Baile de máscaras — Verano: Colette

A la vuelta a Chaville, Colette tuvo que dar muchas explicaciones a sus padres. Al enfado que tenían por haberse embarcado en tal aventura, se sumó el que había sido descubierta. Noel, que ya había sido blanco de la primera fase del enfado, a su vuelta de Dupois cuatro semanas atrás, no se escapó de esta nueva andanada. Aun así, la peor parte se la llevó Colette. A fin de cuentas, era una señorita y quien debía cuidar de su hermano. ¡Irse al monte con tres varones! ¡Y dormir con ellos al raso! ¡Qué vergüenza, si se entera la gente! ¡Ay, que me da! El padre no le dirigió la palabra durante semanas y la madre se pasó varios días llorando. ¿Qué le estamos haciendo a nuestra hija? ¿No sería mejor renunciar al título y la fortuna familiar y dárselo todo a esos malditos Mazet? Pero, entonces, ¿quién querría casarse con ella? Y si seguimos con la pantomima, ¿a qué vida la estamos condenando?


Todo venía de un pleito de antiguo. El bisabuelo de Colette había desheredado a su hijo mayor, su abuelo, al casarse éste sin aprobación. Casi en su lecho de muerte, se habían reconciliado. A su segundo hijo, el tío abuelo de Colette, no le sentó muy bien perder el título de conde de Dunois que llevaba usando desde que su padre, por su avanzada edad, se retirara de la vida pública, ni la mitad de la fortuna y posesiones de la familia en favor de un hermano que había salido de sus vidas hacía cuarenta años. El segundo título de la familia, vizcondes de Mazet, lo recibió como un insulto.

Ninguno de los dos hermanos sobrevivió mucho a su padre y el pleito pasó a la siguiente generación, la del padre de Colette. La otra rama de la familia seguía sin perdonar el título de conde y las decenas de miles de escudos de renta perdidos en tiempo de descuento. El asunto del apellido lo consideraban una afrenta más, un insulto a la memoria del anciano conde engañado por su pérfido hijo a las puertas de la muerte. Y es que el abuelo de Colette, tras la disputa familiar, usó el apellido de su madre, Leclair y, pese a la reconciliación, no volvió al apellido paterno, Parmentier, costumbre que continuó su único hijo, el padre de Colette.

Un título tan antiguo como el de Dunois se veía afectado por leyes y costumbres en desuso, pero no derogadas. Los abogados de los Mazet seguían lanzando periódicos ataques y la extraña enfermedad de Noel, el heredero, podía darles la munición que les faltaba.

Esto contaron los padres de Colette a Michel, Jacques y Julien en una reunión en su casa, donde, además de darles las gracias por cuidar de sus dos hijos, confiaron el destino de la familia a su discreción.

Volviendo con Colette, el asunto Malache había traído otra víctima colateral: sus estudios. De puertas para afuera, ella era la hermana de salud débil y en la universidad le daban cierta manga ancha con las faltas de asistencia. Pero en este caso no había podido presentarse a los exámenes finales. Con el doctor Besson no tuvo problemas, pues ya había quedado con él en presentarle un trabajo sobre su viaje y el informe de la reconstrucción del torso de Michel era mucho más de lo que el médico había esperado. Con el resto de profesores, y gracias a la intercesión de Besson, pudo negociar unos trabajos por las faltas de asistencia, más los temibles exámenes extraordinarios en septiembre.

Su verano creo que se lo imaginarán: horario restringido, dividido entre la biblioteca de la universidad y su cuarto de estudio, aguantando el húmedo y pegajoso calor de Chaville. Su familia, por supuesto, se fue de vacaciones, buscando un clima más benigno para la salud de Noel. No fue, sin embargo, tan solitario como ella se temía. Chloé estaba allí, acercándose siempre que podía a verla y Jacques, Julien y Michel tuvieron tiempo de pensar en lo sucedido y en las razones de Colette y, aunque no la trataron como cuando pensaban que era Noel, desde luego sí como una amiga cercana. No la dejaron sola en su cumpleaños y la visitaron o vieron en varias ocasiones. Colette, por otra parte, empezaba a ver a Julien con otros ojos. El joven era educado y encantador y su comportamiento no podía haber sido más distinto durante el viaje de primavera que los dos mujeriegos y juerguistas de Jacques y Michel. Pero no era menos cierto que mantenía una distancia cordial pero visible con todas las mujeres y no había hecho ni un gesto al verla desnuda en Ourges. ¿No había tenido él peor fama que su hermano? ¿Tanto cambia el ejército a un hombre?

Baile de máscaras, campaña para Ánima Beyond Fantasy, 1×06-1×07. Con Julien Lafleur d’Aubigne (Alcadizaar) y su hermano Jacques (Aldarion), Colette/Noel Leclair de Dunois (Menxar) y Michel Laffount de Gévaudan (Charlie).

Pequeño interludio veraniego dedicado a Colette.

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