Confieso que lo único que conocía del universo de Macross era el diseño de algunos mechas, versión Battletech. Pero de cuando en cuando hasta a mí me apetece ver una serie de mechas y tenía por ahí Macross Frontier, que ha resultado ser una serie curiosa. Poco ambiciosa en algunos momentos, donde el guión flojea y no resuelve la situación planteada y demasiado superficial en otros, donde podría explotar más algunos personajes, presenta, no obstante, una mezcla extraña de tópico y originalidad. En lo tópico, lo habitual: el chaval de instituto que empieza a pilotar mechas de combate porque sí (¡cuántos niños soldados ha dado el anime!); el capitán pirata y su pintoresca tripulación con algún caso estrambótico; el piloto duro y veterano de corazón tierno; el ligón, el genio torpe, las relaciones amorosas varias entre los secundarios y la del prota. En este caso, un triángulo amoroso interesante que languidece por culpa de unos guionistas que no se atreven a resolverlo.
¡Ah, Sheryl!
Pero lo interesante de la serie está en que ¡es un musical! Un musical al estilo de La leyenda de la ciudad sin nombre, esto es, donde las canciones y números musicales están al servicio de la historia y no al revés, y que se apoya en las dos chicas que se rifan el amor del protagonista: la espectacular idol Sheryl Nome (Aya Endo) y la tímida Ranka Lee (un eficaz debut de Megumi Nakajima) y desaprovecha la oportunidad de haber montado algún número con el protagonista, el guapo Alto Saotome (Yuuichi Nakamura, Abe, el cátcher de Ookiku Furikabutte), un ex-actor de teatro kabuki especializado en personajes femeninos. De fondo, una colonia espacial, unos alienígenas que me recuerdan a una versión dopada de las Chinches y que se ven afectados por las canciones de las protagonistas, y algo de política.
Una serie bonita, con un diseño de personajes, bichos, mechas y sitios muy cuidado, buen dibujo y una gran banda sonora… si te gusta el estilo, claro (muy j-pop). En general, los episodios mantienen un buen ritmo (aunque nos toca uno de repaso, mal rayo parta al que lo inventó) y mezcla bien lo habitual de una serie de mechas (rayos que giran en ángulos cerrados, traca grande, robots muy grandes que se mueven muy rápido) con números musicales de lo más resultones (espectaculares los conciertos de Sheryl y precioso la declaración de amor a dúo en el hospital, posiblemente lo mejor de la serie). No quiero hacer un repaso de personajes porque hay un montón, pero la serie tiene un plantel de seiyuus de primer nivel: Aya Haruhi Hirano, Megumi Revy Toyoguchi, Houko Kirika Kuwashima, Kenta Tsume Miyake, Kikuko Belldandy Inoue, la habitual por aquí Rie Fujyou Tanaka, Sane Ennis Kobayashi, Tomozaku Kyon Sugita, Hiroshi Natsume Kamiya y Jun Lelouch Fukuyama, entre otros.
La versión que he seguido es la de Nanikano y Kapwham, que se han pegado un curro con esta serie tremendo.