Ulrioka Yama

Ánima cabalga en inestable equilibrio entre el detallismo absoluto y el hágaselo usted mismo propio de sistemas más simples. En la ambientación pasa tres cuartos de lo mismo, se entremezclan los detalles exhaustivos y los grandes huecos para meter lo que queramos. Personalmente, es algo que me encanta y una de las razones por las que sigo con el juego, pero a veces me fastidia encontrarme esos vacíos en zonas que esperaba no tener que trabajar. En este caso, una de las religiones de Gaïa: en el libro del mundo se detallan las religiones principales y apenas se bocetan las minoritarias. Eso es un problema cuando una campaña quiere gravitar sobre una de éstas. Y para mí es un problema mayor ya no soy director ni de Glorantha ni de la familia de mundos de AD&D/D&D, conocidos por tener dioses para todos los gustos. Así que toca discurrir un poco. Hoy echo de menos el diccionario de dioses y demonios que me acompañó durante parte de la campaña de Guardianes del Grial. Veamos que sale.

Ulrioka Yama es nombrado como el Señor de las Arenas. Es también mencionado como dios del tiempo y de la muerte. Un viejo dios de las gentes del desierto, de antes de los nómadas que ahora lo surcan. A mí me interesan estos últimos y la visión que tienen del viejo dios. Su triple atribución de señor de las arenas, del tiempo y de la muerte apuntan a una deificación del propio desierto, principio y fin de todas las cosas, eterno en sí mismo. Un dios destructor, con cierto aire a Shiva.

Devah es llamada la Creadora de Vida: sería una diosa de la fecundidad, dadora del don de la vida, de las plantas, animales, del agua y de los oasis y, por supuesto, de los nacimientos. Sin embargo, todo nace también de las arenas del desierto: el pozo, el oasis, el camello… Por ello, Devah sería la esposa de Ulrioka Yama y de la unión de ambos florecerían todas las cosas vivas.

Tenemos, por otro lado, la atribución como dios de la muerte. Si sacamos esa parte oscura del dios y la asignamos a una deidad femenina, es decir, hacemos como con Shiva y Kali, creo yo que queda mejor (no, que mi jefe de departamento lleve una semana gritando «¡Kali Ma!» cuando más concentrado estoy no tiene nada que ver en esto). Esta diosa oscura sería la segunda esposa de Urioka Yama y la relación de los tres explicaría las épocas de florecimiento (cuando el dios está más… ejem-ejem… con Devah) y los años de terribles sequías y plagas. El resto de dioses, de momento, no me interesan.

Culto

El culto a Devah es el principal. Las sacerdotisas actuarían también de comadronas, médicas y veterinarias. Normalmente, cada grupo familiar grande tendrá la suya propia. Su estructura es chamánica, y cada sacerdotisa elige y entrena a su sucesora. Buscan siempre a aquellas muchachas con talento: el Don, principalmente. Por eso suelen ser de la misma familia: hijas, nietas, sobrinas… Las sacerdotisas asisten en los nacimientos, cuidan de los enfermos, bendicen las bodas, el ganado y el nuevo campamento y realizan los ritos de fertilidad y propiciatorios adecuados.

Los sacerdotes de Ulrioka Yama quedan en segundo plano: es un dios para temer, no para adorar. Los jóvenes participan en los ritos de fertilidad con las sacerdotisas de Devah y los mayores dan las gracias por el tiempo disfrutado y despiden a los muertos junto con las pocas iniciadas de la Diosa Negra.

Los Caminantes de la Muerte forman una casta especial de sacerdotes de Ulrioka Yama, del lado más oscuro del dios. Una secta mistérica de brujos que han aprendido los secretos del Tiempo y del Desierto, no queda claro si servidores últimos del Señor de las Arenas o rivales ansiosos de su poder. Viven separados de todos, pájaros de mal agüero allá donde van. Eligen a los suyos entre sus hijos (ninguna mujer libre se casaría con un Caminante de la Muerte, pero las esclavas siempre han sido un buen pago) o comprando chavales con potencial a cambio de sus servicios. Son llamados para hacer el trabajo sucio: conseguir Tiempo para el clan (aplacando una tormenta de arena, encontrándoles un pozo, eliminando una peste persistente) a cambio de otro Tiempo: el de un bebé, el de una virgen, el del primogénito del jefe… Se dice que dominan a los djinn, que las hormigas y los gusanos gigantes no les atacan, que están fuera del Tiempo.

En fin, de momento con esto y lo que viene en el libro me vale.

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