Primer día de mudanza

Los valientes aventureros se introdujeron sin miedo en el dungeon. Lo primero que hallaron fueron las cocinas, kilométrica extensión de estantes y alacenas donde dormían el sueño de los justos antiquísimos y gastados utensilios, vasijas, ollas y sartenes provenientes de distintas culturas y épocas. Los restos fosilizados de comida de origen incierto y el estado de cuchillos y demás utilería parecían indicar que los habitantes originales habían sido algún pueblo no humano y primitivo, dedicado al saqueo de las tierras vecinas: goblins, tal vez orcos, aunque el nauseabundo hallazgo en lo que parecían los aposentos del jefe del clan, en forma de almohadas, apuntaban más a kobolds u ogros.

Se avecinaba una semana muy larga…