Kara no Kyoukai

La historia de Type-Moon es curiosa: de proyecto amateur a compañía comercial de éxito. Supieron crear un mundo curioso, poblado de personajes inolvidables, en una serie de novelas y novelas visuales (un tipo de videojuego popular por aquellos lares y que consiste básicamente en leer una novela sobre imágenes estáticas teniendo que tomar una decisión de cuando en cuando; esto es, algo que aquí no consideraríamos videojuego) que tuvieron gran éxito y les permitió dedicarse profesionalmente a ello. El salto al anime era de esperar, y ya habíamos podido disfrutar de series como Shingetsutan Tsukihime y Fate/Stay Night. En el caso que nos ocupa, el salto fue mayor de lo esperado porque Ufotable, la productora, decidió tirar la casa por la ventana y presentar el proyecto como una serie de películas para la gran pantalla. Así, la novela Kara no Kyoukai, con el sobrenombre de The garden of sinners (El jardín de los pecadores) fue presentada como siete películas de distinto metraje, desde los tres cuartos de hora a las dos horas que se estrenaron entre diciembre de 2007 y agosto de 2009.


Shiki, encantadora

Kara no Kyoukai es una historia de amor con trasfondo sobrenatural, como otras creaciones de Type-Moon. Es la historia de la taciturna Ryougi Shiki, con sus problemas de personalidad, su gusto por combinar kimono, cazadora de cuero y botas, y sus arrebatos violentos, y el extraño Kokutou Mikiya, buenazo, investigador nato, cabeza de adamántium y cierto falso aire de despistado. La historia del tipo que quiere aprovecharse del lado oscuro de Shiki, Araya Souren y de la que lía para conseguirlo. Y todo ello contado de forma no cronológica, para mayor lío del espectador.

El formato elegido permitió una gran vistosidad: la calidad del dibujo, los fondos, la animación, el agua… Son impresionantes y difícilmente conseguibles en una serie de televisión. Pero también se corría el riesgo de que todo se quedara en unos hermosos fuegos de artificio. El resultado queda un poco a caballo. Es visualmente impresionante, con escenas muy bien planteadas que sacan partido al dibujo y a la animación. Pero le falta garra y ritmo en demasiados momentos. Un problema derivado del formato elegido: las películas son largas, demasiado largas. La primera, Vista panorámica, hubiera quedado como un genial como un episodio normal o un OVA de 30 minutos, pero se arrastra sin ritmo durante más de 40, créditos aparte. En la quinta, que debía ser la más vistosa, un caótico e innecesario montaje atrás y adelante en el tiempo permite repetir escenas y despistar al espectador lo suficiente como para que no se note demasiado que esa hora y tres cuartos (dos con los créditos del final) deberían haber sido alrededor de 80 minutos.


Shiki, arrebatadora

Pero, claro, esta es la primera valoración. Después de verme cada película seis o siete veces (algunas escenas cosa del doble), atendiendo a la vez a los subtítulos en inglés y a la traducción en castellano, me olvido de esas partes malas para concentrarme en las buenas (y, desgraciadamente, en los errores que me dejé atrás al corregir). Porque tenemos a Shiki, tan encantadora. Y a Kokutou, tan raro. Y a la música, que después de cinco películas pasando desapercibida, en la sexta toma el protagonismo. Y a los seiyuus: Kenichi Suzumura lo borda como Kokutou; Maaya Sakamoto (la voz del maravilloso ending de Wolf’s Rain) mantiene el tipo como Shiki, ronca, desgarrada e incluso dulce en sus momentos, pero algo falta de garra en ciertas escenas; el veterano Jouji Nakata repite como malo (ya le puso la voz a Kotomine en Fate/Stay Night), con una voz que pone los pelos de punta. Entre los secundarios, podemos destacar, por más conocidas de esta página, a Mamiko Noto (Fiona, Hécate, Shinako Sugimoto, Shijo) bordando la triste historia de Asagami Fujino y a Rie Tanaka haciendo lo mismo con Fujyou Kirie.

Lo mejor sigue siendo haber podido disfrutar de la versión anotada del abuelo Kim explicando detalles del universo creado por Type-Moon, tanto referente a Kara no Kyoukai como a Fate o Tsukihime. Lo malo, claro, es que me tocó corregirla y entender algunos diálogos, auténticas fumadas existenciales, cazar gelatinosos errores de la traducción guiri, entender qué narices es un pop-a-point pencil o recomponer la 5ª película cronológicamente para que no hubiera errores de concordancia en los diálogos, pese a los saltos de metraje. Y dejarme una errata en la 6ª que aún hace que me tire de los pelos.

Tenéis más información en la propia página de Nanikano, claro.

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