Real Drive

Real Drive es la última fumada de Masamune Shirow (Ghost in the Shell). Con la calidad de dibujo y animación habituales en Production I.G. (Le Chevalier D’Eon, Toshokan Sensou) se nos presenta una serie cyberpunk con elementos comunes a Ghost in the Shell (presencia de cibercerebros, androides, red global, androides que desarrollan una fuerte personalidad, aunque no tan carismáticos como los Tachikomas) y a Ghost Hound (el enfrentamiento entre lo natural y lo artificial, la ruptura del orden de la Naturaleza…).

En la serie seguimos las andanzas de Masamichi HARU, un buzo que ha pasado cincuenta años en coma tras un extraño accidente; Minamo AOI, la chica que le cuida; su hermano Souta, ayudante del antiguo jefe y amigo de Haru, Eiichiro KUSHIMA (ciberimplantado hasta las orejas, sigue aparentando unos treinta años) y Holon, androide al servicio de Haru, además de secundarios variados que aparecen más o menos, como dos amigas de Minamo, el dueño de una cafetería, un par de peces gordos, la curiosa familia Aoi al completo, y algunos más.

A modo de sinopsis rápida, diré que se ha creado una red neuronal que toma como modelo el océano y cuyo centro está en la isla artificial donde viven los protagonistas y a la que están conectados todos aquellos que poseen cibercerebros. Esta red es la Metal. Los especialistas en solucionar follones dentro de la red son buzos, y en esta red es donde empieza a bucear un viejo e inválido Haru que encuentra en ella su nuevo océano y la vía para encontrar respuestas al accidente que casi le mata hace cincuenta años. Con Holon y los dos Aoi forma un equipo independiente directamente a las órdenes del jefazo Kushima quien, por otra parte, se las trae con peces tan o más gordos que él.

El resultado es desalentador. La serie aguanta el tipo los 13 primeros episodios, con historias autoconclusivas, un poco de evolución de personajes y una puesta en escena que recuerda, sobre todo en algunos finales, a series americanas de imagen real (el final todos mirando al horizonte es exactamente igual al de varios episodios de Star Trek (cualquiera de ellas) con los protagonistas mirando la pantalla central). El 14 es un incomprensible episodio de repaso de los anteriores (¿es necesario esto en una serie de I.G.?) y a partir del quince la serie se hunde en la miseria y ni siquiera el intento de trama de los últimos episodios (sin garra, previsible, torpe) logra remontar el vuelo. Me ha decepcionado tanto la segunda parte de la serie que ni siquiera voy a poner una imagen. Es, en resumen, una fumada made in Shirow flojísima.

La verdad es que esperaba más, tanto del estudio, como del director, Kazuhiro Furuhashi (la espléndida Le Chevalier D’Eon) pero supongo que de donde no hay no hay quien saque. Respecto a los seiyuus, poco que decir: están correctos pero no despuntan. Y eso que teníamos, por ejemplo, a Ayako Nodame Kawasumi como Holon o el siempre efectivo Keiji Kubernes Fujiwara como Kushima.

La serie la he seguido hasta el trece por Frozen-Layer Fansub y de ahí en adelante por AnimeUnderground. Magnífico trabajo el de ambos fansub, especialmente el de Frozen-Layer.

Y, hablando de Kubernes, el gallinfante de hoy va para quien me diga el nombre y apodo del muchacho (lo de muchacho es un decir) de las gafas que comparte serie (aunque como secundario) con él.

Esta entrada ha sido publicada en Anime.

2 comentarios para “Real Drive

  1. Vamos a ver, año nuevo y va y se me enciende la bombilla. Espero que te refieras a Yagami, «el shinigami», creo que era el único de Kenran Butoh Sai que llevaba gafas. ¿He ganado el gallifante?

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