Last Exile: Ginyoku no Fam

El estudio Gonzo marcó la primera mitad de la década pasada con varias series de gran calidad que lo encumbraron a lo más alto. Desde entonces ha vivido una larga decadencia, primero creativa y luego económica, que les llevaría al borde de la quiebra. En un intento quizás de recuperar esa marca de la casa perdida en los últimos años recurrieron al ilustrador Range Murata, que había estado detrás del diseño de dos de las obras visualmente más emblemáticas del estudio: el OVA Blue Submarine nº6 (curiosa adaptación de La isla del doctor Moreau, torturada por una atroz banda sonora) y la serie Last Exile, eficaz vuelta de tuerca al manido «pirata con poderosa nave y chaval piloto de la leche que termina en ella».


¡Ah, Tatiana! ¿Cómo? ¿Que no es la prota? ¿Y?

El primer intento, Mardock Scramble, murió antes de nacer. El segundo, Shangri La, resultó ser una floja serie que pasó con más pena que gloria. Para el tercer intento decidieron volver a los orígenes y plantear una segunda temporada de la añorada Last Exile. En un intento de hacer una digna continuación, echaron mano casi del mismo equipo: repetía el director, el irregular Koichi Chigira (responsable de Full Metal Panic!, pero también de las dos partes de The Tower of Druaga); compositor (Hitomi Kuroishi) y buena parte del staff técnico, pero ni eso les ha valido para cortar con las historias intrascendentes de los últimos años.

Y es una pena, porque la historia explora muy bien el universo creado para Last Exile, con suficientes dosis de alta política y mala leche para lucimiento de un buen guionista. No fue el caso y los guionistas de los 23 episodios (en realidad, 21 más dos resúmenes) al final se quedan entre dos aguas, con destellos de calidad ahogados por absurdos giros y situaciones estúpidas.

Ciñéndonos a lo que cuenta, la serie nos muestra una Tierra que se recupera de un gran cataclismo que provocó la migración de gran parte de sus habitantes en grandes naves-colonias, las Exile. Con el paso de los años, varias Exile han vuelto a casa, incluyendo la que daba nombre a Last Exile (por lo visto, esto se narra en un manga situado entre ambas series, Last Exile – Sunadokei no Tabibito), asentándose en la Tierra y desplazando a los originales habitantes del planeta, la llamada Federación de Ades. Empujados más allá del límite, estos han iniciado una serie de campañas de reconquista. Como resultado, la joven princesa del Reino de Turan Millia (Ai Kayano), como cabeza del gobierno en el exilio de su pueblo, se ve envuelta en diversas aventuras en un mundo en guerra, acompañada por las igualmente jóvenes piratas Fam Fan Fan (Aki Toyokasi, Yui Hirasawa en K-On) y su navegante Giselle Collette (Aoi Yuuki). Con la ayuda de la Silvius, acorazado corsario del reino de Anatoray-Disith bajo el mando de Tatiana Wisla [aplausos, aplausos], y de un guasón Dio [ovación, ovación], intentarán parar los pies a la Federación de Ades y su malvado y manipulador primer ministro Luscinia.

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