Arturo – Dux Artorius

511-517

510 fue sólo el principio, un año de guerras que sirvió de prólogo a una década de guerras. Primero, la rebelión de los señores britanos: año tras año, campaña tras campaña, ora en territorio de Arturo y sus aliados, ora en los feudos rivales. Con el paso de los años y las victorias más y más señores dieron su apoyo al joven duque. Sin embargo, en 511 y 512 si no hubiera sido por la ayuda que cada primavera ofrecía Bors, jefe guerrero del rey Ban, todo habría acabado antes de empezar. El jovial Bors hizo de puente entre los mayores (Uisnach Yaltaka, Ector, Ulfius y Brastias) y los jóvenes (Bedwyr, Cai, Tor ap Uisnach, el propio Arturo) y sus mano a mano con Uisnach y Bedwyr fueron famosos, para terror de Cai, que veía desaparecer las reservas de cerveza ante sus ojos.

El propio ejército de Arturo creció rápidamente: un grupo entusiasta de jóvenes, hijos segundones sin futuro en su mayoría, que se fueron sumando a la causa del muchacho atraídos por la posibilidad de labrarse un nombre y fortuna. Mal equipados, con escasez de armaduras y caballos, sin experiencia real, pero arrastrados por el arrojo del joven duque, pronto se curtieron en la batalla, llenaron las armerías con los despojos de la batalla, consiguieron caballos como pago de rescates. Y, bueno, durante los largos inviernos también fueron entrenados duramente por lord Brastias, al que cariñosamente y a sus espaldas apodaban «el Torturador», «el Sádico» (otros motes no han llegado hasta nosotros porque, a esas alturas, los chavales estaban echando las tripas).

La falta de tierras propias suponía no tener donde invernar, ni suministros propios para las campañas, así que los primeros años sólo tuvieron el apoyo de los pocos señores leales y de Ban y Bors, pero pronto Arturo emprendió una agresiva política de apropiarse de las tierras de los rebeldes. Más adelante, cuando tuvo su feudo real, repartiría este puñado de señoríos y baronías entre caballeros fieles.

El punto de inflexión se produjo durante el verano de 512. Rydychan estuvo a punto de caer en manos de Cerdic mientras lord Uisnach y lord Ector luchaban con sus tropas junto con Arturo contra Owen Vinddu en Cornualles. El ejército de Cerdic arrasó Shirburn, pero no pudo con Wallingford, protegido por la Bella Dama. El rey Madog de Sauvage llegó en su ayuda y, entre extrañas y persistentes nieblas, mandó a los belgae de vuelta a sus tierras. Fue la primera vez en mil años o más que el propio rey Madog condujo a sus huestes a la batalla, incluyendo su guardia personal. Ni siquiera durante los enfrentamientos con los sajones la década anterior había mandado a la lucha a ejércitos formados por nephilim. Al frente de los Cinco Hermanos, dispersó a toda un ala del ejército de Cerdic en cuestión de minutos. Aunque las campañas de verano terminaron igual que el año anterior, en tablas, algo había cambiado: la presencia del rey de las Hadas atemorizó y desmoralizó a los rebeldes y encorajinó a los leales a Arturo, y también ayudó a decidirse a muchos neutrales. Los dos años siguientes fueron de continuas victorias de Arturo, que terminó con la caída de Cerdic en 513 y la derrota de los restantes señores rebeldes en Terrabil al año siguiente.

La muerte de muchos de estos señores debilitó considerablemente el entramado de reinos y señoríos tanto en el norte como en Cornualles, pero otros señores rebeldes pudieron seguir frente a sus dominios, ya fuera para mantener la estabilidad de la región, ya porque se retiraran a señoríos recónditos, dejando gran parte de sus tierras en manos del duque. Entre los primeros estaba Malahaut, rey de Malahaut. Su simulacro fue muerto en combate por Bedwyr, campeón de Arturo, pero se le permitió mantener sus posesiones tras reconocer su derrota y jurar fidelidad a Arturo: Madog y Custeninn, los otros dos grandes reyes nephilim de Este Lado, fueron inflexibles: el reino de Malahaut es de Malahaut. Oficialmente, un pariente heredó la corona, aunque tuvo que pagar un fuerte rescate a Arturo, en forma de tierras.

Unidos los britanos bajo una sola bandera, era hora ya de acabar con el invasor. Los sajones no habían estado ociosos estos años, y sus incursiones habían sido continuas. Sin embargo, también ellos tenían problemas internos, divisiones y enfrentamientos, y sólo hubo una campaña digna de tal nombre en todos esos años, al norte de Malahaut. La primera campaña de Arturo los pilló desprevenidos, pero para 517 casi todos los pueblos sajones de Britania se habían unido, y también se habían aliado con irlandeses y pictos. Ese año se luchó en el norte, a una escala que no se veía desde las conquistas romanas. Las tropas britanas estuvieron a punto de caer en el bosque de Celyddon, donde los muchachos de Arturo demostraron que las guerras anteriores los habían convertido en una fuerza de élite casi imparable.

Pero no todo fueron batallas en estos años. Hubo también historias extrañas, como la de Balin, el Caballero de las Dos Espadas. Balin era un caballero casi desconocido del Bosque Salvaje, conocido de lord Uisnach Yaltaka y lady Rhonwyn Pírixis. Estando en la corte de Arturo, logró desenvainar una espada que trajo una mujer y que ningún otro caballero había podido hacerlo para, inmediatamente a continuación, insultar gravemente al duque de Britania matando a una Dama del Lago que había pedido hospitalidad con la misma espada. Tuvo que huir de la corte, matando al joven lord Lanceor, príncipe de Estregales, que había salido en su persecución. Balin, acompañado por su hermano gemelo Balan, recorrió Britania en los años siguientes, viviendo extraordinarias aventuras.

Sin embargo, por lo que se le recuerda realmente es por haber herido al Rey Pescador con la maldita espada. Fue todo un desgraciado malentendido que terminó con ambos hermanos muertos, uno a manos del otro, y con el Rey Pescador postrado y con su poder menguado.

Esta herida no pudo llegar en peor momento. Tras lo ocurrido en la Isla de los Monstruos, la relación entre nephilim británicos y egipcios estaba en su peor momento. Numerosos nephilim que habitaban en la tierra de las hadas estaban dispuestos a luchar contra sus salvajes hermanos. Klingsor hace suyo el bando de los señores rebeldes, lo que se traduce en un enfrentamiento abierto contra Merlin y Arturo. De nada sirvieron los intentos de la Doncella de Hielo para apaciguar los ánimos: en los campos de batalla se enfrentaron nephilim contra nephilim. Klingsor, en estos momentos, era el principal peligro al plan de Merlin, mucho más que los sajones. Y, sin embargo, nadie le tomaba realmente en serio. Tras la batalla de Terrabil le dan por derrotado. La rendición de Malahaut ha supuesto que los tres grandes reyes nephilim de Este Lado, Custeninn, Madog y el propio Malahaut, apoyen a Merlin. En el Otro Lado, el Rey Pescador y la Doncella de Hielo, también. Klingsor está aislado, sólo apoyado por los fomorianos y el Diablo.

Nada más lejos de la verdad. La posición de Merlin era más débil de lo que parecía y Klingsor tenía aliados insospechados. Para colmo de males, un segundo frente nephilim se le abre a Merlin: los últimos arcanos mayores llegados critican abiertamente, e incluso se oponen, a sus ideas. Entre ellos tenemos al Sol, la Emperatriz y el Juicio, y cada vez más nephilim egipcios sin afiliar o sin arcano que les represente comparten esta crítica.

Pero no todo son malas noticias, ni noticias de conflicto. La Templanza y la Justicia llegan también a las islas, ganándose rápidamente el respeto de todos, salvo los fanáticos. Rhonwyn Pírixis gana gran renombre en estos años. Sabe unir ambas tradiciones en sus dos vertientes, como Dama del Lago y como adepta del Carro. Sus reuniones y seminarios, que organiza dos veces al año, en Beltane en Eboracum y en Samhein en Wallingford, se han hecho famosos y acuden nephilim hasta de Irlanda y las Galias.

Las piezas estaban ya sobre el tablero. El cran-tara prometía reunir un ejército bárbaro como no se había visto desde época romana para el año siguiente, 518. Los grandes señores britanos, sajones, jutos, anglos, pictos, atecotti e irlandeses sabían que iban a librar una campaña decisiva para el futuro de Britania. Y es entonces cuando Klingsor hizo su movimiento.

Pero de eso nos encargaremos más adelante. Primero tenemos que hablar sobre lo que el caso del Fortuna y de la Isla de los Monstruos supuso para Yaltaka.

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Un comentario para “Arturo – Dux Artorius

  1. Unos años moviditos. Menos mal que era neutral y sin interés por el poder, que si no… (ver efectos en la época actual, quien tenga bola de cristal claro ;))

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