El guerrero nº 13

El guerrero nº 13 fue una película maldita. Los malos resultados de los pases de prueba hicieron que el productor, Michael Crichton (y autor de la novela en que se basa, la floja Devoradores de cadáveres), destituyera al director, John Mctiernan (La jungla de cristal) y remontara la película a su gusto, dando más protagonismo a un Antonio Banderas que empezaba a despuntar como estrella. No voy a entrar en las vicisitudes de su montaje, estreno y fracaso comercial: al que quiera saber más le remito a la entrada que le dedicó Warren Keffer. Tampoco voy a suspirar por el montaje que hubiera hecho McTiernan, uno de mis directores de cine de acción favoritos. El guerrero nº 13 podía haber sido más, posiblemente. Lo que no se puede discutir es que es una de las mejores películas de aventuras de los últimos años y un ejemplo de cine de acción que ya no se hace. También es una maldita partida de rol. De principio a fin.


El genial Herger

Una oferta de trabajo (defender un pueblo del ataque de «algo» que llega en la noche), cambiando la habitual taberna y absurdo poste de noticias por un mensajero y un oráculo; un viaje hasta su destino durante el cual uno de los jugadores se da cuenta de que su personaje no se entiende con los otros («Uuups… Oye, me faltaban idiomas por coger. ¿Puedo saber nórdico, máster?» «Hmpf… Está bien, durante el viaje lo aprendes.»); el pueblo, con pretensiones de pequeño reino, donde los pjs son los únicos hombres útiles a efectos prácticos; un poco de misterio y una escaramuza para ir entonando el cuerpo; una gran traca donde caen los primeros pjs; el intento de los jugadores de resolver una situación que, tal y como está, no pueden ganar; la ayuda del máster, en forma de oráculo loco lanza-pistas, cuando aquéllos se atascan; la incursión en plan comando en el dungeon para matar al mago goblin, trasgo o neardenthal, con emocionantes peleas, uso de esas habilidades útiles (desplazarse en silencio, trepar…) y alguno que se queda en el camino, y la traca final. Una partida emocionante y divertida.

La película recoge eso y lo recoge bien. Que nadie espere ver una película de vikingos y un árabe: es una película de aventuras, con un grupo variopinto (escocés loco incluido), marcados en los roles habituales: la sobria majestad del jefe Buliwyf (Vladimir Kulich); el juerguista veterano Herger (un genial Dennis Storhoi que se come a Banderas con patatas); Edghto, el explorador (Daniel Southern); Helfdane (Clive Russel), bravucón y con ese aire resignado de todos los tanques («Fue un magnífico día, magnífico», magnífico epitafio); Rethel (Mischa Hausserman), el viejo explorador con su inseparable arco; Halga (Asbjorn Riis), gigantón de pelo cano que no acepta la jubilación; Skeld (Richard Bremmer), el hombre marcado, el supersticioso; Weath, el bardo, un auténtico escocés loco (Tony Curran) y un tipo raro (Antonio Banderas) que no se sabe muy bien qué sabe hacer, pero aporta buenas ideas de cuando en cuando y tiene tendencia a entrar en berserker. Y alguno más que apenas sale: Roneth, Ragnar, Hyglak (el otro viejo) y Haltaf, el crío. Menos de cien minutos no dan para muchos personajes, así que unos cuantos caen rápido, pero los que cogen cámara se hacen entrañables.

Montaje de Crichton aparte, la mano de McTiernan se nota: la película tiene combates muy buenos. La primera escaramuza en el salón es un ejemplo de cómo hacer una pelea confusa, en un sitio cerrado pequeño y a oscuras sin necesidad de coger la cámara en mano y ponerse a dar saltos y brincos para marear al espectador. A mayor escala, el asalto al pueblo lo vuelve a recoger: esa confusión, esa violencia, la cercanía a la lucha. Algo que, con el abuso de los efectos a lo Matrix, el mareo de la cámara a lo Bourne o directamente la falta de un director capaz (Peter Jackson, se me viene a la cabeza), no hay forma de encontrar en el cine actual.

Mención aparte se merecen la banda sonora y el doblaje. La banda sonora, una obra rápida de Goldsmith, con algunos pasajes que recuerdan a otras obras suyas (como ése que recuerda tanto a la primera película de Star Trek) y un tema principal inconfundible que resultó ser su última gran obra y que se ha convertido en un fijo en mis partidas de rol, un gran ejemplo de cómo una banda sonora puede realzar una película. Y el doblaje, fantástico, superior a la versión original y, para mí, uno de los últimos grandes doblajes antes de la caída de calidad de esta década pasada. Dirigido por el veterano Juan Antonio Gálvez (que pone voz también a Omar Shariff), cuenta con Salvador Aldeguer (director de doblaje de Babylon 5 y voz del doctor Franklin) doblando a Banderas, un eficaz Roberto Encinas dando un precioso tono guasón a Herger; Juan Bajo (Marcus en Babylon 5) realzando la presencia de Vladimir Kulich y Roberto Martín (inconfundible capitán Apollo, doblaje original, ese que empezaba con la voz de Carlos Revilla, Adama), entre otros.

En fin, una película que gana con los años y superior a muchas películas de fantasía mejor consideradas, tanto anteriores como posteriores.

He aquí que veo a mi padre, he aquí que veo a mi madre, a mis hermanas y mis hermanos. He aquí que veo el linaje de mi pueblo hasta sus principios. Y he aquí que me llaman, me piden que ocupe mi lugar entre ellos, en los atrios de Valhalla, el lugar donde viven los valientes para siempre.

Esta entrada ha sido publicada en Cine.

8 comentarios para “El guerrero nº 13

  1. Magnífica entrada, maese, magnífica. No tenía ni idea de tantos detalles que mencionáis, y os agradezco un montón las referencias al doblaje, que desconocía completamente.

    Y respecto a la peli, con deciros que fui a verla dos (2) veces al cine…. en aquellos tiempos…

    ¡Un saludete y enhorabuena!

  2. Me uno a Erekíbeon en todo…(Si, yo tambien fuí 2 veces XD)
    Estupenda reseña… Una película impresionante que pasó desapercibidísima para la mayoría de la gente. Una buena interpretación general (incluso Banderas al que no profeso una especial devoción, pero está bastante digno en esta peli) un gran número de momentos impresionantes que se repiten uno tras otro sin dar lugar al aburrimiento y una visión del «vikinguismo» xD muy especial y seria. De hecho me gustó tanto que hasta me llegué a leer el libro (y no suelo comprar libros de escritores de Best-Sellers)

    P.D. Una de mis 3 o 4 películas preferidas. La tengo al lado de Conan y Excálibur (de John Boorman) en el mueble, no te digo más…

    Por cierto, otra bastante buena sobre el tema es Beowulf y Grendel, por si no la habéis visto.

    Un saludo y muchísimas gracias por tan estupenda crítica.

  3. Vaya, por lo visto podemos hacer un club de los que la han visto dos veces en el cine. ¿Alguno más se apunta :D?
    @Warren, dos cosas. La primera es que tu comentario fue a spam, no sé por qué. Creo que es el primer falso positivo que me da Akismet. La segunda es que he escrito esta entrada porque me la he vuelto a ver (y alternando partes en inglés y castellano) gracias a un DVD que ha caído misteriosamente en mis manos. Adivina qué DVD NO vas a encontrar ahora en casa.

  4. Magnifica reseña, Magnifica.

    Habre visto 40 veces esta pelicula, jejejeje, si hasta la llevo en el iphone.

    Gracias a tí hoy la veré de nuevo.

  5. La de Beowulf y Grendel tiene su aquel (buen ritmo, música y excelente animación), pero la verdad es que me resultó algro fía. Quizá le falta lo que funciona tan bien en El guerrero: los personajes no me decían mucho.

    @Cubano… Bue, me habían entrado ganas de verla con el artículo de marras este xD

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.