Montségur III – El castro y castillo

Antes de seguir con esta historia, vamos a hacer una visita al Montségur para hacernos una idea de cómo fue el asedio. La historia de los defensores del pog es fascinante y puede dar pie a múltiples aventuras. Por las fotos se ve, además, que el sitio es precioso y espero poder visitarlo algún día. El pog, la montaña, es un macizo rocoso que impresiona, alargado y estrecho, orientado más o menos de este-noreste a oeste-suroeste. Su cima está a 1207 metros sobre el nivel del mar, y a unos trescientos o cuatrocientos sobre las tierras circundantes. Al este está la garganta del Lasset, que corre de sur a norte y por la que ahora pasa una carretera y al sur el pueblo de Montségur. Mide en la base algo más de 700 metros de longitud por unos cuatrocientos en la parte más ancha. Arriba la anchura de la larga cresta no pasa de 150 metros. Está rodeado por altos acantilados con caídas de entre 80 y 150 metros, que forman la primera y principal línea de defensa.

Hay cuatro formas de subir a la cima (además del al estilo me la cargué por los acantilados). La más fácil es por el lado suroeste. Es la zona más alta del pico, pero también la que tiene una ladera empinada pero practicable, y es donde está el castillo. Por las fotos que he visto (por ejemplo, esta), la subida debe de ser más larga que la de Castrovido pero no tan difícil (¿Que la de Castrovido no os parece gran cosa? Probad, hijos míos, probad). En la entrada de Córdoba puse una foto donde se ve la ladera suroeste de perfil, así como los acantilados del noroeste. Es el acceso natural al castillo. Hay otros dos accesos sobre los que no he encontrado información más allá de los nombres: el Pas del Roc y el Pas du Trébuchet. Según este mapa, el Pas del Roc sería un sendero que arrancaría en la boca sur de la garganta del Lasset y llevaría casi hasta la Roc de la Tour, mientras que el Pas du Trébuchet daría más cerca del castillo. Es probable que los defensores usasen estos senderos para comunicarse con el exterior y conseguir provisiones. La Roc de la Tour es más interesante. Creo que es el farallón rocoso que se ve en primer plano de esta fotografía. El camino de subida a la Roc de la Tour y de ahí, por la cresta, hasta el castillo, debe lo suficientemente fácil como para suponer una peligrosa vía de ataque y que los sitiados tuvieran ahí un puesto de avanzada. Por el nombre, una torre o un pequeño fortín que cubriera el camino de ascenso.

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Arcano XVI – La Torre

Recordemos que la Torre quiere que los humanos olviden a los nephilim. Para eso busca todos los objetos místicos y mágicos, todo el conocimiento oculto que puedan estar en manos de los humanos y por eso lucha contra las sociedades secretas. Es una lucha sin tregua y sin visos de terminar y son muchos los que dudan de que pueda acabar en victoria.

Situación en 1240

A raíz de la Primera Cruzada las operaciones de la Torre en Tierra Santa se multiplicaron. Toda guerra hace que surjan objetos guardados y dados por perdidos durante generaciones y ésta no fue una excepción. Al comenzar el siglo XII la Torre, desde su sede central en Constantinopla, se movía en dos grandes teatros de operaciones: Tierra Santa y la Península Ibérica, unidos por un largo cordón de refugios: la Ruta. Tras la aparición pública de los Templarios en 1118 y la posterior creación de las otras órdenes militares, las operaciones de expolio en Tierra Santa desembocaron rápidamente en una guerra oculta que exigía cada vez más medios.

Ya en 1147 la dificultad de la comunicación entre Jerusalén y las tierras de Ultramar con Bizancio hicieron que parte del Alto Mando se trasladase a la base secreta de Petra. El traslado de toda la cúpula dirigente a la ciudad de piedra se completó en 1165. Así, la Torre quedó dividida en dos grandes zonas de acción, Tierra Santa y la Península, unidas por un largo cordón de sedes y refugios cuyo eje estaba en Constantinopla.

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El Priorato de Sión I

Historia

Durante el caos que siguió a la caída de Cómodo, Máximo Galca, Maestre templario, dándose cuenta de la decadencia del Imperio convocó un Consejo de las principales sociedades secretas. En aquel entonces, eso era como decir los templarios, la Rosa-Cruz y los distintos Misterios. El objetivo: planificar el futuro, que en opinión de Máximo, pasaba por la creación de un Segundo Imperio, controlado por las sociedades secretas. La reunión, totalmente secreta y a la que asistieron únicamente los grandes cargos y consejeros de las distintas organizaciones, contaba también con la presencia de los míticos Sabios de Sión. Los Sabios de Sión eran una antigua leyenda, una sociedad oculta incluso a los Misterios, de bibliotecarios y estudiosos, poseedores del mayor volumen de conocimientos ocultos del mundo. El anciano Máximo había dedicado gran parte de su vida a buscarla, como otros muchos… Sólo que él tuvo éxito.

La reunión se produjo en territorio neutral, en Chipre, y duró seis o siete meses. Lo único que salió de allí fue el germen del Gran Plan templario, consecuencia directa de los conocimientos que los mismos consiguieron de los Sabios de Sión, y cierta cooperación entre las distintas sociedades. Los Sabios de Sión volvieron a desaparecer en la bruma de la historia.

Claro que eso no fue lo único que ocurrió. La reunión supuso el nacimiento de una nueva sociedad secreta, dentro y por encima de las demás: la Orden de Sión, más tarde conocida como el Priorato de Sión. Incluyendo a los Sabios de Sión y a muy selectos miembros de los diferentes poderes, su objetivo era gobernar en las sombras a quienes gobiernan en las sombras, una sociedad secreta que buscaba dominar a las otras, de igual modo que éstas buscan dominar el mundo. Así, debía ser más cuidadosa, más sutil y trabajar con más paciencia que nadie. Tejer planes que se cumplirían generaciones después.

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