Sakamichi no Apollon

De la mano de Shinichiro Watanabe (Cowboy Bebop) y con música de Yoko Kanno (Cowboy Bebop, Wolf’s Rain) nos llegó en 2012 esta adaptación en 12 episodios del manga homónimo de Yuki Kodama: melodrama que nos transporta al Japón de los años 60 para hablarnos de la relación de dos estudiantes de caracteres muy dispares —el matón de buen corazón Sentarou Kawabuchi (Yoshimasa Hosoya, Arata en Chihayafuru) y el empollón tímido Kaoru Nishimi (Ryohei Kimura, Nishiriho en Ookiku Furikabutte)— unidos por el jazz. Ritsuko Mukae (Yuuka Nanri, Nao en Mai-HiME) es la chica que completa el trío protagonista, amiga de la infancia de Sentarou e hija del dueño de la tienda de música en cuyo sótano se reúnen a tocar y ensayar los dos amigos.


El trío protagonista

Durante esos doce capítulos profundizaremos en la amistad entre los dos chavales, en el triángulo amoroso (pronto ampliado a quinteto) con Ristuko y sus problemas familiares, acompañado todo de jazz (Sentarou a la batería, Kaoru al piano, el padre de Ritsuko al bajo y el ocasional Junichi Katsuragi a la trompeta).

La serie tiene un desarrollo un tanto irregular, con algún personaje estrambótico que encaja regular y giros forzados y un final convencional y bastante flojo, que creo achacables al manga original. Sin embargo, la dirección de Watanabe, el dibujo elegante y serio (y, sobre todo, nada moe) y el uso de la música hacen que la serie enganche y queramos ver otro capítulo, y el siguiente, y otro, y lamentarnos de que acabe tan pronto. Y, también, que deje grandes escenas, como la espectacular actuación del festival escolar.

En su conjunto es una gran serie. Una de esas que envejecerán bien, al margen de modas y estilos, convirtiéndose en un pequeño clásico.

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