tampoco el duque Corneus logra frenarlos esta vez. Los sajones cruzan el Humber en Winteringham y avanzan hacia Lincoln. Pero no llegaron: en el camino les sale al paso los ejércitos de Logres bajo el mando del rey Uther. Todos los grandes señores están presentes, incluso el duque Gorlois de Cornualles. También acuden señores vecinos: el príncipe Leodegrance de Cameliard, abanderados de Malahaut, señores de Rheged… Dos mil caballeros y sargentos y más de 5000 infantes y guerreros. ¿Serían suficientes?

El día antes de la batalla fue el del reencuentro entre sir Elffin y los desaparecidos sir Arcavius y sir Aeron. Cuando estos dos lograron salir del Otro Lado era primavera, nueve meses habían pasado desde la Aventura de la Torre del Roble, aunque para ellos sólo dos días fueron. Sir Aeron había improvisado una carretilla al malherido sir Arcavius y lo había arrastrado durante cuatro días que parecieron cuatro años hasta la cabaña de lady Illia. Allí le entregó la daga, se enteró de la muerte de su señor, sir Hywel de West Lavington, y encomendó al moribundo belga a los cuidados de la hechicera.

Ya recuperados y con la ayuda del marido de lady Meryl se incorporaron a tiempo al ejército. Un mensajero enviado a Salisbury había alcanzado a las tropas del condado a la altura de Rydychan, por lo que sir Elffin, con la venia de su señor, había vuelto a grupas a Sarum para recoger el equipo de sus compañeros.

Continuar leyendo »

Pendragón — 489, un mal año

Y mira que empezó bien, con la boda entre sir Elffin y lady Elaine. Sir Elffin era un caballero joven de la casa Tilshead. Su padre, caballero sin tierras, había invertido el botín obtenido en sus campañas en armar a todos sus hijos que quisieran dedicarse al arte de la espada y los había repartido como escuderos entre las casas vecinas. Elffin, escudero en Sarum, era caballero en la casa del conde Roderick desde 485, junto con sus dos inseparables compañeros, sir Sila y sir Arcavius. La historia de Sila era parecida, sólo que venía de Silchester, del intercambio de escuderos hijos de familias menores cuando la boda del conde Roderick y lady Ellen. Arcavius, en cambio, era heredero de un señorío sito dentro del vecino condado de Hampshire, la tierra de los belgae. Los tres, junto con sir Jaradan y sir Leo, eran los caballeros jóvenes con mayor proyección del condado. Mientras que los dos últimos habían ganado su Gloria en las batallas en las que habían estado presentes, nuestros tres protagonistas se habían visto envueltos en las más raras aventuras estando de guarnición, implicándose, de la mano del propio Merlin, en el destino de Britania.

Lady Elaine, por su parte, era la heredera del gran señorío de Sutton y del vecino de Chicksgrove, Nedde arriba. Era joven pero viuda, ya que a su marido, joven y apuesto caballero de brillante futuro, lo asesinó su amante (el de ella, digo), de baja condición, que bailó en la soga por aquello. La petición de mano de sir Elffin arregló un problema de difícil solución al conde Roderick, pues no encontraba pretendientes para la casquivana joven. No como a la bella lady Adwen, a la que tres caballeros hacían la corte.

Y mira que siguió bien, pues el rey Uther había decidido hacer entrar en razón al rebelde duque Gorlois de Cornualles y hacia sus dominios partió con sus huestes. Pero la batalla, gracias a Dios, no se produjo porque la sabiduría entró en la dura mollera del duque (y en la del rey, pero yo no he dicho tal cosa) y juró fidelidad a la corona. Claro que igual influyó el apoyo del rey para las posibles campañas contra el vecino reino de Cornualles que Gorlois tuviera en mente.

Continuar leyendo »

Pendragón, jugando con Domesday

Trasteando con Domesday le hemos estado dando forma hoy a sir Aeron, el pj que viene a sustituir al pobre sir Sila. Con unas pocas tiradas más de rasgos y pasiones o de rasgos de personalidad de Cyberpunk, seguro que sale algo bien curioso.

Sir Aeron pertenece a los señores de Cheverell, en la frontera occidental de Salisbury. Su abuelo Bleiddudd (Domesday casca si intentamos generar un linaje de menos de dos generaciones) dividió Cheverell entre sus tres hijos y luego tuvo la fortuna de morirse antes de verles jurar vasallaje a los nuevos señores de West Lavington, hombres de Aurelio y de Roderick. Conbran, el mayor, heredó Great Cheverell, pero murió en 487, por lo que la heredad ahora la rige su hijo Riguallaun.

Gwilym, el menor, es el señor de Little Cheverell. Muchos rumores ha habido sobre su negativa a tomar mujer, pero por fin casóse en el 87, tras la muerte de su hermano.

Eudaf, el del medio, es dueño de Cheverell Magna. Tiene 6 hijos, de los que Aeron es el mayor. También está emparentado con sir Hywel, el actual señor de West Lavington, ya que ambos desposaron con las hermanas Rubellia Capito (Eudaf con la mayor, Hywel con la menor). Sir Eudaf tiene 44 primaveras, vista aguda y el brazo fuerte, así que Aeron parece estar lejos de heredar. Aunque en estos terribles tiempos, no es improbable hasta que su padre le sobreviva. De momento, es caballero en casa de su tío Hywel después de haber sido su escudero, camino que sigue su hermano Gwyndaf.

Me queda definir el resto de los caballeros de West Lavington, porque la reciente muerte de sir Hywel va a provocar tensiones muy interesantes. La heredera del abanderado tiene 9 añitos…

Y, por supuesto, trasladar todo este trabajo a los otros pjs. El de sir Elffin va a ser especialmente doloroso… tantos familiares desapareciendo, año tras año, en el Bosque Salvaje…

Pendragón, material de trabajo

Hace poco, comentaba el otro día, que he vuelto a empezar La Gran Campaña de Pendragón con el mismo grupo de juego con el que disfruté de Fort Nakhti. Hasta el momento, las aventuras (salvo una) han sido las mismas que jugué en mi primer intento, con Pírixis y Yaltaka, así que me he tomado el arranque un poco a la ligera, un poco a la espera de ver si el juego calaba entre los jugadores antes de echarle horas al fondo de la campaña. Ya llevamos unas cuantas aventuras y parece que el juego gusta, la gloria sube y hace falta darle profundidad al entramado. Así que toca, primero, hacer acopio de manuales y ayudas y ponerse el día. A saber:

La campaña

The Great Pendragon Campaign, claro. El recorrido por toda la historia de Arturo Pendragón, manual de mundo y campaña inigualable que forma el guión base a seguir.

El joven Arturo, la versión primigenia de la anterior, centrándose en los primeros años del reinado de Arturo. Plantea algunas cosas distintas, está en Español y la sección de El bosque Salvaje está, sinceramente, mejor.

Continuar leyendo »

Pendragón, perplejo

Hace poco he vuelto a empezar la Gran Campaña de Pendragón, con el mismo grupo que jugó Fort Nakhti. Ya lo había intentado con Pírixis y Yaltaka hace un tiempo y se junta a toda una serie de campañas, campañas fallidas y partidas sueltas que he dirigido a este juego. Pero ésta me tiene perplejo.

Veréis, siempre he considerado Pendragón un juego donde el tema del daño está muy bien equilibrado, donde es fácil incapacitar a un personaje (herida grave) pero bastante difícil matarlo. En todos estos años no había matado a un pj en Pendragón. A lo más que llegué fue a causar una herida mortal (perder todos los puntos de vida o más de una hostia) a un pj que se metió con un oso sin llevar armadura ni escudo…

Pues todo lo que no maté entonces lo llevo matado ahora. Dos caballeros muertos. Otro, salvado in extremis (y en negativos) por una poción. Dos tiradas afortunadas que redujeron a caballos a pulpa sanguinolenta, para alivio de sus (vivos) caballeros. Varias ocasiones entre la vida y la muerte, a menos de cinco o seis puntos del fatídico cero. Aunque los caballeros se revuelven a veces (un fomoriano de cuatro brazos despachado en dos golpes por un solitario caballero).

No deja de ser curioso que, hasta la fecha (y salvo una aventura, la de los bandidos del bosque de Morgaine), sigo las mismas aventuras que jugué con Pírixis y Yaltaka y allí, con apuros y tal, pero vivos, dos caballeros no tuvieron tantos problemas como tres ahora.

Cuando los hados (o dados) se ponen puñeteros…

La muerte de sir Hywel

El año de 489 trajo tambores de guerra. La campaña francesa del año anterior, esa que terminó con el pretor Syagrius vendido ante el rey Claudas, había servido para llenar las arcas del rey Uther, suficiente dinero para dos o tres buenas campañas militares. Entre los posibles objetivos estaban el Sussex, el reino de Aelle, que se lamía las heridas de la batalla de Mearcred Creek, o vengar a Caercolum, que había sido arrasada y había perdido a su señor, el duque Lucio, a manos de Aethelswith de Kent. Sin embargo, la expedición de sir Brastias de 486 y la campaña naval del año siguiente habían enfriado bastante los ánimos a los sajones de Aethelswith, así que no había razón urgente para revolver ese frente.

Pero en el norte sí había un peligro: los caudillos Octa y su primo, el gigante Eosa, comandaban un gran ejército que se movía libremente por Cumbria y amenazaban a Lindsey y otras tierras del norte de Logres. Los señores vasallos aconsejaron al rey terminar con esta amenaza antes que cualquier otra, pero Uther tenía una espina clavada en el costado: Cornualles y sus señores, el duque Gorlois y el belicoso rey Idres, y hacia allí condujo su ejército.

El ejército del duque Gorlois les esperaba en una boscosa colina, tras un pedregoso arroyo, prometiendo una batalla muy costosa, pero el rey Uther, acompañado por Merlin, se adelantó con bandera de tregua y el duque de Cornualles aceptó parlamentar. Gorlois cedió ante Excalibur y juró lealtad a Uther. A cambio, obtuvo los derechos sobre todo Cornualles y la ayuda implícita del rey para arrebatárselos en un futuro al rey Idres.

Arreglado el asunto de la frontera occidental, el rey Uther se encaminó al norte, para hacer frente al ejército de Octa y Eosa. Sin embargo, los exploradores sajones los descubrieron y los dos reyes evitaron el enfrentamiento directo, dispersando parte de su ejército en bandas dedicadas al saqueo y a frenar a los britanos. El rey Uther, desesperado por no poder alcanzar a los reyes sajones, organizó batidas para acabar con esas bandas.

Continuar leyendo »

Pendragón IV – La feria

En el año de nuestro Señor de 488 el rey Uther llevó la guerra al continente. El pretor Syagrius, que lleva mendigando ayuda contra el rey Claudas de los francos por las distintas cortes de Britania, ha conseguido apoyo del rey Uther. La mitad del ejército, bajo el mando del príncipe Madoc, parte al continente para una corta campaña. Hay muchos que no están de acuerdo con esta aventura, pues el rey Claudas es poderoso y en Britania ya hay enemigos suficientes.

El conde Roderick parte a la campaña llevándose la mitad de sus caballeros y alrededor de un tercio de la infantería. Con él van grandes caballeros, como lord Amig, lord Elad el alguacil o sir Llewelyn el de las carretas. Sir Hywel, caballero abanderado de West Lavington, queda al frente del condado, mientras que sir Elffin de Durnford queda como castellano de Sarum. En el condado quedan los caballeros que participaron en la campaña marítima del príncipe Madoc del año anterior, como sir Dael, sir Gracian y sir Jaradan, para gran disgusto suyo.

Sin embargo, incluso un aburrido verano de guarnición tiene sus extraños sucesos, como la noche en que desaparecieron lady Adwen y lady Elaine. Lady Rhona, una de las damas de compañía de la condesa Ellen, avisó a sir Gracian de la desaparición de sus compañeras y este y sir Dael salieron a buscarlas. Se encontraron con que la poterna estaba entornada, así que temiendo lo peor, fueron a la ciudad. El rastro lo perdieron pronto, pero había feria y encontraron gente en la plaza del mercado, bebiendo, bailando, intimando… Tras unas cortas indagaciones llegaron a un pajar apartado donde una compañía circense representaba un espectáculo de marionetas y teatro muy… subido de tono. Tras sortear a los forzudos de la compañía encontraron a las dos damas entre balas de paja en las traseras del granero: lady Adwen con cara de hastío y charlando con un mozo y lady Elaine que estaba… bueno, también usaba boca y lengua, aunque no en el arte de la Oratoria.

Continuar leyendo »

Pendragón III – Dael, sir Dael

La Navidad de 486-487 fue muy movida, ya que el rey Uther con toda su corte vino a Sarum. Por supuesto, también vinieron señores vasallos, condes, duques y barones, que se unieron al habitual jaleo festivo navideño de Sarum. Como resultado, los sargentos fueron enviados a los barracones de la tropa y los caballeros mantenidos a las estancias de los sargentos. Luego hubo que mover a los sargentos a unos barracones provisionales y a los caballeros mantenidos a los barracones de la tropa. Cuando llegó el príncipe Madoc con su séquito, hombres y caballos, Sarum, ciudad y castillo, estaban a reventar y a los sargentos se les mandó con los soldados, luego les requisaron los barracones para usarlos de establos y los mandaron más allá.

La gran fiesta, que duró horas, con un banquete de múltiples platos y bardos, malabaristas y tragafuegos para alegrar la velada, ha sido tan relatada por los bardos que la voy a resumir: empezó con los regalos habituales de Navidad entre los señores y sus vasallos. El príncipe Madoc trajo el botín de la última campaña contra los sajones y el rey Uther lo repartió con generosidad y también dio un gran feudo a su hijo. A todos sobresaltó y maravilló la llegada de Merlin, que entregó Excalibur al rey, dándole un gran empujón en sus aspiraciones de ser Alto Rey. También contó a lord Roderick como sus hombres lo habían ayudado a conseguir la espada.

Continuar leyendo »

Pendragón II – La aventura de la espada y el lago

Un poco de política: en 485 desembarcó un gran contingente sajón en Kent bajo el mando de su rey, un tal Aethelswith. Muchos nobles propusieron a Uther acabar con esta nueva amenaza, pero él siguió con la campaña contra Sussex, el reino de Aelle, que amenazaba las tierras de Windsor y Silchester y sobre el que lord Ulfius, duque de Silchester, tenía grandes ambiciones. Windsor era feudo real y lord Ulfius uno de los principales apoyos de Uther, así que a nadie sorprendió que la campaña contra Sussex siguiera su curso, ignorando a Aethelswith. La campaña contra Sussex terminó en tablas con la batalla de Mearcred Creek, pero el rey Aethelswith le dio candela al ducado de Caercolum, justo al otro lado del estuario del Támesis.

En 486, con el rey Aelle lamiéndose de sus heridas, el rey Uther pudo hacer más caso a Aethelswith, pero sus señores también estaban recuperándose de Mearcred Creek, así que Caercolum no recibió toda la ayuda que necesitaba. Y menos mal, porque Aethelswith demostró ser un gran estratega y pilló en un renuncio al ejército britano, pasándoselos por la piedra en un plis-plas. Al final, y para que las cosas no se salieran de madre (es decir, para que Aethelswith no se plantara en Londres o en Lincoln), el rey Uther mandó un ejército bajo el mando de lord Brastias que logró frenar a los sajones en una serie de batallas más o menos exitosas, pero sin ninguna victoria clara.

En este ejército participaron caballeros veteranos de Salisbury, quedando la guarnición del condado encomendada en gran medida a los novatos y a los viejos. Entre los novatos, sir Gracian y Dael que, junto a otro sargento, fueron enviados a reforzar Ebble.

Continuar leyendo »

Pendragón I – Mearcred Creek

Por extraños giros del destino, se ha vuelto a formar el tándem Pírixis-Yaltaka, esta vez para jugar la Gran Campaña de Pendragón, a la que tenía verdaderas ganas. Me hubiera gustado tener más jugadores, pero dejar de ser dos (personas) y por fin ser dos (jugadores) es todo un logro en nuestro caso. Como los findes están vetados y entre semana se curra, hemos optado por partidas cortas cuando sea posible, lo que dará lugar a una campaña irregular y que veremos hasta cuándo llega.

Siguiendo el ejemplo de la Frikoteca y mi propia campaña de nephilim, iré contando aquí las desventuras de los personajes, para aburrimiento de ustedes. El otro día hicimos ya los personajes y jugamos una pequeña introducción que, para variar, a punto estuvo de terminar en epílogo. Para crear los personajes usé el Caballeros aventureros en combinación con El joven Arturo, dejando elegir libremente cultura y religión. Las reglas que sigo son las de la 3ª edición (Joc), que es la que tengo. En la Gran Campaña se mencionan religiones extras (variantes del cristianismo, principalmente), pero he pasado olímpicamente de ellas.

Los personajes con los que empieza la campaña son sir Gracian ap Llywelyn y Dael. Sir Gracian es el segundo hijo sir Llywelyn, caballero vasallo del condado de Salisbury. Es de raíces celtas y buen cristiano y todos pensaban que terminaría sirviendo a la Iglesia. Sin embargo, la muerte de su hermana pequeña, Eira, violada y asesinada durante una incursión sajona, le ha llevado a la vida de las armas. Sir Gracian ha sido nombrado caballero durante el invierno, para cubrir bajas, pero ya se las trae a todas de calle, con su largo cabello rubio y sedoso y su agradable voz de tenor. Es todo un contrasentido, pues tan pronto representa el caballero ideal que intenta vender la Iglesia como tira por tierra esa imagen con su exacerbado odio a los sajones o su gusto por los placeres mundanos.

Continuar leyendo »