Arturo – El fin del Reino del Verano II

Pírixis fue de «tapada» casi toda su vida y la época de Arturo no fue una excepción. Renegaba públicamente del poder y la política y para sí aparentemente sólo tuvo sus seminarios del Carro (aunque famosos y concurridos, ella nunca tuvo ni aceptó un puesto de relevancia en el Arcano) y su lago cerca de Camlann. Para muchos no era más que la amiga de Yaltaka a quien este arrastraba en sus disparatadas aventuras, el ama de cría del cachorro de Merlin y, en general, alguien que se dejaba arrastrar, sin voluntad y sin importancia. De ella decían a sus espaldas que era tan buena que era tonta y, en la partida que se jugaba en Britania, ni le dieron el papel de peón.

Si bien es cierto que repudiaba la política y no ambicionaba poder alguno (razón, junto con su gran sentido de la justica, por la que Merlin la incluyó en el Consejo Gris), nada en su currículum indicaba esa apatía y falta de resolución que quisieron ver algunos, supongo que cegados por la arrolladora personalidad de Yaltaka.

Pírixis seguía buscando a Yaltaka y no estaba en Camelot cuando se produjo el ataque de Nerrad, pero acudió tan rápido como pudo. Se encontró con la Corte en estado de pánico, tal y como pretendía Nerrad. Con Arturo, el reino estaba enfermo: la cosecha moría, el bosque enfermaba, el Otro Lado se esfumaba, los Yermos avanzaban. Humanos y nephilim estaban aterrorizados y no sabían qué hacer y Nerrad esperaba en el Norte el momento de aparecer, con su hijo, como salvadora. Ante tal situación, Pírixis hizo lo único que podía hacer: tomar la responsabilidad de salvar el reino. Era Dama del Lago, era consejera de la Tabla Redonda (aunque rara vez había asistido a alguna reunión y apenas había participado, al menos públicamente, en las decisiones que se tomaran), era la madre adoptiva de Arturo y era Guardián del Grial.

De repente, había aparecido un peón en séptima y había coronado.

Con ayuda de la Templanza logró un antídoto parcial contra el veneno que mataba a Arturo. No lo curó, pero no moriría; quedó postrado y casi incapacitado. Pensó que el Rey Pescador y el Caldero de la Abundancia podrían curarle, pero no pudo encontrar acceso al Castillo del Gozo. Ni siquiera el Caballero Pardo o la Doncella de Hielo pudieron llegar hasta el Rey Pescador, así que la dama Rhonwyn Pírixis encomendó a los caballeros de la Tabla Redonda la búsqueda del Castillo del Gozo y de un remedio para Arturo, búsqueda que luego sería conocida como la Búsqueda del Grial, una vez la historia fue pasando de mano en mano y perdido ya su sentido original.

Su posición fue más estable de lo que muchos podrían pensar. Pírixis había hecho muchos favores los años anteriores y ahora se cobró unos cuantos. El Emperador, dirigido por Ethiel en ausencia de Yaltaka, le dio todo su apoyo, al igual que el Mago, que la vio como continuadora de Asgareth. Los demás la aceptaron como la heredera de Merlin o como quien era: la querida dama Rhonwyn, quien siempre tenía una palabra sensata y una sonrisa amable para un corazón atribulado.

Nerrad-Morgana no estuvo de brazos cruzados. Comprendió que con un niño de pecho no se haría con la corona: necesitaba un hombre hecho y derecho que pudiera reclamársela a su padre, pero tampoco pensaba esperar veinte años. Se hizo con un conjuro, el Rito de Cronos (tercer círculo), que permitía variar la velocidad del paso del tiempo de un pequeño plano sutil con respecto al mundo material, y busco un nexus lo suficientemente poderoso como para mantener este plano sutil. Lo amuebló y preparó y lanzó el conjuro, y allí criaría a su hijo, al que llamó Mordred.

Durante los años que siguieron el reino se fue descomponiendo poco a poco. Las malas cosechas, la peste y el lento declive del Otro Lado, unido al débil gobierno de un Arturo incapacitado y unos caballeros de la Tabla Redonda dispersos buscando un remedio esquivo, provocó un aumento del bandidaje y el pillaje, las guerras entre señores, la rebelión abierta y que Nerrad tuviera cada vez más apoyos. El fracaso y la muerte era lo único que obtenían los caballeros de la Tabla Redonda y se empezaba a dudar de la dama Rhonwyn.

N. del A.: Para la segunda parte de la época artúrica me guié por la película Excalibur, comprimiendo un poco el tiempo (entre otras razones, para que el simulacro de Pírixis pudiera llegar vivo al final del reinado). En Excalibur el Rey Pescador como tal no existe y quien está postrado es el propio rey Arturo, pero yo sí usaba al Rey Pescador, así que uní ambos casos: un Rey Pescador, malherido y postrado, que es quien puede curar a Arturo y un Arturo envenenado y postrado, que envenena y postra al reino por el Pacto del Dragón, a causa de lo cual los accesos a los dominios del Rey Pescador se cierran y se hace imposible encontrarlo. La Búsqueda del Grial terminará, sin intervención de los personajes jugadores (bueno, de Pírixis, que es quien queda) cuando Perceval cure al Rey Pescador y regrese a Camelot con el remedio para Arturo.

La razón de inspirarme antes en Excalibur que en La muerte de Arturo, Pendragón o cualquier otra versión de la leyenda es que mis jugadores habían visto la película y así lograba dos cosas: mantener a los jugadores centrados en la campaña y dar el ambiente que quería sin necesidad de explayarme con las descripciones.

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Un comentario para “Arturo – El fin del Reino del Verano II

  1. Por fin, una entrada para mí.

    Algunos se van a sorprender mucho, pero es lo que tiene estar en la sombra; a parte de verme la paciencia en lo tocante a Arturo, ahora me toca a mí.

    Espero de Nerrad, cierto «saludo» con ilusión.

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