Greg Stafford

Greg Stafford nos dejó el 10 de octubre pasado. Saltó la noticia en la mañana del 11, hora española. Yo estaba releyendo el manual de Heroquest. Esa noche había soñado que dirigía a Heroquest.

Stafford ha sido uno de los dos autores de juegos de rol que más me han influido. Alcancé mi madurez como director de juego con Nephilim, juego francés que utilizaba una variante del BRP que había contribuido a crear, y con Pendragón. Con Pendragón, además, por partida doble, pues adapté parte de El joven Arturo a Nephilim. Me acostumbré a los dilemas morales, tan de Pendragón, y a explorar con los jugadores la personalidad de sus personajes. Con el tiempo, me acercaría a la compleja simplicidad abstracta de Heroquest y me asomaría (de momento, de puntillas) a Glorantha de la mano de mis doctos colegas de la bloguesfera rolera. El año pasado, volví a adaptar La aventura del Castillo del Gozo (o de la Alegría, según la traducción nueva), esta vez con samuráis. Y todavía me queda pasar de la fase de anarquía en La Gran Campaña.

Ayer, día 10 de noviembre, y siguiendo el llamamiento de Chaosium, jugamos una partida en su honor. Dirigía el teniente Du’Pont, fue a Stormbringer, otro juego de la casa, con reglas de Runequest III.

El año que viene espero seguir reuniéndome con amigos para narrar historias que quieren ser contadas, siguiendo las enseñanzas de tan sabio chamán.

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