Spice and Wolf (Ōkami to Kōshinryō) es una corta serie basada en una serie de novelas ligeras de Isuna HASEKURA. Es una road movie donde seguimos los pasos de la habitual pareja protagonista en su habitual viaje iniciático. Lo que se sale un poco de las convenciones del género es que los protagonistas son de distinto sexo y que la serie está ambientada en un curioso mundo medieval-renacentista con una fuerte presencia de la Iglesia y donde grandes grupos comerciales, como si de repúblicas marítimas se tratara extienden sus redes de consulados por todas las ciudades, eso sí, con nombres mucho menos evocativos que Venecia, Pisa, Génova… Los nombres de las ciudades y reinos también son bastante malos, pero en fin…

Horo

Como decía, estamos en una road movie con carro en lugar de coche y jamelgo en lugar de V8 donde seguimos a Craft Lawrence, mercader ambulante con pretensiones que puede parecernos un poco lento a veces (yo creo que de lerdo bien poco, es más bien que tiene un gran talento para la fuga tangencial, sobre todo en asuntos relacionados con el sexo opuesto). El sexo opuesto, en este caso, es una diosa lobo encarnada, Horo, y que es, sin lugar a dudas, lo mejor de la serie. Porque, lo que es la serie en sí, no es para echar cohetes. No es mala, pero tampoco buena. La animación es más que correcta y los temas de opening y ending me encantan, pero lo que es el desarrollo de cada historia se me antoja confuso y mal desarrollado, incluso falto de ritmo y garra en los capítulos finales.

Sin embargo, como ya decía con El cazador de la bruja, lo importante de una road movie no es tanto la trama como los personajes, sus relaciones y su evolución. En el caso de Spice and Wolf los secundarios dejan que desear, pero la pareja protagonista aguanta el tipo y, en el caso de Horo, directamente convierte la serie en muy recomendable. Horo, quien durante siglos ha sido el dios protector de las cosechas de un pequeño pueblo, merced un antiguo Pacto, es ahora olvidada y prácticamente repudiada por los aldeanos. Encuentra refugio en la carreta de un mercader ambulante, Lawrence, e inicia con él un viaje de vuelta a su antiguo hogar, en el lejano Norte. Horo está magníficamente desarrollada: la forma de comportarse, tan pronto infantil, como de adolescente alocada, como terriblemente anciana. La sorpresa ante las grandes ciudades, los caprichos, la sabiduría, los recuerdos. El pánico a la soledad, la necesidad de sentirse amada. Los celos, el miedo a la pérdida. Todo ello transmitido con la expresividad del dibujo y el gran trabajo de la seiyuu, Ami KOSHIMUZU, a quienes ustedes sin duda recordarán de otros trabajos como: la pelirroja Kallen Stadtfeld en Code Geass, la loca Anenome en Eureka Seven, la anodina Yumi Hoshino de Kimikiss y la sin par Paraietta en la hermosísima Simoun, por citar algunos, bien complementada por el seiyuu de Lawrence, el siempre efectivo Jun FUKUYAMA, que también doblaba a su «pareja» en Code Geass, el terrorista y conquistador Lelouch.

En la parte de secundarios, destacan sobremanera Kaori NAZUKA (Nunally, Eureka, Lorentzia, Miho, Yun… en fin, ya hablé de ella en True Tears) en el papel de Chloe, Daisuke Rock NAMIKAWA como Zeren y la tan querida por mí Mai NAKAHARA prestando su voz a la bella pastora.

El gallinfante de hoy va a quien me diga por qué Mai Nakahara me es tan apreciada (obviamente, es uno de sus trabajos).

Ningen tiene un wallpaper precioso de Horo.