Nijuu Mensou no Musume

Siempre hay alguna serie que pasa injustamente desapercibida. El año pasado le tocó la china a Nijuu Mensou no Musume, La Hija de Veinte Caras, serie que, en principio, tenía todas las papeletas para ser fansubeada hasta la saciedad: venía de la mano del estudio Bones, que hace series de buena factura, algunas geniales y que tiene varias muy conocidas (Fullmetal Alchemist la que más, pero también Eureka 7 o Wolf’s rain) y tenía a Aya Hirano poniendo voz a la protagonista. Sin embargo, como digo, pasó prácticamente desapercibida y me ha tocado esperar para poder verla. La serie, basada en el manga del mismo nombre, usa personajes de una popular serie de novelas japonesas de detectives del siglo XX, prácticamente desconocidas por estos lares, escritas por Rampo Edogawa, inspiradas claramente en Sherlock Holmes de Doyle, concretamente las del detective Akechi, que aparece en la serie como secundario, y su némesis Veinte Caras, un ladrón de guante blanco que recuerda más a Lupin que al Moriarty de Sherlock Holmes.

Chiko
Chiko

Nijuu Menosu no Musume nos cuenta la historia de Mikamo Chiko Shizuko (la popular Aya Hirano, a la que hemos podido oír como Haruhi, Lumière, Reira y Konata entre otras), una jovencita (unos 11 años) inteligente, despierta y de aspecto frágil, heredera de la familia Shizuko y cuidada por sus tíos, es decir, cuidadosamente envenenada por ellos, que ansían su fortuna. Chiko es secuestrada-liberada por Veinte Caras (Yuya Uchida), un ladrón de guante blanco conocido por su maestría con el disfraz y sus audaces golpes. Como un miembro más de la banda de Veinte Caras vivirá mil y una aventuras hasta que queda separada de ellos y vuelve a Japón, donde intentará llevar una vida normal con la compañía de Tome (Satomi Arai), su ama de llaves, y Shunka Koito (Rina Satou, Haruka Minami en Minami-ke), una compañera de clase. Sin embargo, pronto será conocida como la Hija de Veinte Caras, heredera de sus secretos y su fortuna, y se verá envuelta en todo tipo de aventuras relacionadas con el pasado del extraño ladrón.

Veinte Caras
Nijuu Mensou (Veinte Caras)

La serie está muy bien estructurada, con episodios de ritmo frenético, episodios más tranquilos de relax (incluyendo el habitual día de playa), cambios de ritmo y de rumbo, apoyándose en buenos personajes. Chiko es de los mejores personajes que he visto en años, los cambios de niña inocente de mirada risueña a arpía peligrosa de mirada de hielo son geniales. Los miembros de la banda de Veinte Caras, aunque aparezcan poco, tienen todos una personalidad definida que se muestra con cuatro trazos: Ken, Hans, Capitán… el contrapunto humorístico de Tome, Koito y el tanuki, digo, el detective Akine; los malos, el Demonio del Pelo Blanco (Atsuko Tanaka, más conocida como la mayor Kusanagi), el Profesor (Houchou Ohtsuka, Beck en Big O, Jiraiya en la serie esa del butanero rubito); el detective Akechi (un siempre efectivo Kenji Hamada: Kuze, Takumi en Honey and Clover, George), que aparece acá y allá; la misteriosa Nozomi Kayama (Miyuki Sawashiro, Asako Shibasaki, por elegir otro papel secundario en una serie que ya he comentado) y, por supuesto, el misterioso Veinte Caras. ¿Las pegas? Que le falta un pelín para ser la leche. Hay episodios donde se le mueren algunas escenas, pierden el dramatismo que deberían tener, se quedan sin ritmo. Son pocas, pero al ser escenas cúlmenes de varias tramas, se hacen notar.

En resumen, una serie de acción muy recomendable, con personajes carismáticos, giros argumentales, pasados oscuros y emocionantes escenas de acción.

La versión que he seguido es la de Nanikano, y ha sido mi primer trabajo como corrector para el fansub.

Esta entrada ha sido publicada en Anime.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.