Arturo – Los reyes nephilim

A la sazón había en Britania varios grandes señores nephilim. Reinaban en el Otro Lado o en este, sobre humanos, nephilim y otras criaturas y como tal su postura ante temas como la llegada de nephilim egipcios o la elección del Alto Rey sentaban cátedra. Así que vamos a dedicarles un breve apunte para que podamos hacernos una idea de qué apoyos tenía Merlin en sus planes.

Por una parte, tenemos a los grandes reyes del Otro Lado. Nephilim sin encarnar, sus dominios apenas tenían presencia en el mundo real, si acaso algún pueblo o tribu ligados por antiguos pactos. Los más poderosos eran el Rey Pescador, rey del Castillo del Gozo, y Klingsor, Rey del Castillo Mortal. Del Rey Pescador ya hemos hablado. Klingsor era todo lo contrario a su hermano: belicoso, ultranacionalista y tradicionalista, si por él fuera no sólo no dejaba entrar a los nephilim egipcios, sino que expulsaba también a los humanos. No le gusta Merlin ni sus métodos y la figura del Alto Rey la ve como una «novedad romana». Para él las invasiones sajonas no son más graves que las celtas de siglos atrás, pero sí teme al cristianismo, a la filosofía de los Arcanos mayores y la aparición de sociedades secretas que se da dónde están estos. En tiempos de Aurelio y Uther sigue optando por la vía pacífica, pero la paciencia se le agota rápidamente…

Otro gran rey del Otro Lado es Balor, rey de los fomorianos. Sin embargo, dado que los propios fomorianos son repudiados por el resto de los nephilim, su poder político es escaso. Aunque, conforme vaya avanzando el tiempo, Klingsor empezará a tantearle y terminará formando una alianza con él.

A Este Lado tenemos a dos poderosos reyes, ambos en el norte: Custennin (gárgola, fäerim) reina en Celyddon. Cuenta con un poderoso ejército para la zona, aunque mal equipado y casi sin caballería en comparación con los señores del sur, así que sus mayores defensas son su flota y el bosque. Mantenía una guerra constante contra los pictos de las Tierras Altas y los incursores sajones, así que la idea de un gran ejército unido bajo las órdenes de un Dux Britanniarum no podía por menos que gustarle. Además, Merlin estuvo casado con su hija y le quería como un hijo, así que le apoyaba plenamente.

El segundo rey del norte era Malahaut, que reinaba en Malahaut. Aunque fuertemente romanizado, se opone al dominio de los reyes del sur y considera a Uther y a Aurelio prácticamente como extranjeros. Aboga más por una alianza fuerte en el norte, alianza que formará años después durante las revueltas contra Arturo.

Por último, tenemos un caso raro: un rey del Otro Lado que posee grandes tierras en Este Lado. Madog (fénix, pyrim), rey del Bosque Salvaje. Su corte y ciudad no está en este mundo, pero su poder abarca todo el corazón de este espeso y peligroso bosque, incluyendo a humanos, animales, plantas y espíritus del bosque. Además de un conjunto de aldeas y pequeños señoríos repartidos por el Bosque, el condado de Tribruit le rinde vasallaje. Sin embargo, este poderoso señor del centro de Logres no se relaciona con nadie. En las fechas de la muerte de Aurelio hacía décadas que no había recibido a nadie de fuera de sus dominios, hacía décadas que sus tropas no habían salido de sus fronteras; sus mensajeros no viajan más allá de Tribruit y sólo la Doncella de Hielo le veía con frecuencia y hablaba por él en el exterior.

Así pues, de los 6 reyes nephilim, sólo dos apoyaban directamente a Merlin y su Alto Rey.

Pero Merlin había desatado una tormenta.

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