Leshnoff, demasiado moderno

El pasado fin de semana fue el tercer concierto de abono (abono A) de la Orquesta de Extremadura, el viernes en Cáceres y el sábado en Badajoz, bajo la batuta de Anne Manson. En el programa, la Obertura trágica, Opus 81 de Brahms, el estreno en España del Concierto para violín del compositor americano Jonathan Leshnoff y, ya en la segunda parte, la Octava sinfonía (Incompleta) de Schubert. Como solista de violín teníamos a Charles Wetherbee, quien ha interpretado el concierto en múltiples ocasiones, incluyendo su estreno mundial (noviembre de 2005) y la primera grabación del mismo; es decir, era el mejor solista posible para este estreno.

El resultado, agridulce. La Obertura y la Incompleta, impecables. El Concierto… la verdad, no me gustó en absoluto. Demasiado cacofónico y confuso, con los instrumentos pisándose unos a otros y el violín a veces perdido dentro del barullo, a veces totalmente fuera de lugar. Nada que reprochar a la orquesta, solista y directora, que hicieron un muy buen trabajo con una obra difícil, pero si es difícil de interpretar, más lo es de escuchar. Definitivamente, Leshnoff no va, por lo menos en lo que se refiere a sus composiciones para orquesta, conmigo. Por otra parte, espero volver a asistir a un concierto tanto de Manson como de Wetherbee. Por cierto, que cada vez se lo ponen más complicado a la percusión.

En la orquesta eran notables la presencia de Juan Luis Gallego como concertino invitado (faltaba, pues, Sergio Marrero) y la ausencia de Miguel Ángel Rodríguez y su precioso contrabajo que anda de gira por Corea con la World Symphony Orquestra.

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