Siguiendo con la tanda de reshares de Frozen-Layer, estos días 5 y 6 de enero me he visto Uchuu no Stellvia, una serie del 2003 que puse a descargar sin saber realmente nada de ella. El primer episodio me hizo temer una serie de adolescentes con mechas salvando el mundo, pero por fortuna me equivocaba: la serie es de adolescentes con naves salvando el mundo. Hecho el chiste fácil, la crítica más seria que puedo hacer es que Stellvia es una acertada combinación de serie de instituto, serie de ciencia ficción y serie de adolescentes con mechas. Así, nos presenta tanto las típicas relaciones entre los alumnos, con sus problemas con asignaturas, líos amorosos, enfados y demás, con la operación a gran escala que se gesta de fondo a ellos, así como algunas dosis de política que no me esperaba, sinceramente, encontrar aquí. En algunos momentos he creído ver referencias y homenajes a clásicos del género, como El Juego de Ender, en el que Stellvia se inspira claramente.
Shoujin el ninja, curioso alumno
Stellvia nos presenta un futuro, casi doscientos años después que la Tierra fuera casi arrasada por los efectos de la explosión de una supernova cercana. Ahora la Humanidad ha superado el bache y ha colonizado el Sistema Solar, y se prepara para la llegada de la Segunda Oleada, la materia expulsada por la explosión de la supernova. Una serie de grandes estaciones espaciales, las Fundaciones, forman el eje de la Gran Muralla, un escudo gravitacional que debe proteger al Sistema Solar de esta amenaza. La estación más cercana a la Tierra es la Stellvia, que cuenta, además, con una prestigiosa academia que forma a los futuros pilotos, técnicos y astronautas. La serie comienza pocos meses antes de la llegada de la Segunda Oleada, con el comienzo del curso escolar, presentándonos a la pareja protagonista, la torpe Shima Katase y el soso Kouta Otoyama, así como sus compañeros, en general bastante tópicos, y algunos alumnos de cursos superiores, especialmente los Cuatro Grandes, los cuatro super-mega-guays estudiantes de curso superior (el guaperas, la que recita a Shakespeare, el ninja y la piloto asesina, no tienen desperdicio). Por otra parte, tenemos a los oficiales superiores, algunos de los cuales son también profesores, científicos y dirigentes políticos que nos mantendrán al día de lo que se cuece en el universo. Tenemos, para resumir un poco, varios grupos de personajes: la pareja protagonista y sus compañeros de clase por un lado, los Cuatro Grandes por otro, dos profesores y una enfermera, compañeros de promoción, un poco al fondo y a la derecha; y, en los niveles superiores, los jefazos. Entre medio, el gordo y el flaco, sus partidas de ajedrez y sus discusiones filosóficas.
La sosa pareja protagonista
La mezcla es interesante y está bien conseguido el cómo meten a los chavales en los follones gordos, la alternancia de las crisis con los propios problemas de los chicos, jugando incluso con escenas intercaladas de consejo político de mandamases discutiendo el futuro y consejo de amigos preocupados por una compañera.
El diseño de personajes es bastante típico, y el interior de las estaciones espaciales peca de demasiado amplio, pero el diseño de las naves está muy bien. La animación es correcta. El desarrollo de los episodios es bueno, así como el planteamiento de las escenas, aunque les falta algo de garra en los momentos emotivos (un director más imaginativo, quizás…). Los actores son buenos, habiendo algunos seiyuus muy conocidos (por lo menos para mí, claro). Dando voz a la protagonista tenemos a Ai Nonaka(Ibuki, la de las estrellitas, en Clannad), mientras que la voz de Kouta la pone Takahiro Mozushima (Christopher Armalite en Scrapped Princess). Citar al resto de personajes importantes y sus seiyuus haría esta entrada kilométrica, pero, por mencionar algunos, tenemos a Fumiko Orikasa (la razón por la que bajé la serie, para que engañarnos), Rie Tanaka (Tomoe, Eriko Futami), Ryou Hirohashi (Kyou en Clannad, Tama-chan en Bamboo Blade), Mitsuki Saiga (Chie Harada), Yuji Ueda (Sousuke Sagara), Romi Paku (Teresa, Nana Osaki), Megumi Toyoguchi (Revy) y Keiji Fujiwara (Kuberness).
De los personajes ni hablo o estamos aquí hasta mañana. En la Wikipedia hay una buena entrada con un montón de spoliers.
En resumen, una serie que me ha sorprendido agradablemente y que me ha tenido enganchado dos días a la butaca. Salvo por la canción del opening, que es lo más estridente, chillón y horroroso que he escuchado en mucho tiempo.