Arturo – El fin del Reino del Verano I

Corría el año 530 cuando el Reino del Verano llegó a su fin. Su agonía se prolongaría durante diez años más, pero murió el día que Arturo sorprendió a Lanzarote del Lago y a Ginebra en adulterio. El mismo día en que yació con Morgana. El mismo día que desapareció Merlin. El mismo día, de paso, en que alguien clavó un puñal de 8 pulgadas a Asgareth, provocando la muerte de su simulacro y que él fuera reabsorbido por su estasis. Fue el día que Nerrad se quitó la máscara y decidió dar cerrojazo a la partida. Y fue el día que descubrió que había un jugador de más.

Nerrad, la Emperatriz, experta en la magia de Luna, manipuladora, ambiciosa y algo desequilibrada, había aprovechado el ataque sobre París para eliminar al encargado del arcano de la Emperatriz y salvar al resto de adeptos, ganándose así el respeto de sus compañeros (por lo segundo, lo primero se ocupó de que nadie lo viera, claro). Al poco de llegar a Britania ya dirigía, aunque de manera extraoficial, a la Emperatriz en las Islas y, pocos años después, recibía el nombramiento oficial. Ya para entonces se había fabricado una nueva identidad en el Norte: Morgana. Que pudiera hacerse pasar por nativa con tanta facilidad y que en tan pocos años liara la que lio hace pensar a muchos que ya había pisado las Islas en alguna encarnación anterior. Hay quien piensa que su plan estaba tan perfectamente orquestado que lo tenía planeado desde mucho antes.

Lo cierto es que siempre se dejó llevar por los impulsos. Su mega-plan perfecto moviendo los hilos en las sombras fue, en realidad, un gran y magnífico canto a la improvisación. Mató a Allon en París por un arrebato, porque se le presentó la oportunidad. En Britania, en cuando descubrió el problema entre nephilim nativos (británicos) y egipcios, decidió fabricarse la identidad de Morgana. Era una auténtica genio del engaño y la mentira, así que, por mucho que sorprenda a los escépticos, no le resultó difícil. Es por entonces cuando decide que su meta será fundar un nuevo Pacto en Britania donde ella sea la Emperatriz, la máxima dirigente, a quien todos adorarían. Entonces apareció Arturo y empezaron a torcerse sus planes. Por mucho que los ayudara, los reyes rebeldes fueron cayendo, uno por uno. Apoyó entonces a Klingsor, esperando que él acabara con Merlin, porque pensaba que a ella le resultaría más fácil eliminar luego a Klingsor, pero este falló miserablemente en el Castillo del Gozo y ella, además, tampoco logró hacerse con los tesoros del Rey Pescador. Por fortuna (una de cal y otra de arena), Yaltaka decidió quitarse de en medio él solito.

A comienzos de la década de 520 Arturo está firme en el trono, pero para Nerrad sus raíces son débiles: de los apoyos de Arturo, Yaltaka ha desaparecido y el Rey Pescador está malherido y no cuenta. Sólo quedan, pues, y a juicio de Nerrad, Merlin, Asgareth y la Doncella de Hielo. Nerrad piensa, acertadamente, que si quita a Merlin de la ecuación la Doncella de Hielo se irá con él, por lo que si eliminara al archidruida y a Asgareth, Arturo, sin raíces que lo sostengan, estaría a merced de la más leve brisa.

Es por esta época, además, cuando Nerrad descubre el Pacto del Dragón, convirtiéndose en el tercer nephilim que lo conocía. De aquí saldrá su plan más elaborado y que estuvo a punto de salirle bien. Era muy sencillo: consistía en sustituir a Arturo por otro rey que fuera garante del Pacto y ser ella quien manejara los hilos por detrás. Como puede verse, nada original: Arturo y Merlin con los nombres cambiados.

Tardó varios años en prepararse, pero cuando pasó a la acción fue rápida y mortal: se enfrentó a Merlin y lo derrotó mientras Lanzarote y Ginebra caían rendidos uno en los brazos del otro, posiblemente con algún conjuro de Nerrad de por medio. Arturo los descubrió, Lanazarote enloqueció y desapareció en el bosque y Ginebra huyó para salvar su vida. Nerrad hechizó entonces al rey y yació con él, concibiendo un hijo, alguien con la sangre de Arturo y de Aurelio que retomaría el Pacto del Dragón. Como despedida, antes de retirarse a su refugio en el Norte, envenenó a Arturo. Mientras todo esto ocurría, Asgareth era estasiado en Londinium.

El veneno era de acción lenta: Arturo agonizaría durante meses, pero no moriría antes de que naciera su hijo. Ella planeaba reclamar la corona para su hijo entonces y actuar como regente. Aquí entró en escena el jugador con el que Nerrad no había contado en ningún momento: Pírixis.

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Un comentario para “Arturo – El fin del Reino del Verano I

  1. Y así nace una «bonita historia de amor».
    Nerrad aún no conoce a Rhonwyn Pírixis, la Dama del Lago.

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